22. Jeno

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El mensaje de texto llegó justo cuando se detenía en el camino de entrada. Jaemin: Ya no puedo con esto. Pertenezco al enclave. Me voy a casa. No me contactes. Por un momento, se tambaleó. ¿Jaemin se iba? Eso no podría ser correcto. Había estado feliz esa misma tarde. No había habido el más mínimo indicio de que no estaba contento. Si no estaba contento, ¿por qué no había acudido a él? ¿Por qué no decirle algo a alguien, a cualquiera, antes de rendirse y decidir irse?

Pero luego volvió a leer la primera línea y se dio cuenta de que el texto no era de Jaemin en absoluto. Tal vez Jaemin no pudiese manejar todo por sí mismo, pero tampoco era un idiota presumido. Si no podía hacer algo, pedía ayuda. Había dejado el enclave y viajó a lo largo de medio país en busca de ayuda en lugar de darse por vencido y marcharse. Jeno ni siquiera cerró la puerta de su auto, simplemente bajo y corrió
adentro. Casi de inmediato, fue abordado por Giselle, sosteniendo a una Rei sollozando.

- Algo anda mal - aseguró ella - Hay vasos y jugo por toda la cocina y el jugo huele mal, no puedo encontrar a Jaemin por ninguna parte.

Jeno se apresuró a entrar en la cocina y casi se quedó boquiabierto por lo inapropiado del olor. Sabía que su sentido del olfato era más fuerte que el promedio, pero todo lo que pudo distinguir fue el hedor de algo medicinal. La masa en la que Jaemin había estado trabajando estaba sobre el mostrador. La masa que Jaemin le había dicho una y otra vez tenía que estar en el refrigerador siempre que no se estuviera trabajando en ella. La única respuesta posible era la manada Lee. Jaemin no se había ido por su propia voluntad y ni siquiera estaba bien encubierto.

Jeno no sabía por qué se habían molestado en enviar el mensaje de texto. ¿Pensaban que los lobos de Yangju eran tan tontos que no notarían el desorden? ¿Pensaban que no notaría que Jaemin actuaba de manera errónea? ¿O pensaban que Jeno estaba preparado para asumir lo peor de las personas?

- Seunghan - gritó Jeno - ¿Dónde está Seunghan?

Giselle pareció sorprendida por la pregunta - Yo no... yo no lo sé. No creerás que lastimó a Jaemin, ¿no? - Jeno le tendió el teléfono para que ella pudiera ver el mensaje de texto y ella jadeó - No. Eso no es posible.

- Creo que es una gran coincidencia que Seunghan finalmente acceda a reunirse mañana con la manada de Suwon y luego hoy Jaemin desaparezca - no se molestó en detenerse en la cocina.

Se dirigió directamente hacia atrás, por el camino a la casa de huéspedes y abrió la puerta sin llamar. Estaba vacía. Lo sabía sin siquiera buscar. El lugar estaba frío, y había pocas señales de que Seunghan la hubiera habitado durante las últimas tres semanas. Su mochila había desaparecido. Se dio la vuelta para encontrar a Giselle y Rei siguiéndolo por el camino.

- ¿Está ahí?

- Se ha ido y también su mochila.

- El libro de cocina de Jaemin todavía está en la mesa de café en el estudio. No hay forma de que él deje eso atrás. Por nada del mundo.

Estaba tan torpemente llevado a cabo que, si Jeno no lo estuviera viviendo, no lo habría creído. Jeno se dio cuenta de que no creían que Jaemin tuviera ningún pensamiento o agenda propia. Creían que, por ser un omega, decidiría por capricho alejarse de su vida, dejando atrás las cosas y las personas que amaba. Pensaron que eso era lo que había hecho antes, con Giselle, por lo que ni siquiera habían tratado de encubrirlo. Jaemin estaría muy ofendido si supiera lo que habían hecho. Si no lo habían lastimado con lo que fuera que le hubieran puesto en el jugo.

Jeno giró y se dirigió a la casa una vez más - Doyoung y Jungwoo deberían regresar pronto del cine - le señaló a Giselle mientras caminaba - Johnny podría estar fuera hasta tarde, está con Ten.

- ¿No deberíamos llamarlos? - preguntó ella, corriendo detrás de él. Rei se había quedado callada, como si supiera que su madre necesitaba estar prestando atención a otra cosa en este momento.

- Si quieres. Necesitan saberlo.

- Vamos a sentarnos y...

Se volvió hacia ella cuando volvieron a entrar - Voy a buscarlo.

- Deberías esperar. Mostrar a los Lee un frente unido.

No estaba equivocada, pero la idea de esperar era imposible de digerir. Jeno no podía sentarse en el mostrador y esperar a que llegaran los demás. Esperar dejaría que Seunghan y su padre llevaran a Jaemin más y más lejos de él. No había manera de saber lo que le habían hecho. Saber si le harían daño. Jeno no podía sentarse sobre sus manos y no hacer nada, ni siquiera por una hora. Gisellepareció entender, porque en lugar de tratar de discutir su punto, se inclinó y le dio un fuerte abrazo con un brazo, aun sosteniendo a Rei entre ellos.

- Los llamaré y los enviaré por ti - le susurró al oído, luego se apartó para mirarlo a los ojos - Ten cuidado, ¿me escuchas? Johnny puede ser tu alfa, pero tú eres el mío y el de Rei, necesitamos que estés bien. Jaemin también. Tráelo de vuelta a casa sano y salvo.

Jeno la besó en la mejilla, luego hizo lo mismo con Rei y asintió mientras se alejaba - Volveré cuando Jaemin esté a salvo. Si... si realmente quiere estar allí, quedarse con...

- Tú sabes tan bien como yo que él no quiere eso, así que déjalo. Jaemin ha estado enamorado de ti desde que se dio cuenta de que eres exactamente quien pensaba que eras cuando tenía doce años. Él medio esperaba que fueras una decepción como todos los demás y en cambio, aquí estás, justo el tipo con el que él soñaba - le acarició el rostro como si fuera un cachorro y luego le golpeó la nariz con el dedo índice - Así que deja de ser tan modesto y ve a traer a nuestro chico a casa. Tengo llamadas que hacer.

Ella ya estaba sacando su teléfono mientras él se alejaba, así que Jeno se dirigió a su auto. Cuando su teléfono sonó diez minutos después, respondió; - No voy a volver.

- No iba a pedírtelo - respondió Johnny, sin sonar sorprendido en lo más mínimo - Solo quiero que sepas que vamos. Vamos a estar un poco detrás de ti, pero no estás solo.

- Nunca dudé de ti ni por un segundo - afirmó Jeno.

Johnny hizo una pausa por un momento y luego agregó; - Sin embargo, todavía necesito que tengas cuidado. Puede que piensen que es una flor frágil por alguna tontería sexista, pero tú eres el enemigo. Tal vez creciste con ellos, pero no son esas personas hoy más de lo que eres el mismo tipo que se alejó de ellos.

Era cierto, tanto como una parte de él luchaba por reconocerlo. Había una decente posibilidad de que las personas con las que había crecido lo
atacaran ahora, y necesitaba recordar eso. Como mínimo, necesitaba no entrar al enclave esperando la misma reacción que siempre había tenido cuando era niño.

-Tendré cuidado - le prometió a Johnny - Pero no voy a dejar que le hagan esto.

- Lo sé.

- Yo... yo lo amo.

Johnny resopló - Guárdalo y cuéntaselo a alguien que no lo sepa. Él, por ejemplo - y
colgó.

𓆡𓆝𓆞𓆟𓆜𓆛
Johnny y Giselle se merecen un premio, aquí comienza el drama, debo admitir que aun que se como termina, se me revuelve el estómago de los nervios con cada párrafo que edito.

Poppin' Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora