Narra T/n:Muchas de las ventanas a nuestro alrededor colapsaron en un parpadeo. Mientras Shinso me alejaba de los villanos, y me liberaba de aquella silla.
Tan pronto como nos pusimos de pie, Dabi y Twice ya se encontraban cerca para confrontarnos.
Sin embargo un par de héroes aparecieron y nos dieron la oportunidad de escapar.
Shinso tomó mi mano y corrimos escaleras arriba.
Salir por la entrada principal se había convertido en una tarea algo más que complicada.
Corrimos y corrimos en busca de una oficina donde ocultarnos, o por el contrario, por la cual escapar.
–¿Se van tan rápido?
Mi cuerpo se tensó al escuchar la voz de Toga.
Apreté la mano de Shinso y lo empujé a una habitación cercana indicándole quedarse muy callado.
–Esperaba tener la oportunidad de conocer a Shinso. Pues una celebridad de esas magnitudes ciertamente intriga– su voz se escuchaba cada vez más cerca. –Además, apuesto a que su sangre será igual de deliciosa que la tuya, T/n...
Los ojos de Shinso casi se salen de sus órbitas.
Y en cuanto la rubia cruzó la puerta Shinso la atrapó en sus cintas y la estrelló contra el piso.
Cuánto me alegraba de que funcionara el regalo que le di...
Ambos avanzamos hacia ella, y Shinso la tomo del rostro para que lo mirara.
–Dijeron que no la lastimarían– Bramó.
–Y tu dijiste que vendrías solo– respondió la rubia.
–Aunque debo admitir que me alegra verte, a pesar de la situación– intervino una cuarta voz, al tiempo que sentía un tirón en el pelo.
Narra Shinso:
Esas palabras me cayeron como un balde de agua fría. Miré por encima de mi hombro horrorizado y confirmé mis sospechas.
–Atema– Balbuceé abriendo mucho los ojos.
Sujeté mejor a Toga y la puse frente a mi.
–Suéltala– advertí.
–Por mí como si la matas en este momento, no me interesa en lo más mínimo– levantó los hombros, poco interesada.
–Yo tampoco te soporto– Bramó Toga.
Entonces T/n la golpeó en las costillas y se liberó de ella avanzando hacia mi en seguida.
–¡Tu sí que eres un fastidio!– Exclamó Atema creando una estaca directa para T/n.
La aparté por apenas un centímetro. Pero esta regresó dando a T/n en el costado izquierdo, apenas un rasguño.
–Diablos
–¡De no ser por tí!¡Nada de esto estaría pasando!– volvió a atacar
–¡Atema basta!– Intervine colocándome frente a T/n. La estaca se detuvo enseguida.
–El problema no es contigo– murmuró, y en poco tiempo un montón de estacas me sostenían a un muro atascadas de mi ropa.
–¡Shinso!
–Tu y yo no hemos acabado– lanzó un par más hacia ella, que apenas pudo evitar.
Para este punto Toga ya estaba libre, pero Atema la sustuvo cuando intentó atacar a T/n.