28. Disimular

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Ambos dormían plácidamente. Alguien aporreó la puerta.

-¡Aegon!- la reina.

Se levantaron tan rápidamente como pudieron.

-¿QUÉ?-

-Déjame entrar-

-Un momento-

-¡Aegon, levanta de una vez!-

-Me visto en el pasadizo- dijo ella en voz baja.

Justo cuando ella salió por el pasadizo, su madre entró por la fuerza. Aegon se hizo el dormido.

-Levanta. Aegon- le quitó la sábana -¡levanta!-

Él se volvió a tapar.

-Madre... ¿Qué ocurre?-

-¿Qué ocurre?, ¿qué ocurre?. ¿Eso es todo lo que tienes que decir?-

-¿Acaso ha pasado algo?-

-Anoche...-

-Mmh-

-Se escucharon gemidos saliendo de tú habitación-

-A, eso...-

-¿No tienes nada que decir?- Aegon siguió con sus ojos cerrados, adormilados -Y sobre el otro día, la hija de la lavandera-

-Eso es pasado... además, solo nos estábamos divirtiendo. No hacía falta que se enojará tanto-

-¿Y la honra de tú casa? ¿Y la mía? Después de todo lo que hago por ti-

-¿Qué haces tú por mi?- dijo sentándose en la cama. Alicent le propinó una bofetada. Lo miró con decepción durante unos segundos.

-Tú no eres hijo mío- dijo susurrante

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-Tú no eres hijo mío- dijo susurrante

Alicent se iba cuando Aegon rápidamente se levantó tapándose lo máximo que pudo con la sábana.

-Yo nunca he querido esto.- dijo con voz entrecortada. Se giró con mirada de desaprobación -He hecho cuanto has querido y me esfuerzo- las lágrimas inundaron sus ojos -Hago cuanto puedo pero nunca será suficiente para padre y para ti-

Helaena entró a la estancia.

-¿Habéis visto a Daera? Nadie la ha visto hoy-

Alicent miró a su hijo.

-¿Puedes dejarnos solos un momento?- ella asintió y los dejó solos. -¿Dónde está tú hermana?-

-¿Y por qué crees que yo lo sé?- se sentó en la cama sirviéndose vino.

-Llevas muy raro desde que vino tu hermana. Sobre todo ayer-

-Hace mucho que no la veo. Claro que voy a cambiar un poco-

-Como le haya pasado algo a tú hermana...- y se fue.

...

-Ya han encontrado a la princesa-

-¿Y donde estaba?-

-Al parecer viendo a los dragones-

-¿Qué raro, no?-

La otra sirvienta asintió. Es lo que les había escuchado Aegon a escondidas. La estuvo buscando en todas partes pero no la vio hasta la comida. Iba enjoyada de pies a cabeza. Un vestido rosa carmesí escotado, algo que no agradó nada a su madre

-Vas muy elegante hoy, ¿no?-

Ella no contestó. Empezó a salir la comida: cisne asado con champiñones y pistachos, ensalada de frutas y verduras y muchos más manjares.

-¿Qué tal los dragones, Daera?- preguntó Jacaerys, inoportuno como siempre.

-Bien. Gracias- dijo con tono seco.

-Estás un poco rara, ¿ha pasado algo?-

-Nada que te incumba- dijo con una sonrisa burlona.

-Daera- su madre la mataba con la mirada. Aegon le puso la mano en la pierna.

-Tranquila- dijo en voz baja.

Cuando estaba por irse con Aegon al patio de armas después del desayuno su abuelo los interrumpió.

-¿Podemos charlar?- dijo el hombre.

-Por supuesto. Luego te veo- le dio un beso en la mejilla a su hermano y se alejó.

"¿Qué querrá este ahora?" pensaron ambos hermanos mientras ella se alejaba.

-¿Qué pasa ahora?-

-¿Qué? No puedo hablar tranquilamente con mi nieta?-

-No sé si lo recuerdas, pero creo que era una chica lista y se captar al primer momento tus intenciones-

-Y lo sigues siendo. Quiero hacerte una pregunta. ¿Que tienes con tú hermano?-

-Aemond y yo somos buenos amigos-

-Con Aegon-

-Lo que te dicho-

-Os he visto. Hasta vuestro padre se daría cuenta de algo tan obvio-

-¿Y qué pasa con eso?-

-Quiero que disimuléis mejor-

-¿Por qué?-

-Me gustaría casaros-

"Matrimonio"

-Te acuerdas lo que te dije hace tiempo-

Asintió.

-Pues sigue recordándolo-

Por la noche, Aegon fue a su habitación y le explicó todo.

-No puedo soportar tanto tiempo. Te deseo.- La abrazaba por detrás, mientras besaba su cuello y apretaba sus pechos.

-Pues habrá que esperar- dijo zafándose de su agarre con dificultad -Tenemos que interpretar un papel: somos hermanos, no amantes-

-Pero Targaryens, al fin de al cabo-

-Aegon- dijo con irritación.

-Ya, ya. Oye, ¿has escuchado lo que me dijo madre antes?- dijo con preocupación.

-Si, sin querer. Me estaba vistiendo rápido en el pasillo y lo escuche todo-

Aegon solo asintió. Daera se acercó a él y lo abrazó, haciendo que éste rompiera en llanto. Acabaron durmiendo juntos, abrazados tiernamente.

 Acabaron durmiendo juntos, abrazados tiernamente

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Amor de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora