♡ Capítulo 1 ♡

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Calypso

Termine de trenzarme el cabello y agarré las llaves de mi coche para salir corriendo.

¿Se acuerdan cuando repartieron la puntualidad?

Bueno, yo no, porque no estaba.

Me había levantado tarde y tuve que salir corriendo (literalmente) para ducharme y arreglarme. Me valió una papaya el desayuno y me apresure al centro donde me encontraría con mi cliente. Mi agencia de trabajo me había asignado un cliente especial para darle un tour por las islas griegas, un músico que estaba de vacaciones.

Agarré la primera blusa de tiras decente que encontré junto con unos pantalones de mezclilla y unas sandalias. Me puse mi sombrero y mi identificación para conducir a toda velocidad por las calles de Atenas. Si no llegaba mi agencia de viajes iba a mandarme al inframundo con un tiquete para tener un encuentro personal con Hades y Cerbero.

Dejé mi coche en su lugar, un tanto torcido, y me bajé de un brinco para correr a la plaza. Justo como me lo sospechaba ahí estaba un hombre esperando en una zona acordada. Tragué saliva al notar que no se veía muy contento hablando por teléfono.

¿Llegar diez minutos tarde?

Solo me alegraba de que siguiera allí.

Corrí rápido hacía él.

- ¡Señor Jonas! - le extendí la mano muy apenada -. Lo siento de todo corazón. Mi nombre es Calypso Dimopoulos y asumo toda la culpa, de verdad. Espero que aún pueda disfrutar su tour.

El hombre se me quedó mirando unos momentos hasta que sonrió. Con eso su imagen cambió completamente de un hombre cansado y enfadado por esperar a la de un joven amoroso y carismático.

- Dime Kevin - me estrechó la mano sin dejar de mostrarme sus dientes -. No te preocupes seguro tuviste una buena razón.

- Bueno - me puse un mechón detrás de la oreja y sentí que me sonrojaba de la vergüenza -. Me quedé dormida, señor, de verdad lo siento.

Si me van a despedir.

Estoy siendo patética y poco profesional.

Este pobre hombre ya debe estar cansado de mi...

- No te preocupes - dijo tranquilo contradiciendo mis pensamientos -. En mi opinión dormir es lo más crucial, sin eso no tendríamos energías ¿no?

Lo mire unos segundos -. ¿De verdad no está molesto, señor Jonas?

- ¡Dime Kevin! - insistió con diversión -. Estoy listo cuando tú lo estés, Calypso. Perdona que no te hable formal pero no puedo pronunciar tu apellido.

Finalmente pude sonreír cómoda.

- No te preocupes ¿vamos?.

Él asintió guardando su celular y comenzamos la subida a la acrópolis. Compramos agua y fuimos realizando la caminata mientras cumplía mi rol de guía contándole la información mitológica, arquitectónica y cultural para hacer bien mi trabajo.

Kevin parecía muy feliz recorriendo la zona, me escuchaba atentamente y tomaba fotografías. Incluso hacía preguntas. Cuando por fin llegamos al Partenón le di tiempo extra para tomará todas las fotografías que quisiera de las estructuras y la vista de Atenas desde ahí, pues estábamos en el punto más alto, porque me estaba empezando a cobrar factura no haber desayunado. Por lo tanto, el calor más la actividad física estaban drenándome.

Cuando bebí toda mi botella de agua lo lleve a otra zona.

- Esas son las Cariátides - continúe -. Son la fachada del Erecteón, que es la construcción que reemplazó el antiguo templo arcaico de Atenea que había sido destruido por los persas durante las Guerras Médicas. Como puedes ver están esculpidas para que la figura de la mujer haga de columna y sostenga...

- Estás pálida - me interrumpió.

Me sobresalte y lo mire -. ¿Qué?

- Te ves pálida - me estudió el rostro -. ¿Comiste o saliste corriendo?

- Estoy bien - negué volviendo a mirar a las estructuras, restándole importancia.

- Calypso - la forma en que lo dijo me hizo volver a mirarlo de inmediato, directo a los ojos.

Tiene un verde hermoso el iris de sus ojos.

Enfócate.

- Estoy bien - logré decir después de abofetearme mentalmente.

- Vámonos, tienes que comer algo - me agarró gentilmente el brazo para irnos.

Vale, es un caballero.

- No, de verdad, no - me solté con la misma delicadeza.

- El tour puede esperar.

- ¡Me pueden despedir!

- No si hablo bien de ti.

- Kevin - suspire -. Por favor, déjame hacer mi trabajo, esto me ha pasado muchas veces. Estaré bien.

Él lo pensó un momento.

- Bien - puso los ojos en blanco -. Pero al menos come esto.

Me pasó un envase que tenía un emparedado dentro. Lo tomé sorprendida.

- ¿Cargabas con eso en tu maletín? - pregunté, genuinamente sorprendida.

- Mi mamá siempre decía que una mujer precavida vale por dos - se encogió de hombros -. ¿Por qué un hombre no?

No pude evitar sonreír. Aunque le tuve miedo en un primer instante, Kevin era un hombre muy dulce y considerado. Volví a extender el refractario en su dirección.

- Gracias pero no puedo aceptarlo. De verdad.

- ¿Por qué no?

- Es poco profesional y necesito enfocarme en hacer mi trabajo.

Kevin suspiró y colocó el envase en su bolsa. Se alejó, sorprendiéndome. Mire como se iba y luego volvía caminando casual. Me sonrió de la nada y abrí mucho los ojos.

- ¡Hola, linda señorita! - me estrechó la mano -. Mi nombre es Kevin Jonas ¿el suyo?

Lo mire por unos segundos confundida.

- ¿A qué te dedicas? - insistió Kevin sonriendo.

Finalmente, me reí y negué con la cabeza.

- Calypso Dimopoulos. Soy guía turística y trabajo para una agencia de viajes.

Asintió muy impresionado, como si fuera información nueva.

- Sabes, te vi desde lo lejos y decidí que quiero tu compañía. Te ves agradable ¿no quieres ser mi amiga?

No podía parar de sonreír y me cruzó de brazos, tratando de recuperar mi compostura.

- Ammm, bueno, sería un placer, señor Kevin.

- Sin el señor, eso me hace sentir viejo.

Reí -. Kevin.

Volvió a sacar el envase de su bolsa.

- De un amigo a su amiga, quienes no tienen ningún contrato profesional ¿Aceptarías este sándwich? No es tan rico como tu comida natal pero es el trabajo honesto de un joven de New Jersey.

Puse los ojos en blanco con diversión y acepté el emparedado.

- ¿Por qué eres tan amable, nuevo amigo? - bromeé.

- Te estoy cuidando, amiga - sonrió -. No puedo permitir que una señorita tan bonita como tú se desmaye. No te puedo dar un beso para que despiertes.

Negué, divertida, y mordí el alimento. Eso me dio un gran alivió.

- Ya, camina, te está afectando el sol.

- Más bien te hace ver a ti más brillante.

Me sonroje.

Él sonrió victorioso para seguirme por el resto de la acrópolis.




N/A:

La cursiva en esta historia se usa cuando no están hablando ingles corriente como los Jonas. Ósea un idioma distinto. En el caso de Calypso es griego.

Love, Luxury & Lust ♡ Jonas BrothersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora