Capítulo 11: El tacto de la raqueta

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Zein se terminó la lata de mora y la chocolatina. Todo ello lo hizo en el primer parque que, de momento, le alegró la vista. Las encinas se mantenían firmes y coloridas. Los paseos, libres de matojos y de montículos de tierra. Solo había una zona que le inquietaba: un espacio cementoso con huecos en el suelo.

Saciada el hambre y la sed, el tiempo quedó en segundo lugar, se extendió hacia atrás en el banco de acero y contempló las estrellas. Alrededor del parque, en edificios de ladrillo y cemento, brillaban escasas luces amarillentas, generalmente, de plantas altas.

ZEIN: ¡Qué fresquito!

Zein apartó la vista del cielo al escuchar las voces risueñas de un hombre y una mujer. Venían desde el costado izquierdo, caminando con torpeza, cargados con mochilas. Sus cabellos rubios contrastaban con su piel rosada y sus camisas playeras negras.

ZEIN: Bu... buenas noches.

El hombre y la mujer miraron con extrañeza a Zein. Se dirigieron a él en inglés.

INGLÉS: Lo siento, no tenemos dinero.*

Zein traducía en la mente la frase. También, la que iba a soltar.

ZEIN: No. Solo sa... saludaba.*

INGLESA: ¿Tú también te has aventurado a visitar Valencia?*

ZEIN: No. Soy de aquí.*

El inglés y la inglesa se miraron entre sí.

INGLÉS: ¿Sabes dónde está la calle Maestro Sosa?*

Zein miró las manzanas de alrededor. Su rostro quedó apático.

ZEIN: No.*

INGLÉS: Es que en esa calle es donde tenemos el piso especial de alojamiento. No importa. Miraremos en el móvil. Adiós.*

ZEIN: Buenas noches.*

Zein miró hacia la derecha para ver el trayecto de la pareja de ingleses. Él llevaba la mochila de color blanco roto. Ella, de lavanda.

El siguiente proceso era más que evidente.

Aurora desayunaba en el sofá del comedor un simple vaso de leche. La televisión estaba encendida. Desde el comedor, apareció Guzel, con una amplia mochila verde aséptico y con un papelito en la mano.

GUZEL: Me voy.*

AURORA: Hasta la noche.*

Guzel se agachó y dio un beso a Aurora en la mejilla.

GUZEL: Se te ha olvidado el justificante para enseñárselo al conserje.*

AURORA: Tampoco pasa nada. Si ya saben mi situación.*

GUZEL: Por si acaso.*

Guzel marchó de casa. Aurora se quedó mirando el informativo matutino mientras se terminaba el vaso de leche.

PRESENTADORA: Esta madrugada, Israel ha intensificado los bombardeos sobre el centro de la Franja de Gaza. No solo Palestina ha sido foco de los ataques, sino también el sur del Líbano. Se espera que en los próximos días los desplazados superen la cifra de 100.000.

A primera hora, tocaba la clase de Educación Plástica y Visual, en el aula de siempre. Las pantallas de las mesas permanecían apagadas. Encima de ellas, reposaban hojas gruesas y lápices de colores. Martina se paseaba por las filas para pasar lista, dar instrucciones y evitar que Fede e Ibra intercambiaran miradas, pese a estar a distancia considerable.

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