Cap: 43 Nolan

713 73 1
                                    


Narra: Adaria.

Abrí los ojos lentamente, adaptándome a la luz tenue del lugar. A pesar de su suavidad, la claridad me resultaba un tanto incómoda. Mi mirada se dirigió al lado izquierdo y, al verlo, mi cuerpo se tensó de inmediato.

— Nolan — susurré con voz temblorosa, apretando la mandíbula.

— Tesoro... — él sonrió con una mezcla de cinismo y malicia mientras se acercaba hasta quedar frente a mí — Veo que has despertado.

— Eres un imbécil — lo miré con furia — ¿Qué habrías hecho si yo moría, ah?

— Sabes perfectamente que yo sabía que ibas a sobrevivir. Aunque la herida fue de gravedad, aquí estás, tesoro — dijo con una sonrisa siniestra — Sé que tienes más vidas que un gato, así que, ¿por qué no volver a jugar contigo dejándote herida pero sin morir?.

Apreté la mandíbula con mucho más fuerza, luchando por no descontrolarme y saltar sobre él. Él sabe perfectamente lo que pienso porque ensancha su sonrisa.

— Eres un puto imbécil — le espeté, mientras le dedicaba una mirada asesina.

Él suspiró y se sentó a mi lado en la camilla, acariciando mi rostro con una suavidad inquietante y peligrosa.

— Preparé esta guerra solo para verte, tesoro, y lo he conseguido — susurró mientras sus dedos se deslizaban por mi cabello, su voz cargada de un tono que no lograba ocultar su satisfacción macabra.

— Estás loco — aparté su mano con un manotazo, el dolor en mi estómago por el tirón de la herida casi me hace gemir de dolor.

— Por ti — ignoró mi rechazo y volvió a pasar sus dedos por mi cabello con una mezcla de ternura y perversidad — ¿Sabes?.. Cuando pensé que habías muerto, me ingresaron en un manicomio.

— Ojalá y no hayas salido nunca de ese lugar — respondí con desdén.

Él desestimó mi comentario con una mueca y continuó hablando.

— Luego un psicólogo me trató durante unos meses, y me diagnosticó como... psicópata — dijo, su sonrisa se volvió más amplia y perturbadora.

— No me cabe duda de que lo eres — respondí con frialdad — Pero, ¿sabes qué eres para mí?

Me miró con una ceja enarcada, la curiosidad y la malicia brillando en sus ojos azules gricaseos.

Ojos que sé que he visto en alguien más, sin embargo no me propongo a pensar en ello.

— ¿Qué soy para ti, tesoro?

— Un imbécil — solté con veneno en mi voz.

Él soltó una risa ronca y me miró amenazante.

— Deja tú rencor de lado — dijo, su tono era de una serenidad inquietante, mientras su rostro se acercaba al mío.

No podía ni quería dejar de lado mi resentimiento, y su presencia solo avivaba mi ira.

Ira que tenía retenida de años atrás, de los recuerdos de cada cosa que hizo, aunque algo en él siempre me ha hecho no querer odiarlo, yo me obligaba a hacerlo.

En un movimiento rápido, él sacó una inyección y la mostró con una sonrisa malévola. Mi cuerpo se tensó, la vista de la aguja provocó un estremecimiento involuntario.

Sin pensarlo, tomé las tijeras que estaban a mi lado, moviéndome bruscamente, pero el dolor en mi estómago se intensificó por la herida curada. El movimiento fue demasiado brusco y el tirón me hizo soltar un gemido ahogado.

Amor sangriento (Compatibles) Libro:#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora