Capítulo 4: Regalos

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Zein pasaba los días de clase con los codos sobre la mesa y la boca sellada. Si acaso, respondía las preguntas de obligación y cortesía. Incluso, en los patios, se decantó por pasar loa minutos en soledad en la estancia literaria y pictórica. Ya no quería dibujar paisajes. Ni coletas ni flequillos. Usó en lienzo digital como víctima de garabatos.

En uno de esos días, Aurora se plantó delante de todo el grupo en la estancia de puzzles.

AURORA: Había pensado hacer una cosa. Espero que todos podáis.

LYRA: ¿Qué día?¿Qué hora?

AURORA: Sería el sábado. Por la tarde.

Lyra miró la agenda en el móvil.

LYRA: Vale, pero por la noche tengo ensayo.

ANGELO: ¿Por la noche? Jo, qué agobio.

LYRA: Es lo que hay.

Aurora cruzó los brazos.

AURORA: Yo ya he hablado con sus padres.

Zein pasó toda la mañana del sábado en la cama, durmiendo a ratos, machacando la almohada a otros. Oía ajetreo fuera del dormitorio, pero no le daba importancia. Al ser invierno, no había rayos de sol entre cortinas y persiana que lo espabilaran.

Pero sí los dos porrazos de Hanina a la puerta, y el posterior chirrido de la madera.

HANINA: Hora de comer.

Zein salió al comedor con su pijama blanco con estampado de cedros. Tres sofás bermellones conformaban un círculo abierto, el cual arropaba la mesa central de roble, cubierta por un mantel celeste.

ZEIN: ¿Y qué hay para com..?

Zein se sobresaltó al ver a Aurora en el sofá de la derecha.

AURORA: ¡Felicidades!

Aurora se levantó y abrazó a Zein.

AURORA: Ya era hora de que cumplieras 9 como los demás.

Desde la cocina, Mahdi salió con una tarta de limón y miel en la mano, con el número 9 llameante.

MAHDI: ¡Cumpl...!

ZEIN: ¡No, no me gusta que cantéis!

AURORA: ¿Y aplaudir?

ZEIN: No quiero ruido.

HANINA: ¿Te duele la cabeza? Normal, si no te da el aire.

Mahdi partió la tarta y sirvió los cubiertos. Los cuatros se dispusieron por los sofás.

ZEIN: ¿Esta es la comida?

HANINA: Sí. Hoy no es día para cocinar.

Zein se sentía extraño al ver a Aurora como si fuera una más de la familia.

AURORA: Se parece un poco al medovik.

ZEIN: ¿Qué?

AURORA: Una tarta de mi p... del paí... De mi familia.

Zein se terminó la tarta.

HANINA: Los regalos te los daremos por la noche.

ZEIN: Vale.

Aurora dejó el plato sobre la mesa y marchó hacia el dormitorio de Zein. Este la miró extrañado.

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