VEINTIDOS

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ADVERTENCIA

Uso de lenguaje homofóbico.


*

Gun

Cuando me desperté a la mañana siguiente mi almohada aún estaba húmeda por mis lágrimas. Estaba boca abajo, tenía problemas para respirar estando en esa posición, pero tenía la sensación de que incluso si me sentaba, no sería capaz de respirar mejor de lo que hacía ahora.

Hoy no podía enfrentarme a todo el mundo. No había duda de que yo sería el mayor tema de conversación en la escuela. Tal vez si me quedaba en la cama, Black se iría sin mí. Estaba seguro de que no querría verme hoy después de nuestra pelea de anoche. Podría quedarme en mi habitación para que mis padres no me vieran y Black se fuera a la escuela, entonces podría tener toda la casa para mí solo.

Parecía el plan perfecto hasta que un fuerte golpe sonó del otro lado de mi puerta. Grité llevando mi almohada sobre mi cabeza para tratar de ahogar el ruido. De repente, el sonido se detuvo y mi puerta se abrió tan duro que chocó contra la pared haciendo un estruendo. Todavía mantuve la cabeza bajo la almohada, sabiendo que era Black quien había interrumpido en mi habitación.

—Levántate— exigió mi hermano, jalando las sábanas.

No lo obedecí, en vez de eso, lo ignoré con la esperanza de que se aburriera y me dejara en paz. Aunque, sabía que no tenía tanta suerte. Si Black estaba decidido a sacarme de la cama, lo haría.

—Gun— gruñó Black, empujándome duro para levantarme —Vamos a la escuela.

Alejé la almohada de mi cara y lo miré a través de mis ojos enrojecidos. Parecía estar tan enojado como la noche anterior, una vena salía prominentemente en su cuello. Black estaba con las manos en sus caderas, completamente vestido para la escuela mientras estaba de pie junto a mi cama luciendo impaciente.

—No seas cobarde— dijo en tono condescendiente —Levántate y prepárate, ahora.

Me levanté de la cama mientras Black veía cada movimiento. Abrí los cajones y saqué el primer atuendo que pude encontrar. Sentí que los ojos de Black me quemaban la piel, haciéndome salir de la habitación para ir al baño a vestirme.

Era la primera vez que me miraba al espejo desde ayer. Mis ojos estaban rojos e hinchados, mientras la piel de mi cara parecía irritada por la cantidad de veces que tallé mis manos a través de ella para limpiar mis lágrimas. Mi cabello era un desastre y mi expresión estaba en blanco. No me veía bien, y definitivamente no me parecía a mí mismo.

Me vestí de todos modos, sabiendo que Black derribaría la puerta si no lo hacía pronto. Después de vestirme, cepillarme los dientes, y poner un poco de agua en mi cabello y en mi cara, regresé a mi habitación para poner mi ropa sucia en la cesta. Black se sentó en mi cama, mirando su teléfono de forma molesta. Cuando vio que estaba listo, se puso de pie y se abrió camino para salir de mi dormitorio.

—Nos vámonos— se quejó, golpeando su hombro contra el mío con dureza. Mi propio hermano estaba siendo frío conmigo por esto, no podía imaginar cómo el resto de la escuela iba a reaccionar a ello.

Parte de mí quería sacar a Black de mi habitación y cerrar la puerta, pero sabía que no sería útil. Llamaría a mis padres y me harían salir de mi habitación para ir a la escuela. Me preguntaba si era tan inflexible sobre que yo fuera a la escuela porque no quería que me sentara por ahí estando triste todo el día, o, si quería castigarme por lo que había hecho haciéndome soportar la ira de todo nuestro cuerpo estudiantil. Tal vez era un poco de ambos.

Cuando los dos subimos a nuestro auto, nos quedamos callados. Ni siquiera la radio estaba encendida para llenar el vacío entre nosotros. Era como si Black estuviera deliberadamente tratando de hacerme sentir incómodo.

KNIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora