Fragmento Ground

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Las voces alegres de Nessa y Oxalis me sacaron de mis pensamientos mientras terminábamos de preparar todo para la misión. 

—¿Podemos ir también, Xieven?—preguntó Nessa.

Me detuve, sabiendo lo peligroso que era lo que íbamos a hacer. Miré a ambas, sintiendo un peso en el pecho. 

—No sé, es muy peligroso. No quiero que nada malo les pase.

Pero Oxalis, con esa astucia que la caracterizaba, replicó. 

—La pasaremos peor acá que contigo.

Sus palabras me golpearon, porque sabía que tenían razón. Estarían más seguras conmigo que en una cabaña esperando, vulnerables al caos que Xiekonix podría desatar.

Alonsso, que había estado observando en silencio, me hizo un gesto para que lo siguiera. Lo hice. 

Al llegar a una pequeña mesa, sacó dos collares, cada uno con un pequeño amuleto que brillaba con una luz tenue. 

—Woncrack no podía predecir nada de Xiekonix, pero dejó esto. Son amuletos para Nessa y Oxalis. Si algo malo pasa, el amuleto lo sabrá y teletransportará a ambas a esta cabaña. Así que pueden ir contigo.

Al escuchar eso, sentí alivio y menos preocupación. No quería que vinieran, pero si las cosas se ponían feas, estos amuletos serían su salvación. Tomé los collares y regresé con Nessa y Oxalis, que esperaban ansiosas mi decisión.

—Estos amuletos son de buena suerte—les dije, entregándoselos—No se los quiten nunca, ¿entendido?

Ambas asintieron con una sonrisa, y aunque mi corazón seguía inquieto, sabía que habíamos hecho lo mejor para protegerlas.

El bosque encantado era un lugar lleno de peligros. Solo había estado allí tres veces antes, pero sabía que no era un lugar al que uno quisiera ir sin preparación. Mientras nos organizábamos para partir, Frieya preguntó, un poco preocupada.

—¿Es muy lejos el lugar a donde vamos?

Liora respondió rápidamente, consultando el mapa que tenía en la mano. 

—Está a sólo minutos.

—¿Listos para irnos?—pregunté al grupo, asegurándome de que todos estuvieran preparados.

—Yo no iré—dijo Alonsso con firmeza—Alguien tiene que encontrar y ayudar a los que han sobrevivido.

Antes de partir, utilicé un conjuro que creaba un escudo a nuestro alrededor, haciéndonos invisibles para cualquier persona fuera de nuestro campo de fuerza. Con ese seguro, salimos hacia el bosque encantado. A medida que nos acercábamos a la entrada, sentí un escalofrío familiar; la atmósfera allí siempre tenía un aire de misterio.

Al llegar, el Guardián del bosque apareció de entre los árboles, un ser robusto y antiguo, cuya figura casi se confundía con los troncos que lo rodeaban. Su rostro se iluminó al verme. 

—Xieven, ¡cuánto tiempo! Veo que trajiste gente nueva.

—Ellas son mis hijas, Nessa y Oxalis, de quienes te había hablado. Y ella es Frieya, mi mejor amiga.

—Encantado de conocerlas. ¿Qué los trae por acá hoy?

—Buscamos a la entidad elemental Ground—respondí con seriedad—¿Qué sabes de él?

El Guardián asintió y sacó un dispositivo pequeño, parecido a un radar, que comenzó a brillar al activarse. 

—Sigan lo que marca el radar. Los llevará hasta su objetivo.

Agradecimos su ayuda y seguimos la dirección que indicaba el radar. Mientras avanzábamos por el bosque, la atmósfera se volvía más densa, más mística, como si el mismo aire estuviera lleno de secretos antiguos. Finalmente, llegamos a un claro donde una figura imponente nos esperaba. Era la entidad elemental Ground, una extraña combinación de un árbol y una persona. Sus ramas formaban lo que parecían brazos, y su rostro se distinguía entre la corteza de su cuerpo.

—Disculpe—dije con respeto—¿Es usted la entidad elemental Ground?

—Bienvenido, joven Xieven. Me han hablado de ti. En efecto, soy yo. ¿Necesitas algo?

Antes de que pudiera responder, Liora dio un paso adelante. 

—Necesitamos uno de sus fragmentos.

—Quieren invocar el espejo mágico, ¿no es así?

—Sí—respondí—Lo necesitamos para vencer a un ser muy poderoso.

La entidad nos miró con intensidad, sus ojos brillaban como gemas incrustadas en la corteza. 

—¿Te refieres a Xiekonix? Esa cosa mató a la mitad de mis plantas. Estaré encantado de ayudar, pero ya deberían saber que pido algo a cambio.

—Lo sabemos. ¿Qué podemos hacer por usted?

Ground se tomó su tiempo antes de responder, como si estuviera considerando nuestras posibilidades. 

—Un sacrificio que represente la esencia de la vida y el crecimiento. Para obtener el fragmento, deben plantar una semilla que contenga un recuerdo valioso y significativo de su vida, una memoria que les dé fortaleza y los haya moldeado como personas, pero que al mismo tiempo estén dispuestos a dejar atrás.

Miré a Frieya, y ella me devolvió la mirada con la misma preocupación que yo sentía. 

—No borremos nada sobre nosotros—dijo con un tono suplicante.

—Por supuesto que no—respondí, compartiendo su sentimiento.

—Los dejaré pensar un rato y volveré. Piénsenlo bien, no volverán a tener ese recuerdo.

Nos quedamos en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. Sabía que no podíamos engañar a la entidad, así que elegí un recuerdo que era importante para mí: el día en que mi hermana menor, Adelaide, nació. Fue uno de los mejores momentos de mi vida, pero también sabía que dejarlo ir me fortalecería para lo que venía.

Frieya decidió sacrificar el recuerdo del paseo en hipogrifo que su padre le regaló cuando era niña. Liora eligió el día en que su padre volvió después de haber desaparecido. Las hermanas Nessa y Oxalis se pusieron de acuerdo en elegir el mismo recuerdo: el día en que sus mascotas nacieron.

La entidad regresó, y nos preguntó.

—¿Están listos?

Asentimos, y la entidad colocó una pequeña semilla gris en nuestras lenguas. 

—Piensen en ese recuerdo, será la última vez que lo harán—dijo solemnemente.

Mientras todos nos concentrábamos en nuestros recuerdos, sentí una mezcla de nostalgia y tristeza, pero también una extraña paz al saber que este sacrificio tenía un propósito mayor. La semilla comenzó a cambiar de color, de un gris apagado a un verde vibrante. La entidad la retiró de nuestras lenguas y la plantó en la tierra. En cuestión de segundos, un árbol grande y fuerte creció ante nuestros ojos, sus ramas se extendieron hacia el cielo como si celebraran nuestra decisión.

—Lo lograron—dijo la entidad con aprobación. Luego, extendió un cofre de madera antigua hacia nosotros—Tomen su recompensa.

Abrí el cofre con manos temblorosas, y allí estaba: el fragmento Ground, brillante y resplandeciente. Lo sostuve en mis manos, sintiendo su poder. Habíamos superado la primera prueba, pero sabía que esto era solo el comienzo.

—Gracias—dije, inclinando la cabeza en señal de respeto. Todos compartimos un momento de silencio antes de volver sobre nuestros pasos, sabiendo que aunque habíamos dejado atrás recuerdos valiosos, estábamos un paso más cerca de nuestra meta final.

-Continuará...-

Corazón de Brujo [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora