28. Jeno

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Habían pasado ocho años desde que había visto a Lee Soohyuck y esos años no habían sido amables con el hombre. Había perdido al menos tanto peso como Jeno había ganado en ese tiempo. Sus mejillas estaban hundidas y sus ojos aún más hundidos. ¿Cómo la gente no se había dado cuenta de esto? La puerta se abrió de golpe detrás de ellos y su padre entró atropelladamente, como si tuviera prisa porque temía no encontrarlos. Cuando vio la fiesta de bienvenida, puso una sonrisa desagradable en su rostro y empujó a Jeno para unirse a ellos, topeteando su hombro en el camino.

Sin previo aviso, se cayó por los últimos dos escalones y aterrizó boca abajo en el lodazal del fondo. Jaemin, casualmente, echó hacia atrás el pie que había usado para hacerlo tropezar y declaró en voz alta.

— Lo siento mucho. Que torpe de mi parte. Debe haber sido un accidente tanto como que tú empujaras a mi alfa.

Hubo una inhalación colectiva de los miembros de la manada a cada lado de ellos. Fue entonces cuando Jenl se dio cuenta de que no estaban rodeados, en realidad no. No sabía si los betas habían notado la degradación física de Soohyuck, pero claramente al menos algunos de ellos se habían dado cuenta de que algo andaba mal con él. De cualquier modo, no gritaban enojados de que Jaemin declarará a Jeno como su alfa.

Jeno miró a su alrededor y había una ávida fascinación en muchos rostros. Gente curiosa mirando de un lado a otro entre los dos grupos. La preocupación por Jaemin era muy evidente para algunas personas, incluida una mujer mayor que estaba con los dos chicos omega de la cocina. Uno de los niños levantó la mano para saludar a Jeno y la anciana la atrapó y la sostuvo, como si esa hubiera sido la intención de él todo el tiempo. Jeno estaba contento de que al menos alguien estuviera cuidando de ellos.

Taecyeon farfulló y se levantó. Por un segundo, miró a Jaemin como si fuera a subir las escaleras e ir detrás de ellos, con tal odio en sus ojos que Jeno se preparó para atacar. Pero dio un paso atrás, con los ojos pegados a la mano de Jaemin. El aerosol de pimienta, sin duda. Jeno sonrió. Su compañero era muy inteligente.

— Deberías unirte a tu guardián, Taecyeon —exclamó Jeno en voz alta, sin molestarse en mirar al hombre. En lo que a él respectaba, había reconocido al hombre como su padre por última vez. Que lo hubiera atacado ya era bastante patético. Atacar a Jaemin era totalmente imperdonable.

— Estoy tan honrado de que hayas invitado a la manada a despedirme esta vez, Soohyuck — le dijo a su antiguo alfa — No tuve la oportunidad de despedirme de ellos la última vez, cuando me dijiste que podía cambiar quién era o irme.

— Tú no eres un alfa — respondió Soohyuck, con los labios fruncidos en una mueca de enfado.

Hace mucho tiempo, esa declaración, esa mueca, habría lastimado a Jeno. Ahora, apenas registró esa declaración. Incluso si no tuviera un grupo completo de amigos y familiares que no estuvieran de acuerdo con eso, se tenía a sí mismo. Sabía que eso era erróneo. Y ahora algo acerca de ver a Soohyuck también lo cambió. Si uno de ellos era alfa y el otro no, Jeno no tenía ninguna duda de cuál era cuál.

— Lo que soy es mi propio ser — respondió. No necesitaba participar en un concurso de meadas con Soohyuck. No tenía nada que demostrarle.

Taecyeon les gruñó, dientes y garras brotando como si fuera el hombre lobo fuera de control de una mala película de terror. Jeno lo miró a él, luego a Soohyuck, y lo supo. Y Soohyuck supo que él sabía. El hombre apenas aguantaba. Lo que sea que estaba mal con él, era tan malo que ni niquiera era lo suficientemente fuerte como para mantener a sus ejecutores en control de sí mismos. Realmente no era un alfa.

Una manada tan grande como la manada Lee, sin la influencia estabilizadora de un alfa real, era una de las cosas más aterradoras que Jeno podía imaginar..Aún más, esto no era bueno para las probabilidades de que Jaemin y él escaparan ilesos. Tradicionalmente, dadas las circunstancias, Jeno. desafiara a Soohyuck. Lucharían y el ganador se saldría con la suya. Tomaría la manada del otro si quería, o, simplemente como quería Jeno, tomar a Jaemin y marcharse. Era una forma terrible y arcaica de manejar las cosas, pero no pondría nervioso a Jeno como concepto.

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