Cap: 39 Desahogate.

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Narra: Adaria.

(+18)

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Parecía que iba a besarlo, sus manos sobre su rostro, ella muy cerca de él. La tensión en el aire era palpable. Ella se separó con lentitud y me miró, su mirada llena de curiosidad y desdén.

-¿Quién es ella?-su pregunta, tajante y autoritaria, se dirigió a Aydan.

-Mi Compatible-respondió él, alejándose de ella.

-¿Y por qué está aquí?-su tono no admitía desvíos ni evasivas.

Pero solo es una detective, me recordé a mí misma. ¿Por qué tanta exigencia? Sonreí con burla, desafiando su mirada inquisitiva.

Era evidente que había algo más en juego aquí, algo que iba más allá de un simple roce profesional.

-¿Qué te importa?-solté con desdén, mi voz cargada de sarcasmo.

-Es cierto, Adaria, ¿qué haces aquí?-Aydan preguntó, sus ojos fijos en los míos con una mezcla de preocupación y confusión.

Mostré mi placa de la central, y el ambiente se volvió repentinamente tenso y solemne. La vista de mi identificación hizo que ambos se quedaran en silencio, como si la realidad de la situación hubiera cambiado en un instante.

-Criminóloga Aria-dije mientras guardaba mi placa en el bolsillo.

-Usted es la mejor criminóloga y casi no acepta ir a muchos casos. ¿Por qué a este sí?-Preguntó ella, dirigiéndose a mí con una mezcla de curiosidad y desafío.

Me acerqué hasta quedar frente a ella, sintiendo la intensidad de su mirada sobre mí.

-Eso, no te tiene por qué importar, eres detective pero no has sido contratada para investigarme a mí-susurré contra su rostro, un toque de frialdad en mi tono mientras me alejaba, arrugando la nariz con desdén.

Continué-Se ha solicitado mi presencia aquí y aquí estoy, pero antes quería ver cómo se encontraba Aydan. Sin embargo, ya veo que está bastante entretenido - hablé con un tono condescendiente, mi falsa sonrisa apenas disimulando el desdén.

Aydan suspiró, su frustración palpable, y miró a la detective.

-Déjanos solos, Barlow -ordenó, y luego volvió a mirarme con una mezcla de alivio y agotamiento.

-Llámame Viviana -dijo ella, acercándose y dejando un beso en la mejilla de Aydan. La miré con ojos entrecerrados mientras ella pasaba por mi lado, dándome una sonrisa burlona y moviendo las caderas de manera exagerada.

La furia creció en mi interior. Viviana Barlow. Ladeé la cabeza ligeramente, sopesando su nombre con desdén.

La mataré.

Me acerqué a Aydan y durante unos minutos, nos miramos en silencio, un silencio cargado de emociones contenidas y palabras no dichas. La calma de ese momento contrastaba con la tormenta interior que ambos sentíamos.

Yo por un lado estaba molesta, sentía celos, y algo más. Él dejaba ver tristeza y frustración, un toque de enojo, quizás por lo de Liam.

-¿Cómo estás?-decidí romper el silencio con una pregunta simple, pero cargada de preocupación.

-Bien-susurró él, su voz apenas un murmullo.

Sacudí la cabeza, sabiendo que mentía.

-Mientes. Sé que quieres estar solo y llorar-murmuré a su lado, con mi voz suavizada.

Amor sangriento (Compatibles) Libro:#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora