—¡Día de pago! —gritó Eunha y agitó con entusiasmo el sobre en la cara de Sowon.
La temida mañana-después no fue tan incómoda como Sowon había pensado, prácticamente ambas se habían levantado tarde y se habían tenido que apurar para llegar a la Universidad. No habían tenido tiempo de encontrarse el resto del día hasta el momento de ir a trabajar.
Y ahora...
Sowon no podía evitar sonreír mientras manoteaba para alejar el sobre que Eunha trataba de hacerle comer.
—Actúas como si fuera la primera vez que recibes uno.
—Lo es —confirmó alegremente Eunha.
Sowon levantó una ceja. —¿Eras una zángana en casa? —resopló— No me extraña.
Ella hizo una mueca. —Muy graciosa. En casa no tenía ninguna necesidad de trabajar, ¿sabes?
Sowon chasqueó la lengua. —Sigue sin haber diferencia. ¡Zángana!
Ella le sacó la lengua.
Sin pensarlo Sowon se inclinó más cerca y la besó. En ese momento, allí, detrás de las estanterías del almacén donde cualquiera podía interrumpirlas en cualquier momento.
Eunha se congeló por un segundo antes de que su cuerpo se derritiera por completo, sus brazos treparon hasta el cuello de Sowon.
—Esto está muy mal... —no pudo evitar murmurar contra sus labios incluso mientras arqueaba su cuerpo en un esfuerzo por estar más cerca.
—Lo malo es bueno zángana —masculló, sus labios moviéndose hacia abajo para acariciar su cuello con la nariz e inhalar el agradable aroma. Eunha se rio golpeándole la cabeza con el sobre antes de alejarse bailando.
—Tonta —y revoloteó de nuevo el sobre frente a Sowon. Sin aliento, no sólo porque acababa de recibir un pago por primera vez sino también porque sus besos siempre le hacían eso.
Una parte de Eunha aún no podía creer que había seguido adelante y había perdido su virginidad con Sowon.
Esa misma parte estaba aún más incrédula de que la hubiera besado, para empezar. Todo el tiempo esperó que volviera a comportarse como alguna clase de estúpida gorila rubia. Pero no lo había hecho. Era su forma normal de ser, brusca, con la sorprendente tendencia a tomarla desprevenida con sus besos.
Sowon levantó una ceja hacia el sobre. —¿No vas a contar tu dinero?
Ella desgarró el sobre felizmente antes de que terminara de hablar haciéndola reír, y comenzó a contar.
—Entonces esto lo aparto para comida, renta, matrícula, dinero de emergencia... —sacó su billetera y colocó varios fajos adentro, en un bolsillo escondido. Cerró la billetera y miró a Sowon— ¡Ahora, lo que dejé aquí es dinero que puedo gastar sin remordimiento!
La rubia miró el contenido del sobre y resopló. —Sólo te quedan como dos mil yenes ahí.
Eunha miró hacia abajo e inmediatamente hizo una mueca. —Tienes razón. Esto es más o menos veinticinco dólares. Creo... —luego se iluminó y sonrió— ¡Ya sé! ¿Gastamos tu dinero?
—¿Qué? —Sowon fingió estar enojada.
Ella la miró batiendo las pestañas. —¿Por favor? ¿Por favorcito?
—No.
—¿Por favor?
—No.
Para el momento en que terminó su turno Sowon se encontró caminando con Eunha, no muy segura de como la había convencido.
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Sowon y Eunha │[GP]
FanfictionSowon y Eunha son dos jóvenes aparentemente normales, con vidas que parecieran envidiables, tienen buena apariencia, no sufren por dinero, tienen amigos y una buena moral... ¿o tal vez no? Ambas se conocen en un lugar de un país que no es su hogar y...