Capitulo 8

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Mientras más corría, y por más rápida que fuera, parecía que el número 13 seguía persiguiéndola a donde quiera que fuera, por más que corriera no parecía alejarse de él incluso en esos momentos, 13 quedaban con vida en la arena, 3 días habían pasado, y ahora sabía con seguridad había quitado la vida de 1 chico, aunque eso le hubiera costado la suya.

En cuanto el cañón se escuchó algo dentro de ella le dijo que no hiciera caso a las palabras de Seeder, que fuera directamente al equipo de escalada que había visto, pensando que esa era un regalo mandado directamente por su padre para asegurar su supervivencia, y al parecer le había servido, ya que al momento de que tomó la mochila un cuchillo cayó en ella, viendo como había sido lanzado por la chica del distrito 8 de manera temblorosa, sirviéndola como un arma cuando salió corriendo del centro de la arena, yendo en dirección al alto edificio que había visto esperando encontrar a Arnold en este.

Llegar a la cima de este no fue tarea fácil, pero con todo lo que la mochila tenía no le fue imposible hacerlo, viendo en la cima de esta como había una caja abandonada así como una pequeña base, recordando lo que Seeder le había dicho, como la cornucopia ese año no era la única manera de conseguir suministros, con la ayuda del cuchillo que había sido lanzado hacia ella logró forzar el candado que tenía, viendo dentro de esta diferentes objetos de supervivencia, una cantimplora metálica, una linterna de cabeza, baterías para esta y una botella de alcohol. Con más suministros que estaban por la cima del edificio logró crear un pequeño asentamiento para al menos pasar la primera noche, notando por las nubes sobre ella que la lluvia se acercaba, creando un techo sobre ella y estando asegurada para todo lo que Arnold tardará en encontrarla. Su primer día terminó con ella observando en el cielo todos los tributos caídos en la cornucopia, pidiendo en voz alta cada vez que venía uno como su primo no fuera el siguiente, y al parecer con sus pedidos siendo recibidos y solo reconociendo los rostros de 7 tributos, su primo ninguno de ellos.

El segundo día fue despertada por el sonido de la lluvia golpear con al carpa que había puesto encima de ella, haciéndola sonreír viendo como la cantimplora que había llenando con agua estaba llena, pero no lista para beber según la había olido en cuanto estuvo cerca de su rostro. La lluvia no duró mucho pero fue lo suficiente fuerte para empapar el suelo a su alrededor, dejándola ver como este se secaba con gran rapidez, viendo afuera de la carpa como el sol había empezado a ser más fuerte y el calor más atroz por la humedad que se sentía en el ambiente. Cuando habían pasado exactamente 24 horas sin tener noticias de Arnold y habiendo escuchado varios cañonazos a la distancia, sabía que debía bajar y seguir por su cuenta, ese era el plan, o al menos así fue hasta que escuchó un silbido conocido, seguido de el mismo silbido siendo repetido por los pájaros que vivían en los árboles bajo ella. Se acercó a la orilla y vio que en el segundo edificio más alto de la arena se encontraba Arnold, con la compañía de otros dos tributos, la chica del distrito 4, y el chico del distrito 3.

Para su tercer día había sabido el nombre de ambos, Wren siendo la chica pelirroja que no hacía más que quejarse pero siendo extremadamente buena con las trampas que sabía habían matado a dos tributos, y Octa, el chico que parecía saber cómo hacer funcionar las lámparas muertas que habían encontrado en las cajas de suministro y servían durante las largas noches para no atraer atención de otros tributos con el humo de una fogata. Habían llegado con un plan, uno que Octa había sugerido, deshacerse de los profesionales primero antes de que ellos se deshicieran de ellos, atrayéndolos al centro del campo y activando bolsas de aire que tenían los autos abandonados en la calle, acomodándolas en los cimientos de una pequeña tienda abandonada y tambaleante que parecía que con cual que golpe se caería encima de ellos.

Para el cuarto día había encontrado el campamento que los profesionales habían formado, y con la ayuda de los pájaros que solían usar para comunicarse llamo su atención, siendo la más rápida entre los 4 y la que lograría entrar a la tienda tan rápido como había entrado, dejando que Octa encendiera la bomba y los chicos murieran sin más intromisión. O al menos ese era el plan que tenían, el cual se arruinó cuando al momento de entrar a la tienda vio que había alguien más ahí dentro, el chico del distrito 4, al cual Wren no había hecho nada para buscarlo, tocando el cordón que detonaría las bombas, soltándolo por la sorpresa y haciendo que el edificio cayera encima de ellos dos.

LOTUS - Los Juegos del Hambre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora