Capitulo 12

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Miraba con intensidad la silla vacía junto a ella, recordando como hace tan solo dos semanas se encontraba jurando lealtad a su primo sentado en esta, esperando que la victoria llegara a él y cumpliera su palabra cuidando a Enzo, pensando que si los papeles hubieran sido al contrario el probablemente estaría haciendo lo mismo con su propia silla, lamentándose por no poderla haber salvado, lo sabía porque eso estaba haciendo ella.

—Sigues teniendo esa mirada de ciervo asustado— escucho la silla junto a ella moverse, viendo a Chaff tomar asiento junto a ella poniendo una botella con un líquido marrón encima de esta. —Esos grandes ojos con tu piel canela, solo te faltan las manchas blancas y eres idéntica a uno— lo vio tomar dos vasos del centro de la mesa y ponerlos entre ellos y vertiendo el líquido marrón dentro de estos, dejando uno enfrente de ella —Lo necesitarás a partir de hoy.

—No quiero terminar siendo un ebrio como tú— le dijo mientras subía sus piernas en la silla abrazándose a sí misma aun con su pijama puesto.

—Entonces serás una drogadicta como muchos otros, así terminamos todos— lo vio tomar el vaso frente a él y bebiendo el contenido de un trago para luego soltar un largo suspiro —¿Ya los empezaste a soñar?, ¿Lo sueñas a él?— señaló con la mirada la silla que había estado viendo hasta ese momento, teniendo razón en su suposición —Las pesadillas son la peor parte.

—Tal vez es la euforia del momento, pero cuando lo recuerdo a él, o a los otros, solo cosas buenas vienen...

—¿Y porque estarías eufórica en estos momentos?

—Porque podré cuidar a mi hermano.— la emoción era aparente en su rostro, la misma sonrisa que le había dado al capítulo las últimas 48 horas, ganándose sus corazones y sus buenos favores de las personas dentro de la capital, no sabiendo lo que significaba aquello, y viendo por el rostro de Chaff que al menos por el momento el no tenía el corazón para romper su esperanza.

—Claro que podrás... disfruta los próximos 6 meses niña— lo vio ponerse de pie y se acercó dándole leves palmadas en su gran cabello, antes de alejarse con la botella en su mano.

Una hora antes de su llegada fue maquillada y vestida por su equipo de preparación con Remin y Reman liderándolo, viendo por un espejo como estaban discutiendo con sus ideas sobre cómo debía ser vestida, leyendo en los labios del peliblanco, "Se que el chico era un genio, pero ya nos metimos en demasiados problemas por no seguir sus órdenes con su imagen", trago en seco al leer eso, recordando esa idea tan enfermiza que Cinna le había dicho que el Capitolio tenía planeado vestirla como una pequeña niña, "Al parecer le gusta más la imagen que tiene ahora, podemos seguir como Cinna lo estaba haciendo". Aunque su intención era continuar con la imagen que Cinna había creado en ella con su talento y sus diseños, no lograron replicarla totalmente, siendo que a diferencia que cuando Cinna la vestía y se sentía hermosas, ahora solo se sentía como una burla de lo que alguna vez había logrado a ser con ayuda de su amigo.

Al llegar a su distrito se sorprendió de que el lugar que normalmente era un lugar lúgubre y regularizado por los agentes que no dejaban que ni una sola risa se escuchara a la redonda, estaba llena de gritos de emoción al verla regresar. Fue llevada a el ayuntamiento antes que nada, donde desde el mismo lugar donde su vida había sido arruinada, ahora tenía que estar con una gran sonrisa y era recibida por el alcalde y dada el honor de ser presentada como su vencedora. Miro el mar de personas frente a ella, reconociendo varios rostros que hasta hace unas semanas la trataban con repudio por su historial familiar y la apariencia enferma que su hermano y ella tenían, no dejándola entrar a sus comercios o convivir con sus hijos, ahora estaban gritando su nombre y buscando un saludo de su parte, doliéndole lo que estaba viendo, como creían que una vida de maltratos y desprecio podía ser borrada ahora que la podrían necesitar.

LOTUS - Los Juegos del Hambre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora