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Mientras caminaban al trabajo rápidamente, Sowon trató de reducir la velocidad así Eunha no tendría dificultades para alcanzarla. Sowon no quería que pensara que estaba muy preocupada por ella. Podría ponerle a Eunha la cabeza más grande, y ya era lo suficientemente grande como estaba.

—¿Cómo fueron el resto de tus clases? —trató de sonar casual, pero la charla no era su fuerte y terminó sonando brusca a cambio.

—Como si te importara.

—Tuviste un ataque de ansiedad porque yo no estaba contigo, ¿no?

Falló un paso. Sowon riendo atrapó a Eunha antes de que cayera. —Así que estoy en lo cierto.

Ella la apartó de un empujón. Dios, podía ser tan arrogante que sólo quería matarla. —No. No lo estás.

Sowon rio con más fuerza. —Creo que deberías decirlo de nuevo. "Sowon, te nec..."

Eunha le lanzó una mirada fulminante. —¡Ssshh! ¿Recuerdas tu rutina silenciosa y melancólica? Vuelve a ella.

Sowon todavía no había perdido su sonrisa petulante cuando llegaron a su lugar de trabajo. Asignada a ayudar a la cajera como paquetera para hoy, Eunha pudo observar a casi todo el mundo trabajando. Más que nada, su mirada se arrastró a Sowon.

Le sorprendió la forma en que era tan diferente interactuando con otras personas. Era como había sido el primer día que se conocieron, solo que varias veces peor. Actuó normal con el resto de los chicos y los niños también, pero con las mujeres era fría y seria, actuando como un oso espinoso y totalmente callado. Y cuando insistían en mostrar interés por ella, Sowon no dudó en volverse desagradable también, exactamente igual que como había sido con ella el primer día.

Pero había cambiado con ella, y Eunha no podía entender por qué era así.

Apenas podía esperar que su turno terminara para hacer esa gran pregunta.

Sowon ya no intentó alejarse cuando Eunha puso automáticamente su brazo alrededor de ella mientras se dirigían de regreso al dormitorio. No tenía sentido alejarse, ya que sólo la hacía aferrarse más duro.

—Así que...

Sowon conocía ese tono. Era una entrometida incurable y se estremeció ante el recuerdo de todas las veces que la había molestado para que le dijera más sobre su formación.

Sowon inmediatamente trató de liberarse, pero Eunha sólo apretó su agarre sobre ella. Sowon podría ser más fuerte, pero odiaba ser el centro de atención de todos y la única manera en que podía desenredarse de Eunha era creando un espectáculo público.

Ella le sonrió.

Sowon la miró.

—Así que...

—La respuesta es no, sea lo que sea.

—¡Pero yo no he dicho nada todavía!

—No importa. Todavía es no.

Ignorando eso, Eunha preguntó. —¿Por qué eres tan gruñona todo el tiempo con las chicas?

—Cuando seamos lo suficientemente cercanas, te lo diré.

Eunha se acurrucó tan cerca de ella como pudo, presionando sus pechos en su brazo.

Sowon tropezó.

Ella soltó una risita.

Los ojos de Sowon estaban oscurecidos por la furia cuando recuperó el equilibrio. —Deja de coquetear conmigo —dijo entre dientes.

—Entonces responde a mi pregunta —le dijo petulante.

Sowon le preguntó exasperada. —¿Por qué siquiera te importa para preguntar?

Sowon y Eunha │[GP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora