Capítulo 1: El niño bueno

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Y, tras una larga persecución, Zein la encañonó. Él, sin miramiento, extendió su brazo moreno grisáceo derecho. Con un lento y repetitivo movimiento de cabeza, se apartó el flequillo cobrizo ladeado.

ZEIN: ¿Pensabas salirte con la tuya?

Zein entrecerró sus ojos de bronce negro.

ZEIN: Vas a pagar por todo.

El viento ensanchaba aún más la camiseta blanca de Zein. Desde abajo, la arena canela formaba remolinos. Desde el costado derecho, revoloteaban minutas y puntiagudas hojas de ciprés. Y, desde el cielo, caían las primeras gotas de un nublado cielo lavanda.

ZEIN: Vas a... morir.

Los párpados diagonales de Aurora, al igual que las nubes, ocultaron lo lavanda. Su sudadera, del mismo tono, era víctima del viento y del nerviosismo. No así su inmóvil coleta y flequillo de cuarzo limón.

AURORA: N...

El frío puso aún más pálida la piel anacarada de Aurora, pero no le molestó.

ZEIN: Es mi deber.

Zein fingió el sonido del disparo con la boca. Apartó el índice de la frente de Aurora y comenzó a reír. Los dos se tiraron en la arena, simulando epicidad.

ZEIN: ¡Por la libertad!

Aurora se puso en pie y se sacudió la sudadera. Extendió el brazo y ofreció la mano para ayudar a Zein a incorporarse. Su nariz aguileña también parecía mirarlo.

AURORA: ¿Por qué siempre tengo que hacer de mala?

El Parc de la Cirera Blava, localizado al norte de los Jardines del Turia, estaba compuesto por una docena de espacios aislados, conectados todos ellos por un bulevar de setos celestes y baldosas índigo. Zein y Aurora abandonaron la zona arenosa y se adentraron en la minipradera repleta de desniveles y juegos infantiles de madera marfil. Los dos llevaban una mascarilla sanitaria, por debajo de la papada. Cerca de los adultos, amagaban con subírsela a la nariz.

ZEIN: Algún día, harás de buena.

Zein y Aurora subieron las escaleras que conducían al tope de un tobogán blanco tapado en forma de espiral.

AURORA: ¿Y tú de malo?

Zein y Aurora se tiraron a la vez por el tobogán. Pese a poder aterrizar de pie, decidieron dejarse caer hacia la hierba. El aroma de petricor empezaba a extenderse por el Parc de la Cirera Blava.

ZEIN: No puedo ser el malo. Soy el líder del grupo. Tengo que estar preparado para el futuro.

AURORA: Pero estamos jugando.

ZEIN: Estoy entrenando.

Aurora cerró los ojos.

ZEIN: Tengo que prepararme para el futuro. Quiero ser el líder más bueno del mundo.

Zein no se esperaba el prolongado silencio decepcionado de Aurora.

ZEIN: Pero... puedo ser malo por un momento.

Zein se puso en pie y levantó a Aurora. Esta seguía apática.

AURORA: Estás mintiendo.

ZEIN: Que no. Mira.

Zein simuló que tiraba fuego por la boca a Aurora.

ZEIN: ¡Soy el malvado Guerrero Dragonio!¡Voy a asaltar tu castillo!

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