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Tal y como todo el mundo había temido; la ceremonia de inauguración estuvo pasada por agua. Para cuando tocó el desfile de barcos, una lluvia fina pero persistente comenzó a caer sobre París.
A los cuatro miembros de la Familia Real no les había quedado más remedio que cubrir sus suntuosos conjuntos de gala con impermeables transparentes para resguardarse de la lluvia. La madre de Leonor había sido la más apenada por aquello, pues había elegido un precioso vestido para la apertura que bajo el grueso impermeable no lucía nada.
Pese a la desafortunada metereología, la ceremonia fue de diez: los franceses habían sabido organizar una apertura con las temáticas de los valores franceses, las distintas secciones habían sido llevadas a buen ritmo, y en ningún momento se habían hecho pesadas o aburridas. Finalmente, el tan ansiado desfile de barcos. Uno a uno, país por país, las embarcaciones fueron recorriendo el Sena. Algunas de ellas estaban abarrotadas de atletas, como la de Estados Unidos o la de China, mientras que otras llevaban a muy pocos, sobre todo las de países más pequeños. Los atletas españoles pasaron en su embarcación ataviados con sus trajes con motivos rojos y dorados, sonrientes, hiperactivos, ondeando con efusividad banderines de su país, y dando gritos de júbilo. Como siempre, siendo los más alegres y los más movidos.
Al finalizar el desfile de embarcaciones, cuando ya empezaba a cernirse la noche sobre París, comenzaron los actos musicales. Leonor comprobó la hora en su teléfono, cuidando de estar a tiempo para su encuentro con Pablo.
-Mamá.- murmuró la princesa a su madre.- ¿Puedo volver al hotel? Me duele mucho la cabeza.
-Ay, cariño.- su madre, preocupada, tomó el rostro de su hija entre sus manos.- Eso es del avión, seguro. Mira que te tengo dicho que no leas en movimiento...Ve, ve. Ya sabes el número del chófer. ¿Quieres que te acompañe?
-No, no.- se apresuró a decir su hija, poniéndose en pie.- Os veré en el hotel.
-De acuerdo.
Besó a su madre en la mejilla y tomó su bolso antes de comenzar a alejarse por la fila de sus butacas. Pudo ver la mirada de circunstancias de su hermana clavada sobre ella antes de perderlos de vista por completo. Seguramente hubiese intuido que aquello había sido una excusa, pero Leonor rezaba porque se lo guardase para sí y no dijese nada al respecto a sus padres. Era más fácil colar una trola a Los Reyes que a Sofía.
Abandonó la zona de los espectadores, cubriéndose su melena dorada con la capucha del impermeable, esperando ocultar su rostro lo máximo posible. Afortunadamente, todas las cámaras televisivas y periodísticas estaban enfocadas en su totalidad en el espectáculo de apertura, por lo que la princesa pudo alejarse con facilidad de allí e internarse en las callejuelas de París sin ser captada por la prensa.
Había visitado la ciudad en numerosas ocasiones, tanto, que podía orientarse por la zona más céntrica con total confianza, sin necesidad de mirar Google Maps. Conforme avanzaba por las calles podía ver por encima de los tejados de los edificios, cada vez con mayor claridad, la cúpula blanca de la basílica de Sacré Coeur, tan hermosa que, sin importar las veces que la hubiera visto, siempre le cortaba la respiración.
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𝐌𝐢 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐚 | 𝐆𝐚𝐯𝐢 𝐲 𝐋𝐞𝐨𝐧𝐨𝐫
Фанфик" 𝐍𝐨 𝐨𝐧𝐞'𝐬 𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐡𝐚𝐝 𝐦𝐞, 𝐧𝐨𝐭 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐲𝐨𝐮 " Gavi y Leonor se conocen en un evento institucional. Él, como ganador de la Eurocopa. Ella, como futura soberana. Como en cualquier historia, un chico y una chica se enamoran. Sin emba...