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—¿Vas a una cita?

Sowon se apoyaba en su puerta, sorbiendo lánguidamente una malteada, mientras la veía aplicar su maquillaje.

Ella la miró a los ojos a través del espejo de su tocador.

—Así es, ¿celosa?

Sowon gruñó. —Ya quisieras.

Peor aún así ella la quería.

Eunha levantó la barbilla.

—Vas a estar celosa uno de estos días y cuando llegue ese día... —le sacó la lengua.

—Una vez más: ya quisieras.

—¡Mmm!

Ella pasó sus pestañas por última vez con el rímel antes de levantarse. Giró alrededor y le sonrió por encima del hombro. —¿Me veo bonita?

La mayor hizo un gesto con la mano, lo que indica una respuesta más o menos. Ella puso los ojos en blanco. —Estúpida Gorila Rubia.

—¿Con quién vas a salir?

Sowon logró mantener los celos lejos de su voz. —Con Lee —respondió, entonces podría haberse mordido la lengua inmediatamente después. Ella no quería que supiera.

Sowon apenas pudo evitar empalidecer. Eunha había estado saliendo con él más de un par de veces. Había hecho todo lo posible para cavar suciedad en él, pero no se le había ocurrido nada. El hombre era como un maldito santo. Y normalmente Sowon, no tenía un problema con eso, excepto por supuesto cuando un santo parecía más atractivo de lo que tenía derecho a ser y cuando el mismo santo parecía más atractivo para Eunha. Se obligó a sonreír a pesar de que su cerebro ya estaba en una carrera furiosa para llegar a un plan.

—Bueno, buena suerte tratando de olvidarme.

Su mirada frustrada se encontró con la de Sowon a través del espejo —Esto no es por eso.

—Lo es.

El último comentario de Sowon, todavía le molestaba, arruinando el apetito de Eunha, aun cuando Lee había elegido uno de los lugares nocturnos más populares de Osaka para su cita, un restaurante que también hacía a veces de club, en las últimas horas de la noche. Como ya eran las diez de la noche, las luces se habían atenuado, la música cambiando de jazz a música trans.

—Hey, ¿no es tu amiga?

Siguió la línea de visión de Lee, entrecerrando los ojos para ver de lo que estaba hablando. El shock hizo inhalar bruscamente a Eunha, cuando vio a Sowon rodeada por una multitud de chicas. "Parece un desfile de zorras", Eunha pensó nerviosamente, mientras observaba la forma en que estaban todas muy ligeras de ropa, como si hubiera una maldita escasez de algodón y mezclilla.

Ni una sola vez la miró. Y desde que ella no había dicho ni una palabra sobre a dónde se iba y además este no era su tipo habitual de club, ¿podría ser que Sowon, estaba allí para darle celos?

—¿Quieres ir a otro lugar después de este? —le preguntó Lee después de pagar la cuenta.

Ella le dio una sonrisa a medias. —¿Está bien si lo dejo para otro día?

Él le devolvió la sonrisa con ironía, comprendiendo lo que eso significaba. —No hay problema.

La ayudó a salir de su silla, con la mano en su espalda, mientras él y Eunha salían del restaurante.

Sowon sólo se relajó, cuando vio por la esquina de su ojo que los dos ya se habían ido. Misión jodidamente lograda, pensó y seguía sonriendo con satisfacción, cuando llamó a la puerta de su habitación en la residencia a las once de la noche.

Sowon y Eunha │[GP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora