El mapa

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El lugar donde el monje me mandó era aún más perturbador de lo que había imaginado. Ante mí se extendía un enorme agujero, un abismo negro que parecía devorar la luz. Al mirar dentro, sentí una extraña atracción, como si algo dentro de mí supiera que debía saltar. Las palabras de Cheed resonaron en mi mente: "Sigue el camino de viento." Sin dudarlo más, me lancé al portal.

El viaje fue... surrealista. Los colores se mezclaban, distorsionándose en formas imposibles. Por momentos, sentí que mi cuerpo se desintegraba sólo para recomponerse al instante siguiente. Finalmente, el caos visual se calmó y me encontré en lo que, por un momento, pensé que era Ashwood.

Pero no era Ashwood como yo lo conocía. Todo estaba en ruinas, las casas derrumbadas, la vegetación marchita. El aire mismo tenía un hedor a descomposición y desesperanza. Caminé, tratando de orientarme, hasta que vi algo familiar: la cabaña de Alonsso, o lo que quedaba de ella.

Toqué la puerta con fuerza, pero nadie respondió. La sensación de soledad se hizo más fuerte, así que decidí entrar. Lo primero que vi fue a Liora... pero no a mi Liora. Esta Liora estaba demacrada, sus ojos hundidos y su piel pálida. Parecía una sombra de la persona que conocía.

—Liora... ¿qué te pasó?—pregunté, con tono lleno de preocupación.

Antes de que pudiera responder, vi algo que me dejó sin aliento. Mi Frieya y la Liora real, mi Liora, estaban allí, mirándome con sorpresa. 

—¿Qué hacen ustedes acá?—pregunté, la confusión aumentaba en mi mente.

La Liora alterna, al verme, corrió hacia mí y me abrazó con fuerza. 

—Eres tú...—susurró, casi como si no pudiera creerlo.

Mi Liora dio un paso adelante, su expresión era una combinación de compasión y comprensión. 

—Él es nuestro Xieven, es como tu Xieven, pero este venció a Xiekonix hace tres años.

Mientras trataba de procesar lo que estaba pasando, uní cabos rápidamente. Estaba en un universo alterno, uno donde yo había sido derrotado. 

—Liora... o sea, la otra Liora—comencé, todavía tratando de acostumbrarme a la idea—si eres una versión de mi Liora, ¿tú también nunca descansas por estudiar todo lo raro que pasa acá?

Liora alterna asintió, y su rostro mostraba el cansancio de años de lucha. 

—Sí, he investigado durante años. De hecho, descubrí fragmentos de tu Xiekonix que entraron a mi universo antes de que lo vencieras.

—Espera... ¿tú sabías que hubo otro universo donde las cosas no pasaron como en el tuyo?—preguntó mi Liora.

—Lo sabía—respondió la Liora alterna—llevo tres años investigando. Tu entrada, junto a Frieya, causó una colisión entre ambos universos. Si no encontramos los fragmentos de tu Xiekonix, ambos universos colapsarán y dejaremos de existir. Escuchen, los súbditos de Xiekonix llevan uniformes que los diferencian de la resistencia. Tengo tres trajes para ustedes; así, si Xiekonix los ve, no les hará nada.

Nos guió hasta un búnker subterráneo, escondido bajo lo que quedaba de la cabaña. Dentro, todo estaba organizado meticulosamente, con estantes llenos de libros, mapas y armas. La Liora alterna sacó tres trajes oscuros, con detalles en rojo y dorado, y nos los entregó. 

—Si eres una versión de mi Xieven, debes saber leer latín, ¿no es así?—me preguntó, entregándome un mapa antiguo.

—Sí, sé leer latín—respondí, tomando el mapa.

—Este mapa indica dónde están los fragmentos de Xiekonix en este universo—explicó, su voz era firme pero teñida de cansancio.

Frieya, quien había permanecido en silencio hasta ahora, no pudo contenerse. 

—¿Cómo conseguiste esto?

—He estado sola durante tres años—dijo la Liora alterna, con un tono que dejaba entender todo el dolor y la soledad que había soportado—he investigado y encontrado cosas muy grandes... pero nada de eso importará si no logramos detener esto.

Mi mente se llenó de preguntas, pero una en particular se destacó. 

—¿Y qué pasó con Nessa, Oxalis y Alonsso? ¿Están por acá?

El rostro de la Liora alterna se oscureció aún más, si es que eso era posible. 

—Xiekonix los mató a todos. Sólo quedé yo. Cuando caíste muerto por un ataque de Xiekonix, Nessa y Oxalis intentaron despertarte. Alonsso intentó llevárselas, pero ellas se resistieron... y Xiekonix los asesinó a los tres.

Sentí una furia ardiendo dentro de mí, apretando el puño con tanta fuerza que mis nudillos se pusieron blancos. Aunque no eran mis Nessa y Oxalis, el solo pensar que unas versiones alternas de mis hijas pasaron por eso me llenó de rabia y tristeza. 

—Vamos, sigamos este mapa—dije con un tono serio, decidido a no perder más tiempo.

Abrí el mapa y lo examiné, reconociendo los nombres y los símbolos antiguos escritos en latín. El fragmento más cercano estaba en la Nación del Fuego, una de las varias naciones que se formaron después de la muerte del Xieven alterno, como una especie de resistencia.

—Nos dirigimos a la Nación del Fuego—les informé. Sabía que no sería fácil, pero no había alternativa. No mientras quedara una oportunidad de evitar que ambos universos colapsaran.

-Continuará...-

Corazón de Brujo [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora