Querido cerebro,
Estoy enamoradísima de Sean, ¡de verdad que sí!🥰❤️ Aunque tu eso ya lo sabes...
Me costó tiempo y esfuerzo conseguir que se fijara en mí. Lograr que al fin me mirase de ese modo especial, tal como lo miraba yo.
Éramos amigos desde siempre, pero nuestra relación nunca había sido tan fluida como la que tenía con Roi.
Con Roi siempre había sido algo más fraternal y me comportaba tal como era. Sin caretas, sin matices, sin contención.
En cambio, a Sean lo admiraba desde que tenía uso de razón. Todo lo que decía, lo que hacía, me parecía una genialidad. Siempre tan seguro de sí mismo, tan maduro. Parecía que fuese a comerse el mundo.
Supongo que por eso me costaba mucho más abrirme con él. Me avergonzaba cada vez que me pillaba mirándolo más de la cuenta y me sonrojaba. Me molestaba que Roi se burlase de mí en su presencia. Aunque lo hacía siempre y con todo el mundo, delante de él me sentía pequeña.
Había tenido bastantes novios aun teniendo solo 15 años. Pero en realidad eran solo una distracción. Yo les gustaba, a mí me parecía que no estaban mal y uno tras otro fueron adueñándose de mis primeras veces.
El primero que me dio la mano, el primero que me besó en la mejilla, el primero que me beso en la boca, el primero que me dio un morreo, el que me metió la mano... Y ninguno de ellos había sido Sean.
A pesar de ello, tenía muy claro que el único que conseguía que mi corazón latiera con fuerza era él y solo él.
Esos ojos misteriosos de color miel. Esos rizos que caían desordenados por su frente y sobre todo, su sonrisa. La misma que provocaba en mí una sacudida cada vez que salía a pasear, luciendo pícara, mordaz y desafiante.
Y un día por fin lo conseguí. Fue el día de mi 16 cumpleaños cuando me acompañó a casa después de haberlo celebrado con nuestros amigos.
Me dejó en la puerta y tardó unos segundos más de lo normal en despedirse. Entonces no pude contenerme más y se lo confesé.
Él me besó, confirmando así que me correspondía, que lo había estado deseando desde hacía tiempo. Igual que yo.
Nuestros labios se fundieron en uno, como si el destino, caprichoso, así lo hubiese dispuesto. Como si nos hubiesen moldeado para encajar milimétricamente.
Y de esa magia hoy hace ya dos años. Dos años de puro amor, pura pasión. Dos años de otras primeras veces, de compartir, de fluir, de conocernos...
Te quiero mi ricitos revoltoso. 😍
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Destellos de aguamarina y miel
RomantikAmelia intenta mantener el control de su vida y de sus emociones, luchando con todas sus fuerzas para no parecer vulnerable. En su soledad, Jack se muestra distante con todos; es mejor que mostrar su dolor, el vacío y la frustración que lo consumen...