—Me quedo —me dijo sin dar lugar a discusión.
Estaba nervioso. Caminaba de un lado a otro, sintiendo cómo la ansiedad crecía en mi interior mientras esperábamos. Tenía miedo, miedo de lo que pudiera pasarle a Nora. Cinco minutos después apareció Clark, se bajó del coche y nos miró fijamente, su expresión seria y calculadora.
—Subid al coche —nos ordenó antes de darse media vuelta y subirse de nuevo.
Nora me miró desconcertada, con los ojos llenos de preguntas, pero no le dije nada. Supongo que esperaba un abrazo o palabras de preocupación por parte de Clark, pero ese no es su estilo en cuanto a temas del clan. Le abrí la puerta de atrás del coche para que se subiera y luego me senté en el asiento del copiloto, sintiendo un nudo en el estómago.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Clark apenas arrancó el coche. Su voz era un gruñido contenido.
—Tom, él es... —empecé a explicar.
—¡Victor! —exclamó, cortándome enfadado—. ¿Por qué está Nora involucrada en esto?
—Tom era su pareja de baile y la atacó —expliqué rápidamente, sintiendo un sudor frío recorrerme la espalda. ¿Y si hubiera salido herida por mi culpa? Jamás me lo perdonaría.
—¿En su forma?
—En ambas.
—¿Estás bien? —le preguntó a Nora, mirándola por el espejo retrovisor con una preocupación mal disimulada.
—Sí —susurró ella, su voz apenas audible.
No dijo nada más y quizás era mejor así. Mi tío conducía el coche apretando con tanta fuerza el volante que tenía los nudillos blancos. El ambiente en el coche era tenso, casi asfixiante. En cuanto llegamos a casa, nos bajamos del coche y entramos todos en silencio. Le hice un gesto a Nora para que me siguiera dentro de la casa de mis tíos; no quería dejarla fuera de mi vista en ese momento. Esto se estaba saliendo de control demasiado rápido.
—¿Estáis bien? —preguntó preocupada mi tía al vernos, su rostro reflejando angustia—. ¿Qué ha pasado?
—Sí, no ha pasado nada —mentí, intentando sonar convincente.
—¿Nada? ¿A esto lo llamas tú nada? —preguntó mi tío con ironía, su mirada taladrándome.
Nora me miró, un poco asustada y confusa. Yo suspiré, mirando a mi tía, que no dijo nada y negó con la cabeza para que no replicara.
—¿Has dicho que el chico se llama Tom? —preguntó Clark.
—Sí —contesté—, llegó una semana después que yo al instituto y hasta ahora no sabíamos nada sobre él.
Clark masculló algo entre dientes, sacó su teléfono del bolsillo y llamó a alguien.
—Te espero en media hora en el límite del río, junto a la roca. Trae a tu hijo —gruñó antes de colgar sin esperar respuesta.
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1. Mi Única
Werewolf🐺🌕 Nora tiene diecisiete años cuando su vida cambia radicalmente. Le encanta leer pero siempre ha sabido distinguir muy bien la fantasía de la realidad, hasta que una noche descubre el secreto que ocultan sus vecinos. El chico que le atrae y no so...