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Estaba odiando a Asa.

Luego de que la trabajadora social se fuera, Asa hizo berrinche para que juntaran las camas, así  dormir los tres juntos, bien, se pudo haber resistido, pero Jeongin hizo un gran puchero y se veía adorable, ¿¡Como iba a negarse a eso!? Por lo menos Jeong no era inquieto para dormir, así que agradecía eso.

Rora miraba hacia el techo tratando de procesar lo ocurrido,  ahora tendría que hacerse cargo de un menor de edad gracias a Asa, y no es que ella no quisiera, no tenía el corazón (ni valor) para dejar ir a un pequeño niño tierno, que pudo haber sufrido mucho. El problema eran sus estudios y su relación con Asa, ellas no eran pareja y no estaban ni a un metro de serlo, solo eran compañeras de apartamento,  ¿no? Tampoco queria confundir nuevamente sus sentimientos,  se suponia que ya había dejado esos tontos sentimientos atras. Aunque hubo un tiempo atras, en el que tenia esperanzas de que Asa correspondiera sus sentimientos, ¡que tonta era!

Sus pensamientos se esfumaron cuando escucho a Asa reír y decir algo.

── ahora finalmente somos una familia, Rora, vamos a criar a Jeong. ── hablo la mayor con una sonrisa que se notaba apenas ya que tenían las luces apagadas.

Rora se sorprendió,  Asa realmente estaba muy ebria aún, o eso quería creer... Sabía que Asa no tenía sentimientos encontrados, y le dolia; aunque ya no tanto.
Tal vez admitir que su mayor en algún momento le gustó no le hacía mal, ¿no?

Pero desde que vio y escucho esa conversación,  tuvo que entrar en razón.

Asa nunca se enamoraría de ella.

Madres por sorpresa | rorasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora