KNIGHT

DOCE

—¿Vas a casa de Krist esta noche, verdad?— Black preguntó cuando nos encontramos, casi al final del día escolar, antes de ir a practicar.

—Probablemente— contesté —Janhae y Ssing realmente quieren ir.

—¿Tienes un conductor designado?

—Probablemente Mike— le dije.

—Puedes quedarte en la casa de Krist conmigo si es necesario— ofreció Black.

—Creo que estaré bien— le dije. —Pero gracias.

Y con eso, Black se fue por el pasillo hacia el vestidor. Black no había sacado a relucir mi confesión desde ayer, pero era obvio que estaba haciendo todo lo posible para ser solidario, ya que me vigilaba todo el día.

Me di la vuelta y me fui al estacionamiento en busca de Mike. No tardé mucho en encontrarlo, estaba fuera de su auto, hablando con una chica de su clase de química.

—Hola— saludé mientras me acercaba a ellos.

—Hola, Gun— exclamó feliz la chica, Liza.

Rara vez había hablado con Liza, pero sabía que era una persona bastante extrovertida y agradable, más o menos lo contrario de Mike.

Sonreí amablemente hacia ella antes de mirar a Mike quien se veía un poco incómodo, y con un ligero tinte de rosa en sus mejillas.

—¿Voy a verlos en casa de Krist esta noche?— Liza preguntó brillantemente.

—Creo que sí— le respondí, buscando confirmación a Mike. Sólo asintió.

—Genial— Liza dijo. —Los veré más tarde, chicos.

Liza envolvió a Mike en un rápido abrazo antes de caminar hacia su auto. Los dos la vimos por unos momentos antes de que me girara a Mike con una gran sonrisa en la cara.

—Liza, ¿eh?— Dije burlándome.

Mike rodó los ojos, abriendo la puerta del conductor y deslizándose. Lo copié, mi sonrisa no desaparecía de mi cara.

—Te gusta— dije, como si ya fuera un hecho.

—No es nada— dijo Mike, tratando de ignorarme y poniendo el auto en reversa.

—Mike— Lo llamé —¿No es nada?, Te gusta ella.

—Está bien— admitió mientras paseaba por el estacionamiento.

—Ella es bonita, y es inteligente...

—Creo que le gusto— Mike suspiró y me miró brevemente.

—Eso es genial— Dije.

—Pero no sé cómo me siento por ella— continuó.

—¿Por qué?— Se me borró la sonrisa rápidamente.

—Sólo creo que no quiero una relación— me dijo Mike encogiéndose de hombros.

—Solo has salido una vez.— Rodé los ojos.

—Y eso no funcionó— me recordó.

—Quizás esta vez lo hará— le animé. —Liza está bien. Creo que deberías ir por ella.

—Tú tampoco has salido en mucho tiempo— dijo Mike con la ceja levantada, quitando la atención de él.