Capitulo 10

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Cuando las imágenes de Levi, Octa, Arnold y los demás tributos fueron proyectadas en el cielo, quedó claro para el resto que al no ver el rostro de Aemma entre ellos está seguía con vida en algún rincón de al arena.

Por su parte después de tratar su herida junto las pocas cosas que Wren había dejado, en la mayoría inservibles para supervivencia básica, pero suficientes para alguien que sabía que hacer con ellas como Aemma, lo que más le dolió de tomar fue el cinturón que Arnold tenía en su pantalón, no sintiéndose mal de usurpar el cuerpo de el chico que casi la había matado, pero si de por el cual seguía con vida hasta ese momento, disculpándose repetidas veces, despidiéndose de él aunque ya no se encontrara su espíritu dentro de su cuerpo, y agradeciendo su sacrificio siguiéndolo por una promesa, la de no dejar que todo fuera en vano.

Descubrió mientras bajaba del edificio con brazo atado en su cuerpo con el cinturón como un cabestrillo, que el segundo cañonazo que sonó cuando Arnold murió fue del chico del distrito 6, quien milagrosamente había muerto al mismo tiempo que su primo y por el cual el resto de tributos pudo pensar que ella también estaba muerta. Tuvo que alejarse lo más posible de el campamento que habían formado, evitando lugares altos sabiendo que Wren sabía esos eran los puntos que solían frecuentar, regresando a un estacionamiento de varios pisos del cual habían sacado las bolsas de aire para su explosión anterior, escondiéndose dentro de una gran camioneta con cristales oscuros para recobrar fuerzas, limpiando sus heridas y secando su ropa de la sangre de la cual estaba empapada. Cuando su ropa se secó en su totalidad afuera de el auto y salió a vestirse nuevamente, escuchó un sonido agudo y constante acercarse a ella, como una alarma tranquila que se hacía más fuerte así como más cercana, iba a regresar al auto para tomar un cuchillo que tenía escondido en su mochila, pero se detuvo al ver por el balcón del estacionamiento, como un pequeño paracaídas entraba por este y aterrizaba en sus pies, siendo ese el primer momento en el que un patrocinador le había mandado algo a ella y no a Arnold.

Lo tomó y entró de regreso al auto escondiéndose dentro de este y abriendo el paquete rápidamente y viendo dentro de este como había un rollo de vendas nuevo, y juntos este un frasco metálico conocido, mucho más al abrirlo y ver el mismo contenido blanco y con ese aroma fresco que alguna vez Finnick había puesto en sus manos para sus quemadoras. Sus manos fueron a la nota esperando encontrar su nombre en alguna parte, con la esperanza de que una vez más la estuviera ayudando, pero no esa esperanza se fue cuando lo leyó. "Juega para ganar, S", soltó un suspiro con fuerza tomando el papel y arrugándolo para lanzarlo a el suelo del auto, sintiéndose tan cansada y abatida que no sentía fuerzas para poder seguir, habiendo visto tanta muerte y destrucción a su alrededor no creyéndose capaz de crear más a pesar de que fuera con el propósito de ganar, lanzándose en el asiento y cerrando sus ojos, queriéndolos volver a abrir para ver como su hermano dormía frente a ella, escuchar su puerta de madera ser tocada por Phillip y ver su bella sonrisa, como si su mundo no hubiera sido arrebatado por el Capitolio en el lapso de 2 semanas.

En su lugar cuando abrió los ojos solo vio la oscuridad de el piso del auto, resaltando entre la tierra y sangre que había hecho entrar el pedazo blanco del papel, enfocando su mirada en el, viendo un signo de interrogación que no había visto anterior mente, haciendo que sus manos bajaran a él y lo volviera a abrir y leyera lo que estaba escrito al reverso. "Por el haces todo esto, ¿No es así?". Aunque no estuviera firmado sabía exactamente de quién venía ese mensaje, quién se lo había dicho para motivarla a seguir un día, y que ahora le recordaba que así como cada día en los campos de algodón, cada entrenamiento con su padre, cada noche que limpiaba el vómito de su madre, cada golpe que toleraba de su tía, cada palabra de agradecimiento que le daba a Phillip, todo era para él, su pequeño hermano, el único inocente en todo eso y por el cual, debía seguir.

LOTUS - Los Juegos del Hambre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora