El libro

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Ryker se levantó del asiento y miró por la ventana, notó que ya estaba oscureciendo y eso era mala señal. Se volvió hacia mí con una expresión de preocupación.

—Xieven, tenemos que irnos ahora. Si Faragus se entera de que te fuiste de la base todo el día, quién sabe qué cosa te hará.

Le asentí, sintiendo la urgencia en sus palabras. Nos despedimos rápidamente de Zismodis, agradeciéndole por toda su ayuda y prometiéndole que volveríamos pronto para iniciar el entrenamiento. Luego, nos subimos al carruaje de la misma manera en la que habíamos llegado, escondiéndome sigilosamente entre el heno mientras Ryker conducía.

El viaje de regreso fue algo tenso. Otra vez apenas podía respirar entre el heno sin que entrara en mi nariz, y cada sonido del exterior me ponía muy nervioso. Finalmente, sentí que el carruaje se detuvo, los guardias nos dejaron pasar y alejándonos de ellos, Ryker se aseguró de que no hubiera nadie alrededor antes de ayudarme a salir del escondite.

—Vamos, rápido, sal de ahí—me dijo en voz baja, casi susurrando.

Entramos a la base templaria y, apenas había salido de entre el heno, apareció Frieya corriendo hacia mí con una expresión de horror y urgencia en su rostro.

—Xieven. ¿Dónde estuviste todo el día? Me preocupaste, Faragus te estuvo buscando. Te va a castigar, no puedo permitir eso, sígueme.

Sin darme tiempo a responder, Frieya me agarró de la mano y me llevó corriendo rápidamente a la biblioteca más cercana.

—Mira, este es el único lugar donde Faragus no buscó. Así que, si te encuentra, dile que pasaste el día entero aquí, no podrá confirmar eso o no, así que sales ganando.

Asentí, muy agradecido por su ayuda. Frieya se quedó conmigo un rato, ambos revisando libros que nos interesaban en silencio e improvisando. Mientras paseábamos entre las estanterías, encontramos un libro muy escondido en un rincón oscuro. Al abrirlo, pudimos notar que estaba escrito en un idioma extraño que no conocíamos. Sin embargo, mientras lo ojeaba, vi una imagen de Faragus, pero no este Faragus, sino que era el mismo que había visto en la visión en el caldero de Zismodis.

De pronto, desde lejos, escuchamos a Faragus gritando mi nombre con una melodía contagiosa. Rápidamente escondí el libro justo cuando Faragus llegó a nuestro lado.

—¿Dónde has estado todo el día, Xieven? Te busqué por toda la base y no estabas—preguntó, con una voz que no parecía no admitir mentiras.

—He estado aquí todo el día. Encontré un libro muy interesante y perdí la noción del tiempo. Perdóname, no me di cuenta—respondí, tratando de sonar algo convincente.

Faragus me miró fijamente por un momento antes de hablar, con una pizca de compasión.

—Está bien. Vete a dormir, ahora. Mañana tenemos una misión.

Me sorprendí un poco, ya que hacía tiempo que no habían misiones tan seguidas. Frieya me dio la mano y me llevó hasta su carpa. Una vez allí, saqué el libro que tenía muy bien escondido y comenzamos a leerlo juntos. Por suerte el idioma extraño solo estaba en el título del libro, el resto del libro estaba en un español entendible.

Mientras leíamos, descubrimos misterios que jamás imaginamos, como que el verdadero Faragus, quien era el brujo hace 30 años que vi en la visión de Zismodis, había sido asesinado por su propio hijo Mateo, quien tenía 12 años en ese entonces y tomó la identidad de su padre que mató. Había una imagen del niño, y era idéntico al Faragus que conocemos, quien también era un brujo, según el libro.

—Esto es lo que busca Faragus—le dije, señalando una imagen de un arco mágico. El libro decía que el arco poseía cinco flechas, y cada una tenía un deseo que concederle.

Antes de que pudiéramos discutir y descubrir más, Faragus llegó a la carpa de Frieya.

—¿Acaso escuché mi nombre?—preguntó, con una voz que llenaba el espacio.

—Xieven, vete a tu carpa, ahora. Te dejé claro que ya no tienes privilegios conmigo.

Con el libro escondido, me levanté y me dirigí a mi carpa. Me tumbé en la cama, con la mente llena de preguntas y preocupaciones. Las revelaciones del día eran demasiado grandes para ignorarlas, y sabía que pronto tendríamos que enfrentarnos a la verdad sobre Faragus y su búsqueda del arco de los deseos. Cerré los ojos, tratando de dormir, pero las imágenes de la visión y las palabras del libro seguían rondando en mi mente, manteniéndome inquieto hasta que finalmente caí en un sueño inquieto.

-Continuará...-

Corazón de Brujo [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora