Capitulo 1

25 5 0
                                    

Le dolía ver a su hermano tan débil por el dolor que le hierro que había sido inyectado a él la noche anterior le daba a su cuerpo, pero sabía que al menos para las apariencias, necesitaba estar pulcro y limpio, sin una sola pizca de la tierra que terminaba en su cuerpo todos los días en el campo y que el tono de su piel lograba ocultar, era obligatorio estar presentable para el espectáculo que estaban a punto de vivir. Cuando fue su momento de ducharse, dejó que Enzo tomara una siesta en lo que se terminaba de arreglar, estando escondida detrás de una sábana vertiendo cubetas de agua fría a su cabeza haciendo que cuando el agua callers de sus ojos viera colgado en un gancho en la alacena como su nuevo vestido se encontraba colgado,  no creyendo que algo tan bello fuera a estar en su cuerpo, esa idea siguió presente mientras veía su reflejo en el sucio y roto espejo que decoraba encima de su cama, trenzando su gran cabello con dos moños blancos al final de estas, pensando que al menos con esas ropas no arremendadas y su cabello recogido, podría aparecerse por la casa de Phillip sin sentirse como una escoria entre gente tan educada como el.

Vio la cadena aún en la mesa junto al pan medio comido de su hermano, tomándola con sus dedos y sintiendo el delicado material, estando segura que era lo más costoso dentro de esa pequeña choza donde vivía, y sabía que si ella lo notaba, siendo una huérfana sin educación o hogar, más gente lo vería y podría terminar con un aumento de la renta de su tía, quien cambiaba en precio del uso del cobertizo cada vez que veía un poco de dinero extra o una sonrisa en el rostro de ella o de Enzo, por lo que tuvo que ocultarlo, amarrando la cadena en su tobillo y usando el par de calcetas menos percudido que tenía para ocultarlo, no queriendo dejar atrás el gesto más bello que alguna vez le habían dado.

La única razón por la que había hecho el sacrificio de comprar el medicamento de su hermano esa semana, era porque quería que estuviera fuerte para la cosecha, no podía dejar que los agentes de la paz que mandaban del Capitolio lo vieran débil y en su silla, ya que era común que en el caso de que un niño no estuviera lo suficientemente fuerte como para enfrentar los juegos, le daban el beneficio de el lecho de muerte, y ellos mismos adelantaban esa muerte en muchas ocasiones, por lo que tenían que verlo caminar con la mejor cara posible, por más que cada paso le doliera. Sabiendo que el próximo año que cumpliera los 12 años, tendrían que empezar a buscar un mejor plan de cómo luchar con su enfermedad, cosa que hacía que se sintiera agradecida de conocer a Phillip cuando lo hizo, sabiendo que el la ayudaría.

—No te alejes de él lado de la tía, y mantente de pie solo por lo que dura esto por favor— no tuvo que agacharse mucho para verlo directamente a los ojos, haciendo que su conversación fuera privada, viendo al niño asentir por más que le doliera hacerlo —No puedo prometerte que no tarde mucho, pero después Phillip nos invitó a su casa a una fiesta, con muchos dulces

—¿Me va a dar algo para el dolor?— sonrió tristemente mientras asentía, no pudiendo asegurar que su amigo le daría algo, pero si era necesario, ella lo robaría para el. Se acercó abrazándolo con menos fuerza de la que quería realmente para no darle más dolor a su cuerpo, y dejando un beso en sus rulos marrones como los de ella, para luego separarse y verlo caminar de manera rígida junto a la mujer que simplemente lo ignoraba por cada paso que daba.

Era bien sabido que el distrito 11 era uno de los cuales tenía más densidad poblacional a comparación del resto, eran demasiado habitantes y se notaba al momento que el inicio de la cosecha empezaba tan temprano como las 6 de la mañana, pero el evento en sí no empezaba hasta las 9, tardando 3 horas en pinchar el dedo de todos los niñas y niños de todo el distrito, de los cuales muchos de ellos tenían más de 50 teselas en su bolsillo cada uno.

—Sabía que te ibas a ver muy linda— escucho una voz junto a ella en la fila haciendo que saliera de su análisis profundo de su alrededor viendo como sacándole una cabeza y dos cuartos de encontraba el que podía decir era su único amigo —Pero debo admitir, me gusta más tu cabello suelto.

LOTUS - Los Juegos del Hambre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora