9. Reclamo

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Aemond despertó a Daera en medio de la noche.

-Daera- dijo Aemond en voz baja.

-¿Qué pasa?- dijo ella, sorprendida, pero hablando en voz baja también, porque compartía su habitación con Helaena. Él la compartía con Aegon.

-He tenido una idea-

-¿Cuál?-

-Quiero reclamar a Vhagar-

-¿Qué?- sabía la obsesión de su hermano por los dragones, pero, ¿Vhagar?.

-¿Por qué Vhagar?, hay muchos huevos y Rhaena lo va reclamar-

-No si lo hacemos ahora, además, durante el funeral la he escuchado, me llamaba, no a Rhaena- tenía determinación en sus ojos, lo veía.

-¿Y por que te debería ayudar yo?-

-Helaena y Aegon me retendrían, además, tu ya has estado cerca de Vhagar, cuando fuiste esa semana a Marcaderiva y tienes experiencias con dragones-

-Vale, deja que me cambie y vamos-

Aemond le agradeció con una gran sonrisa y salió de la habitación para darla privacidad y esperarla fuera. Se puso un vestido que utilizaba para montar a Tessarion y recogió su pelo en una coleta alta. Cuando se estaba por ir, Helaena empezó a tener una pesadilla. Se acercó a ella para calmarla.

-Sssh, Hela, estoy aquí- dijo abrazando a su hermana.

-Tendrás una espada en el rostro- dijo su hermana adormilada.

Esto preocupó a la chica, pero decidió seguir con el plan. Salieron del castillo a hurtadillas llegando a la playa. No tardaron en ver a Vhagar. Se acercaron poco a poco. Aemond tocó sus riendas para subir al enorme dragón. La dragona se giró para ver a los 2 chicos. Era enorme. Después de unos segundos se volvió a dormir. La segunda vez que Aemond se acercó, abrió la boca, lista para lanzar fuego. Daera se le cortó la respiración y agarró la mano de su hermano.

-Dohaeris. Dohaeris Vhagar- dijo su hermano alzando la mano otra mano- Lykiri, lykiry. Lykiry-. La dragona se tranquilizo. Aemond empezó a subir.

-¿No vienes?-

-Estás loco- rio

Aemond ayudó a su hermana a subir. Vhagar se empezó a elevar. Aunque ambos hermanos empezaron a gritar, la adrenalina les hizo reír al final. A Daera se le soltó el pelo.

-¡Lo has logrado, Aemond! ¡Tienes un dragón!-

Vhagar hacía varias vueltas y giros. Mientras Aemond estaba concentrado en las riendas, Daera abrazaba a su hermano para no caerse. En cierto momento, Daera se puso de pie.

-¿Qué haces, loca?- dijo su hermano, pero ella no hizo caso, solo se empezó a reír. Era tan surrealista. Pero nunca se esperarían lo que les pasó cuando bajaron de la dragona.

 Pero nunca se esperarían lo que les pasó cuando bajaron de la dragona

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