Cap: 41 Ataque II

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Advertencia: Escena tóxica, cabe recalcar que este no es un libro muy cliché pero están advertidxs.

Narra: Adaria


Despegamos y nos dirigimos a la frontera de C.P. A través de una de las pantallas holográficas de la nave, observé cómo la ciudad debajo se desmoronaba en un caos total. El ataque por parte de Ciudad Peligro había alcanzado niveles devastadores. Los rascacielos, antes orgullosos de su altura, se caían como fichas de dominó, y las luces de neón que solían iluminar la ciudad se habían apagado en una oscuridad implacable.

Aumenté la velocidad de la nave, esquivando disparos de rifles de energía que zumbaban alrededor. El chasquido de las balas de plasma reverberaba en el interior de la cabina.

— ¡Mierda, Aria, ¿estás bien? — la voz de James llegó a través del auricular con un tono de preocupación palpable.

— Estoy bien, ni siquiera nos han rozado — respondí, intentando mantener mi voz firme a pesar del caos.

— ¡Ten cuidado! — la preocupación en su tono era evidente.

No contesté. Miré hacia la frontera que se acercaba a la velocidad de la luz y vi cómo la devastación se extendía por el terreno. Los edificios estaban reducidos a escombros, y las calles eran un campo de batalla.

Preparé dieciocho drones de combate y nueve explosivos de nano-fusión, mientras me acercaba cada vez más a la frontera. Los explosivos eran de última generación, diseñados para disolver las estructuras a nivel molecular.

Realicé un giro rápido en el aire, y la nave comenzó a disparar los drones y explosivos. Los proyectiles, impulsados por un campo de gravedad artificial, estallaron en una lluvia de partículas brillantes, haciendo que la ciudad se convirtiera en un espectáculo de caos y destrucción.

Miré la pantalla de información de la nave. “Se han llevado unas doce mujeres y dos adolescentes, acaba con ellos. Los demás soldados de la central deben ir y cerrar las calles”.

— Adaria, dirígete a la zona sur, están usando androides para atacarnos. Necesitan refuerzos — la voz de Markus resonó con urgencia.

— Entendido — respondí, desviándome con precisión hacia la zona sur mientras lanzaba una última ráfaga de misiles contra las naves enemigas que intentaban interceptarme.

Aterrizé en el borde de un bosque que bordeaba la zona sur y dejé la nave flotando en un campo de camuflaje electromagnético.

El bosque estaba plagado de árboles bioluminiscentes que emitían una tenue luz azul, ofreciendo un contraste surrealista con la destrucción que había dejado atrás.

Tomé mis armas y coloqué mi katana en su retenedor magnético en mi espalda. Caminé por el bosque con pasos silenciosos, mis botas antigravedad apenas hacían ruido en el suelo cubierto de hojas y escombros. A medida que me acercaba a los edificios en ruinas, el aire se llenaba de un zumbido constante, el sonido de la pelea que se libraba más allá.

Llegué a una zona donde los edificios estaban parcialmente derrumbados, y observé a mis Compatibles: Alexandre, Máximo, Vitaly, Nikolay, y Seath, luchando contra los atacantes en una feroz batalla cuerpo a cuerpo. Sus trajes de combate blindados parpadeaban con luces de alerta mientras repelían los ataques.

Sin previo aviso, un androide de alta velocidad me lanzó contra una pared de metal, y mi espalda impactó el suelo provocándome un dolor agudo.

Me levanté con agilidad, ignorando el dolor, y observé a mis Compatibles distraídos por la caída de escombros cerca de ellos.

Amor sangriento (Compatibles) Libro:#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora