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Haram se había empezado a preocupar por su amiga, ¿y si le había pasado algo? ¡No se lo iba a perdonar nunca! Mientras se hacia miles de escenarios en donde algo le pasaba a Rora, su teléfono se iluminó.

Rápidamente atendió cuando vio el nombre del contacto que la estaba llamando.

── ¿¡Lee Dain, por qué tardas tanto!? ¿Acaso fuiste a fabricar las cosas? ¡no sabes lo preocupada que estaba! Pensaba que te había pasado algo y..── musito con enojo y tristeza Haram.

── Unnie, estoy bien, solo tuve un pequeño problema, nada importante.  Ya estoy llegando en cinco, ve poniendo la tele..., compre muchas golosinas. ── respondió Rora mientras caminaba, seguía enojada con Asa..., cuanto la odiaba.

Desde la otra línea solo se escucho un "ujum", así que corto la llamada.

Tal y como dijo Rora, solo le bastaron cinco minutos para llegar a la casa de su amiga (nuevamente) y poder ver películas mientras que comía unas gomitas dulces y ácidas.

Haram la miro de reojo, su amiga había estado muy callada desde su llegada.

── dime que paso mientras que ibas a la tienda. ── habló la mayor mientras la miraba fijamente.

La pregunta fue tan repentina que Rora se atragantó con las gomitas..., volteo a ver a su mayor con una pequeña sonrisa.

── ¡nada! Absolutamente nada unnie, ¿a que se debe esa pregunta? Sabes qu-

── Lee Dain, soy tu mayor y amiga desde hace años, te conozco perfectamente y no puedes mentirme, así que dime todo ahora o te obligare a decirlo por las buenas o las malas, tú decides. ── dijo la rubia ya enojada.

Rora suspiró rendida.

── y eso es todo. Por eso no dije nada cuando llegue..., me asuste mucho okay, prometo ya no tratar de ocultar nada..., pero no quería preocuparte; además que enojada me das miedo Haram. ── hablo la pelinegra mientras jugaba con sus manos.

── Roro, ¡juro que voy a matar a esa desgraciada! Tiene 20, casi 21 y no madura... ¡Tú eres más chica que ella y eres inclusive más  madura que ella! ── dijo alterada la mayor,, había sido el colmo.

Bien, Haram tenía razón, pero no podía hacer nada... o bueno, al menos que se vengara, pero no lo haría; A veces Asa se preocupaba por ella, cuando una estaba enferma se ayudaban, pero nunca dejaban las groserías atrás.

Pensando, se dio cuenta que Haram se había parado, rápidamente siguió su acción y se fue con ella para ver que pasaba. Cuando abrió la puerta, solo se hecho a reír por la expresión de su amiga.

── Rora yo.., vine a buscarte es tarde y tú eres muy confiada.
Sube a la moto. ── dijo Asa apenada, había pensado las cosas mejor.

Rora asintió tratando de no seguir riéndose de su amiga, así que se despidió y se fue.

Cuando llegaron al departamento Asa se dedico a hacer tarea y Rora a cocinar algo para las dos. Si, odiaba a Asa, pero no era mala después de todo.

── Kim..., a comer. ── hablo desde la cocina la baja (si, Asa era un poco más alta que Rora, no tanto pero lo era)

──voy Lee, gracias.  ── respondio mientras se levantaba y dejaba sus carpetas en otra mesa.

La mesa estaba repleta de silencio,  no era incómodo, es más, se sentía cómodo y relajante.

── ¿Como te fue hoy? ── rompió el silencio Rora, mientras comía.

── bien,  supongo.  Hoy Pharita invito a salir a Ruka por fin, aunque quería que fuera al revés. ── dijo mientras soltaba una risa a lo último.

── me alegro por eso, espero y puedan ser pareja: todos saben que se gustan menos ellas.

Asa río.

── tienes mucha razón Rora, a veces me dan ganas de intervenir para decir todo. ── musito Asa entre risas.

── ¡Oh no, no la harás Asa! ── reto la menor.


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Madres por sorpresa | rorasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora