24. Paseo Por El Bosque

3 1 0
                                    

Daera se salió de su carpa con ropa masculina. Le habían prohibido ir a la caza por su comportamiento. Todos empezaron a cuchichear y mirarla. Aemond y Aegon estaban desayunando cuando la vieron.

-¿A dónde vas?- pregunto el menor.

-A cabalgar por el bosque, ¿venís?-

-Siempre- respondió Aegon.

-Solos no- interrumpió su madre

-¿Y cual paleto va a ser nuestra niñera?-

-¡Aegon!-

-Me ofrezco voluntario, mi señora- saltó Cregan

-¿Estáis seguro?- dijo el rey -os perderéis la cacería, además dicen que han avistado un ciervo blanco-

-Seguro majestad-. Aegon y Aemond pusieron los ojos en blanco. Daera se despidió de su hermana y le deseó suerte a Jace. Ensillaron el caballo y empezaron a trotar. Invierno los acompañaba.

-Gracias por acompañarnos- dijo Daera.

-No hay nada que agradecer- respondió Cregan.

-Mi hermano y yo también le queremos agradecer por acompañarnos, si no se hubiera ofrecido no podríamos irnos o nos hubieran encasquetado a algún idiota- dijo Aemond cortésmente.

-Yo no he dicho nada- dijo el mayor en bajo, con tono de enfado -pero gracias-

-Es curioso, Invierno es muy amigable con vos, ni con mi hermano ni conmigo ni con nadie es así-

-Eso es porque Cregan lo encontró y me lo dio- le aclaró a Daera.

-Más bien nos atacó. Estábamos de paseo para enseñarle las tierras a Daera y apareció ese pequeño cachorro. Atacó a varios de los míos, por poco me mata a mi, menos mal que Dae lo tranquilizó- la chica se sonrojo. <<Dae>>. Es el apodo que la tenían a ella los hermanos.

Pararon en un río para descansar. Cuando Daera se echó agua en la cara la llamaron.

-Daera...- empezó Aemond.

-¿Qué?-

-Tenéis que ver esto- siguió Cregan.

-Un momento...-

Invierno empezó a gruñir.

-¡Dae!- grito Aegon.

-¿¡Qué!?- se giró bruscamente y lo vio... Un ciervo albino. Aemond y Cregan desenvainaron sus espadas.

 Aemond y Cregan desenvainaron sus espadas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-No- dijo Daera mientras se levantaba. Fue a tranqulizar al huargo.

-Mi madre me contó que en mi segundo día del nombre hubo un avistamiento de uno de estos, pero nunca lo encontraron- dijo mientras se acercaba lentamente al animal -¿no lo veis?- se volvió a ellos -es una señal.- Fue al animal. Este se puso en patas traseras y Aegon se cayó del susto y se alejó. Daera se acercó -¡Dae, no!. Esa cosa es peligrosa- se puso a corta distancia e hizo una reverencia. Todos la miraron de loca. El animal se la devolvió. Ella lo acarició.

-Ven Aegon, no hace nada-. El mayor fue con ella y lo acaricio. Aemond y Cregan vieron esto atónitos. Sabían lo que estos animales representaban y que hubieran hecho esto con Daera significaba algo claro...

Mientras esto pasaba alguien los espiaba... Jacaerys.

Daera llegó bastante tarde. Cuando paso por la tienda de las Ladys escucho risas sonoras sonoras y su nombre así que acerco el oído para saber de qué hablaban.

-¿Habéis visto cómo iba vestida?. Ropajes de hombre, de seguro se lo robó a alguno de sus hermanos- era Cassandra Baratheon. Todas rieron.

-¿Entonces ya has pensado a quien cortejar?- dijo una chica a quien no pudo identificar.

-Bueno, Aemond ya lo habéis visto. Se la pasa leyendo y es frío. Cregan sería bueno, pero no me gusta el Norte. Aegon es manipulable, pero un imbécil y poco atractivo, pero un Targaryen al fin y al cabo-

-¿Y Jacaerys?-

-Mi mejor opción. Manipulable, bueno, tierno y fácil de engatusar. Me casaría con él y me acostaría con Aegon-. Otra risa colectiva.

-Según he escuchado prometerán a la ''princesita'' con el príncipe Jacaerys- salto otra mujer

-Seguro que se aburre de ella rápido, jajaja-.

Aquella noche Daera estuvo maldiciendo entre dientes a Cassandra y pensando un plan de venganza. Durmió poco.

A la mañana siguiente la prepararon para volver al castillo en un carruaje compartido con sus hermanos. Se quedó dormida en el hombro de Aegon.

-Mi señor, la señorita Cassandra pregunta a la princesa Daera que si desearía compartir su carruaje con las demás damas- dijo un lacayo desde fuera.

Aegon le dio una breve mirada a su hermana.

-Dígales que la princesa lo ha denegado- este asintió y se fue.

-¿Cómo puedes hablar así por ella?- dijo Helaena.

-La conozco, no lo hubiera querido. Además, sabes lo poco que le gusta que la despierten- Todos rieron.

Amor de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora