Entrenamiento

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Woncrack me dio la misión de buscar a la curandera que habitaba en el bosque mágico. Oxalis y Nessa, emocionadas y preocupadas, pidieron si podían acompañarme. 

—¿Es peligroso?—pregunté a Woncrack, para ver si las niñas me podían acompañar.

—No—respondió con una sonrisa tranquila—Es un lugar muy pacífico y no habrá ninguna amenaza.

—Entonces está bien, pueden venir conmigo—dije, sintiendo una mezcla de alivio y curiosidad.

Tomados de la mano, los tres seguimos las indicaciones que Woncrack nos había dado y nos adentramos en el bosque mágico. A medida que avanzábamos, el lugar se volvía cada vez más iluminado, con plantas que parecían tener vida propia, moviéndose al ritmo de una música silenciosa.

De repente, una de las plantas se extendió y nos amarró a las niñas y a mí por separado. Intenté liberarme, pero la planta era sorprendentemente fuerte. En ese momento, una mujer apareció, descendiendo de cabeza desde las raíces de un árbol.

—Siento un gran poder. No pensé que vendría de ti, te ves débil—dijo con una voz serena pero firme—¿Qué eres?

—Soy... una persona—respondí, intentando mantener la calma.

—No. Eres más que eso. Tú eres un brujo. Tienes corazón de brujo, puedo sentirlo—dijo la mujer, acercándose más.

—Suéltalas, y puede que te dé respuestas.

La mujer hizo un gesto y las plantas nos liberaron. Nessa y Oxalis se acercaron a mí, aún sorprendidas por lo que había sucedido.

—Si de verdad quieres saberlo, ni yo sé—dije, tratando de explicar—Mi abuelo fue un brujo. Creo que yo también.

—¿Eres un brujo?—preguntó Oxalis, con ojos brillando de emoción.

—Buscamos a la curandera—dije, cambiando de tema—¿Sabes dónde está?

—¿Quién la busca?—preguntó la mujer, examinándonos con cuidado.

—En Ashwood, Arkonix volvió a atacar y hay mucha gente herida. Necesitamos que nos ayude— expliqué—¿Tienes una forma de encontrarla?

—La tienes al frente de ti—respondió la mujer con una sonrisa—Tanto poder desperdiciado. Arkonix también es un problema para mí. Ha estado matando a mis plantas, así que llévame, estaré feliz de ayudar.

De regreso a Ashwood, la curandera me miraba de reojo. 

—Si eres un brujo, ¿por qué no le das fin a Arkonix? He oído que un brujo puede vencerlo—preguntó con interés.

—No sé hacer magia—admití—Hace poco me enteré de mi poder.

—¿Woncrack no te ha enseñado nada?—preguntó, sorprendida.

—Él no sabe que lo soy—respondí, sintiéndome algo avergonzado.

—Él lo sabe—dijo la curandera con seguridad—Tiene cientos de años, tonto no es.

Llegamos a Ashwood y encontramos a Woncrack esperándonos. 

—Bienvenida, curandera. Necesitamos tu ayuda—dijo, inclinando ligeramente la cabeza.

La curandera asintió y comenzó a atender a los heridos. Woncrack se acercó a mí y dijo en voz baja.

—Xieven, necesito hablar contigo, en privado.

Nos alejamos del resto y Woncrack comenzó a hablar. 

—Chico, sé lo que eres. Conmigo no tengas secretos. Tú eres más que suficiente para vencer a Arkonix, sólo necesitas entrenamiento. ¿De verdad no sabes hacer nada?—preguntó, mirándome con curiosidad.

—Sé... hacer algo—respondí, recordando el incidente que había ocurrido una vez junto a Frieya—Me salió solo una vez.

—Muéstrame—pidió Woncrack con un tono de desafío en su voz.

Asentí y me alejé un poco, concentrándome en imitar lo que había hecho aquella vez. Empecé con movimientos de equilibrio, sintiendo la energía fluir a través de mí. Lentamente, me paré de un dedo y mantuve todo mi cuerpo en equilibrio sobre él. Mis músculos se tensaron y, según Woncrack, mis ojos se pusieron blancos. Mi pelo se elevó como si un viento rugiera desde abajo y comencé a levitar, sintiendo una fuerza poderosa dentro de mí.

La levitación duró diez segundos, más que la vez anterior, antes de que cayera al suelo, agotado pero emocionado. Woncrack me miraba con una mezcla de asombro y orgullo.

—Impresionante—dijo con una sonrisa—Tienes un poder increíble, Xieven. Solo necesitas aprender a controlarlo.

—Pero, ¿cómo puedo hacerlo?—pregunté, desesperado por saber más.

—Primero, debes aceptar lo que eres—dijo Woncrack—Eres un brujo. No tengas miedo de tu poder. Luego, entrenaremos. Te enseñaré todo lo que sé.

Asentí, decidido a aprender. 

—Estoy listo—dije, sintiendo una nueva esperanza dentro de mí.

Durante los siguientes días, entrené intensamente con Woncrack. Aprendí a controlar mi energía, a canalizarla y a usarla para diferentes tipos de magia. Fue un proceso difícil, pero cada día sentía que me acercaba más a dominar mis habilidades.

Mientras tanto, los aldeanos trabajaban incansablemente para reconstruir Ashwood. Mi presencia en el pueblo traía un rayo de esperanza, y todos comenzamos a creer que podríamos vencer a Arkonix.

Un día, después de una sesión de entrenamiento particularmente intensa, Woncrack se acercó a mí. 

—Estás progresando rápidamente—dijo con una sonrisa—Pero aún no es suficiente para enfrentarte a Arkonix. Necesitarás algo más.

—¿Qué más puedo hacer?—pregunté, ansioso por saber.

—Hay un antiguo artefacto, un amuleto que amplifica los poderes de un brujo—explicó Woncrack—Está escondido en una cueva al norte de aquí. Deberás ir a buscarlo. Será peligroso, pero es nuestra mejor oportunidad.

Asentí, sabiendo que tenía que hacerlo. 

—Iré, viajemos mañana—dije, decidido.

—Te acompañaré—dijo Woncrack—Necesitarás toda la ayuda posible.

-Continuará...-

Corazón de Brujo [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora