⠂⠁⠈⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂
Nunca hay que subestimar lo lista que puede llegar a ser una niña rica.
La mañana del miércoles, cuando Leonor estaba terminando su desayuno, Alicia la llamó a su teléfono particular (ni loca iba a llamar al teléfono fijo de La Zarzuela, para que cualquier sirviente o cuerpo de seguridad pudiese interceptar sus planes). La princesa se excusó un momento de la mesa y se encerró en su dormitorio para poder hablar con tranquilidad con Alicia.
-¿Diga?
-Está hecho, Leonor.- dijo, triunfante, su amiga.
-¿El qué?
-Vienen el viernes. Vamos a pasar el fin de seman en mi casa del campo, la de La Sierra. Y tú vas a venir.
-¿Van a venir?¿Y cómo les habéis convencido?
-Ni idea. Ha sido Sira, que ha hecho de su magia. ¿Sabes ya lo que te vas a poner?
-Alicia, yo no puedo pasar una noche fuera así como así. ¿No has visto que ni siquiera puedo ir a verte entrenar sin escoltas?
-Querida, hay que mentir.
-Sí, ¿y qué les digo?
-Que mi familia te ha invitado a pasar el fin de semana en la Casa de Campo, la cual tiene videovigilancia y es más inaccesible que el Pentágono.
-¿Y tus padres?
-Llevan todo el mes en Ibiza, tendremos la casa para nosotros solos, por eso no te preocupes.
-Si se trata de ti, sí me preocupo.
-Tú pregunta. Y trae ropa bonita, nada de esas cosas que te ponen para los eventos, hazme el favor. ¡Nos vemos!
Colgó antes de que Leonor pudiese seguir protestando. Sin darse cuenta; a la joven se le había acelerado la respiración, y notaba una fuerte presión en el estómago. Como no se tranquilizase, iba a vomitar el desayuno. Esa sensación era distinta a los nervios que sentía cuando iba a un evento importante o tenía que dar un discurso. No eran nervios. No era ansiedad. Era emoción.
Corrió a su tocador, examinando su rostro frente al espejo, recolocándose la melena dorada, dándose cuenta, de repente, de todas las partes de su cara que no le gustaban, desde sus mejillas, demasiado redondas, y ahora hinchadas por su reciente despertar, a sus labios, demasiado comprimidos, a sus ojos, demasiado caídos. Menudo desastre.
-¿Leonor?- Al otro lado de la puerta escuchó la voz de su hermana.
-Ya voy, ya voy.- salió de nuevo al pasillo, y en compañía de su hermana, volvieron al comedor. Sus padres ya se habían ido.
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐢 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐚 | 𝐆𝐚𝐯𝐢 𝐲 𝐋𝐞𝐨𝐧𝐨𝐫
أدب الهواة" 𝐍𝐨 𝐨𝐧𝐞'𝐬 𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐡𝐚𝐝 𝐦𝐞, 𝐧𝐨𝐭 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐲𝐨𝐮 " Gavi y Leonor se conocen en un evento institucional. Él, como ganador de la Eurocopa. Ella, como futura soberana. Como en cualquier historia, un chico y una chica se enamoran. Sin emba...