20. La Justa

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Todos estaban nerviosos por las justas, muchos lores, señores menores y caballeros se habían apuntado, entre ellos, Aemond y Jacaerys. Daera estaba sentada en la parte de delante del balcón entre sus hermanos restantes. Ella solo estaba atenta a las apariciones de su hermano, quien estaba arrasando con sus contrincantes. Mientras lord Jason Lannister estaba peleando con un pequeño hombre de las Ciudades Libres, Daera le preguntó a su hermano...

 Mientras lord Jason Lannister estaba peleando con un pequeño hombre de las Ciudades Libres, Daera le preguntó a su hermano

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-¿Por qué no participas en la justa?-

-A mí no me interesan esas cosas. ¿Y tú?- la menor se rio.

-¿Por qué mantienes el pelo corto?-

-Por joder a padre- Daera volvió a reír -¿Por que preguntas tanto?-

-¿No querías volver a tener lazos?- esta vez fue el turno de Aegon de reírse. -quiero que nos llevemos bien. Como antes-

-Será un poco difícil, pero creo que lo intentare-

Así pasó el tiempo, fueron cayendo hombres, incluso en cierto momento alguno murió, pero todo se decidiría al final. Los últimos que quedaron fueron Jace y Aemond. Aemond antes de empezar le pidió su bendición a Helaena, esta con una sonrisa se la dio, cuando llegó el turno a Jacaerys se lo pidió a su otra tía.

-Princesa Daera, tía, ¿me desearíais suerte para el último combate?- Aegon se tenso. Daera se acercó lentamente hacia donde estaba Jace.

-Suerte, sobrino- dijo con desdén disimulado con cortesía y le dio su corona (bastante mal hecha pese a la ayuda de Helaena)

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-Suerte, sobrino- dijo con desdén disimulado con cortesía y le dio su corona (bastante mal hecha pese a la ayuda de Helaena)

Cuando volvió a sentarse, Aegon la miró.

-¿Qué?, si no lo hubiese hecho padre me hubiera matado-

Cuando comenzó la justa, ninguno se derribó al primer golpe, al segundo calló Aemond. Jacaerys bajó del caballo y le dieron una espada.

-¡Tú!- vociferó Aemond.

Se empezaron a pelear, Daera le pidió a su padre que los parase, pero este hizo caso omiso a sus súplicas. En cierto momento, Jace derribó a Aemond, empezando a propinarle puñetazos.

-¡Aemond!. Padre -se acercó hasta donde estaba -parad esta locura, lo va a matar-

-Así van las cosas, Daera.- La muchacha se dirijo a la puerta pero los guardias le cortaron el paso. -No saldrás por esa puerta hasta que el combate acabe-

-Has dicho por la puerta- la chica fue corriendo directa a la barandilla del palco y la salto.

-¡Daera!- gritaron sus padres, pero ella hizo caso omiso.

-Jace, déjalo-

-Daera-. La chica pidió una espada -¿quieres pelear?, te aviso que he entrenado-

-Yo también-. La pelea comenzó, los hierros chocaban entre sí, a Aemond se lo llevaron de ahí, inconsciente. Aunque Jace era bueno, Daera era mejor. Atacaba de manera ágil y potente. Daera acabo acorralando a Jace, este se tropezó, entrándole polvo en los ojos. Cuando abrió los ojos encontró la espada de Daera a pocos milímetros de su cuello.

 Cuando abrió los ojos encontró la espada de Daera a pocos milímetros de su cuello

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-Has ganado- dijo al fin Jace. Miro a Aegon, quien se rió y le lanzó un pulgar hacia arriba. Daera notó que su pie derecho estaba dañado así que el maestre se lo vendó y le dió una medicina que tenía que extenderse durante algunos días para que se recuperase. Después de eso, Daera fue llamada a los aposentos de su padre.

-¿Cómo se te ocurre?-

-Estuvo apunto de matar a Aemond, los maestres le están tratando y dice que tendrá que recuperarse-

-No he preguntado por los maestres, sino porque lo has hecho-

-Salvar a mi hermano-

-Todo el mundo habla ahora de que tengo 3 hijos en vez de 2- Daera no contestó, solo le miraba con una mirada que tenía mil emociones diferentes en ella -¿por qué te comportas así?-

-Porque así me enseñaron-

-¿Quién?-

-En los múltiples lugares donde me mandaste, por ejemplo-

-Daera...-

-No, regaña al perfecto príncipe que ha sido todo su culpa-

-El será tu futuro esposo-

-¿Qué?

-Mañana mandaré una carta para solicitarle el compromiso a Rhaenyra-

Ella se marchó furiosa. Tenía un plan para que eso no ocurriera.

Amor de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora