27. Jaemin

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Todavía estaba en estado de shock. Sabía que Jeno vendría por él. Por supuesto que lo sabía. Pero, aun así, de alguna manera se sintió como la cosa más sorprendente y trascendental que le había pasado. Había pasado la mayor parte de su vida contando con el alfa Lee para cuidarlo y estar allí cuando lo necesitaba, eso nunca había funcionado como se suponía. El alfa era desinteresado en el mejor de los casos y en el peor, bueno, mentía para asustar a la gente. Esta vez, necesitó contar con Jeno, a quien verdaderamente conocía desde hacía solo un mes.

La caricatura que había construido en su cabeza cuando era niño no había sido real; había sido un sueño de lo que quería. El Jeno real era mucho más imperfecto, dulce y... bueno Jeno. Era una persona, no una fantasía. Pero Jeno había venido sin dudarlo un segundo. Siempre vendría. Justo antes de llegar a las escaleras, Jaemin lo detuvo con una mano en su hombro. Jeno se volvió expectante hacia él. Quería ponerse en movimiento, por supuesto, pero no lo suficiente como para ignorarlo. A Jeno le importaba lo que pensara.

- Sé que no es el momento - susurró - Pero yo sólo... quería decirte que te amo. Otra vez. Sin ser interrumpido por Taecyeon.

Jeno le sonrió y se inclinó para un abrazo rápido y un beso en los labios.- Yo también te amo. Pero larguémonos de aquí y luego podremos pasar el resto de nuestras vidas diciéndolo.

Bajaron las escaleras sin problemas, aunque a Jaemin le dolía donde su espalda había golpeado el armario. Le preocupaba que tal vez tuviera una costilla rota, pero eso podía esperar, ¿no? Al menos no era Taecyeon, quien había recibido un golpe tan fuerte en la cabeza que le llevaría días recuperarse de verdad. Jaemin se sintió un poco culpable porque no le importaba en absoluto su recuperación, pero la culpa no lo hizo cambiar de opinión. Lee Taecyeon era la peor clase de persona y francamente, un poco de dolor podría hacerle bien. Tal vez recordarle que no era la cosa más grande y mala que había, que debería ser un poco más amable con las personas más débiles que él Pero lo más probable es que luego descargase aún más su frustración en las personas más débiles que él.

Jaemin suspiró y se frotó el rostro. No había nada que pudiera hacer al respecto. No podía hacer nada para ayudar a sus compañeros omegas Lee a escapar de la monotonía de ser sirvientes de la manada. ¿Verdad? Tuvo una fantasía momentánea de escabullirse al edificio omega y ofrecer llevárselos a todos, pero eso era ridículo. No era su lugar hacer la oferta; el dinero de la manada Yangju no era su dinero. Además, mientras algunos irían, otros no y podrían dar la alarma. ¿Y los niños? Johnny había sido muy firme en el hecho de que Jaemin era un adulto y capaz de tomar sus propias decisiones. Tal vez si hubiera sido un niño, habría habido más problemas por eso. Jaemin no sabía nada sobre la ley entre manadas, mucho menos sobre la ley humana. Nunca había tenido la oportunidad de aprender sobre eso.

- ¿Estás bien? - preguntó Jeno cuando llegaron a la parte trasera de la casa.

Jaemin se encogió de hombros y luego se encorvó y se agarró el costado - Creo que tal vez me rompí algo más que solo la muñeca - admitió. Luego suspiró y miró al suelo - Y estar de regreso me recuerda a todas las personas atrapadas aquí, que preferirían no estarlo.

Los ojos de Jeno se llenaron de preocupación, luego de simpatía y asintió. Metió la mano debajo de la camisa de Jaemin y palpó alrededor, lo que casi lo hizo saltar de la sorpresa, luego lo distrajo bastante del hecho de que Jeno estaba buscando huesos rotos. Después de un momento, se retiró.

- No siento nada fuera de lugar. No significa que no esté roto, pero si no te esfuerzas demasiado, debería sanar bien. Nos detendremos y buscaremos algo de comer antes de irnos a casa - dejó de hablar, pero no se giró para salir, solo miró un punto debajo de la barbilla de Jaemin por un momento. Finalmente, respiró hondo - No podemos simplemente tomarlos. Eso sería una guerra entremanadas en el mejor de los casos. Pero hablaré con Johnny. Debe haber algo que podamos hacer, alguien que intervenga, incluso si son las autoridades humanas.

Jaemin quería abrazarlo, pero lo pensó mejor. El movimiento rápido parecía el tipo de cosa que podría poner sus costillas fuera de lugar si estuvieran rotas, pero sanando correctamente. En cambio, se inclinó y besó a Jeno.

- Gracias.

- No me des las gracias todavía - dijo Jeno con una sonrisa irónica - Tenemos un largo camino para salir de aquí - abrió la puerta. Jaemin fue golpeado por la urgencia de vomitar, y no por sus costillas.

- Creo que encontrarás que es una caminata considerablemente más larga de lo que pensabas, paria - espetó la voz del alfa.

Estaba parado fuera, todas las luces en el área trasera encendidas, el lugar estaba iluminado casi tan brillante como la luz del día. El alfa estaba rodeado por sus ejecutores, menos Amos, y una pequeña multitud de betas se reunía a ambos lados de la casa. En resumen, estaban atrapados. La desagradable sonrisa en el rostro del alfa no presagiaba nada bueno sobre si iban a salir con vida.

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