—¡Tienes que salir de ahí! —dijo Alfonso desde su silla en «Aromas del Mundo» a donde, el sábado siguiente a que Bel no regresase a su departamento, la había citado para hablar. Se lo veía demacrado y un deje de angustia se filtraba en su voz—. Esto ya no se trata de nosotros, Belén. ¡Estás en peligro!
Bel lo miró incómoda.
—No, Foncho, te equivocas. Estoy bien —desvirtuó. Estaba viviendo una semana idílica junto al ruso, quien además de ser un buen padre, se le hacía un amante excepcional y un compañero cariñoso, considerado, siempre al pendiente de ella—. Sé que han sido muchos años juntos, pero la gente se separa, tienes que seguir adelante.
Le dolía ver a Alfonso, siempre tan en control, y a quien quería tanto, convertido en un ser obstinado que se negaba a aceptar que lo que una vez tuvieron ya no podía ser.
—¡No lo entiendes! —insistió Navarro impotente y arrimó el café que tenía por delante para buscar tomarle una mano que ella le negó discreta—. ¡Yo estoy bien! —mintió desencajado—, pero estuve investigando al ruso; quería asegurarme de que estuvieras a salvo, de que al menos te hubieras largado con un buen tipo, y resulta que no hay registros de ningún Alexey Ivanovich Zverev en San Petersburgo a más de cinco años atrás. Ese hombre está mintiéndote, Belén. ¡No es quien dice ser! —aseguró.
Belén amusgó los ojos y rio incrédula. No se habría imaginado que Alfonso fuese capaz de llegar tan lejos como para investigar a Alexey.
—Escucha, tranquilo, ¿sí? ¡Lo sé! —soltó un tanto descompuesta.
—¡¿Lo sabes?! —repitió Navarro suspicaz.
Ella suspiró.
—Alexey tuvo una niñez complicada —dijo—. Se quedó huérfano, vivió en las calles y estuvo metido en líos de pandillas siendo muy joven. Cambió su apellido de llegada a Nusquam porque quería empezar una nueva vida con su hija, él mismo me lo contó.
—¡¿Y todo eso te parece normal?! —insistió Alfonso indignado.
—No más anormal que mi propia historia, por lo menos —sugirió Belén.
—¡Sí! ¡Mucho más anormal! —rebatió Navarro acalorado.
—¡Por favor! ¡No es la gran cosa!, muchas personas cambian su apellido —aseguró ella—. Su esposa acababa de suicidarse, se cortó las venas en una puta bañera y lo dejó solo con una bebé de mes y medio. Tiene sentido que quisiera olvidarlo todo.
—¿Eso te dijo? ¿Qué cambió su nombre para olvidarlo todo? —inquirió Alfonso tenso, seguro de que había más detrás de aquella historia.
—¡¡Sí!! —escupió ella—. Sincerarse conmigo fue lo primero que hizo después de que —se frenó en seco...
Esa no era la forma en que quería que Alfonso se enterase.
—¡¿Después de qué?! —siguió Navarro impetuoso, dispuesto a llegar hasta el fondo del asunto—. ¡Responde, Belén!
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REDEMPTIO © (Pronto en Papel)
RomanceBelén y Alexey, una ex agente de las Fuerzas Especiales y un subjefe de la mafia rusa, intentan superar sus conflictos internos, y entender lo que sienten el uno por el otro, mientras, para salvar sus vidas, se ven obligados a unirse y enfrentar a l...