Capítulo 4: Un sueño peculiar

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Capítulo 4: Un sueño peculiar.

“La criatura es feroz”.

Con su ascenso como guardián del norte todos cambiaron, en un abrir y cerrar de ojos ya no tenía a su grupo de amigos sino a un sequito el cual lo seguía como perros hambrientos, solo siguiendolo sin guardar distancia en una demostración extraña, tampoco le hablan con frecuencia.

Esto lo molestó un poco pero no habló en contra, no pudo lamentar la muerte de su padre pues su tío Bennard lo llamó a la sala de conferencias, todos los ancianos ya estaban allí con sus semblantes serios.

En vista de la corta edad e inexperiencia se declara a Bennard Stark como regente del norte”, Cregan tampoco habló aunque estuviera sorprendido, vio a sus costados y no hubo nadie que lo defienda, estaba solo al ser le único hijo de Rickon Stark sobreviviente a las pestes.

No quiso hacer una escena ni cambió su expresión, se mantuvo tan quieto y calmado que varios ancianos se asustaron, ya sabían del carácter frívolo de su heredero pero al final es solo un niño.

Se paró ante el consejo y aceptó la espada aún tibia del antiguo guardián, guardando su asco solo se paró firme y digno: «no flaquear», jamás mostrar las heridas ante tus enemigos pues solo las usarán para reírse en tu cara.

Desde ese día Bennard Stark se convirtió en Lord regente de invernalia con un orgullo que muchos tacharon de “inapropiado” al tener a un heredero con casi catorce años, aunque no tuviera el apoyo de nadie más.

Tal vez el carácter taciturno y algo extraño que siempre tuvo Cregan para con los lores jugó un papel en su falta de apoyo, tampoco tenía simpatía para ninguna joven dama, lo que cortó mucho se lazos con el consejo. En realidad nadie imaginó que él ascendería, pero las pestes lo coronaron ganador al llevarse a sus dos hermanos mayores los cuales eran frutos de matrimonios secundarios, este muchacho es solo: “Peculiar, algo agresivo, a veces habla solo y extremadamente orgulloso, tiene un solo amigo el cual es revoltoso”. Aunque Dyland regresó a su hogar en el condado de los Norrey por el invierno inminente, así se quedó desamparado.

Las noches siguiente tenía la mente en blanco, se halló a sí mismo sin saber qué hacer: ¡Su tío está haciendo a un lado! Solo puede llamarse “usurpación”, jamás creyó verse en esta situación. Solo le queda prácticar más, leer más, ¡aprender más! Intentar ser más sociable con los ancianos y quizá así pueda retomar su puesto aunque esto se vea lejano.

Cregan Stark se prometió volverse “perfecto”, una existencia digna. Su mente estaba tan revuelta que empezó a tener sueño extraños:

Cayó por un hueco oscuro el cual se ocultaba entre el hielo endurecido, por alguna razón supo que el muro se alzaba a su espalda, cuando se afirmó para ver dentro de la abertura simplemente resbaló.

«Hielo derretido», tuvo tiempo de pensar antes de impactar, un manto verde amortiguó su caída gracias a los dioses, aunque no sienta algo como ‘dolor’ en este preciso momento.

Saber que es un sueño no rompe la ilusión, Cregan se preguntó qué tipo de magia macabra era aquella y sacó su cuchillo el cual lleva consigo en la faja de la cintura, no bajará la guardia ante las criaturas que surjan de este hechizo, entonces trastabilló cayendo vergonzosamente, «musgo», no es normal ver musgo ni el verde de esas plantas, tuva la sensación de tener calor.

«Sudor», corrieron por su frente las gotas pesadas y saladas, todo su cuello también se empapó.

Limpiándose escuchó una risa divertida a su costado, de inmediato saltó apuntando sin vacilar hacia los arbustos brumosos que se ocultan en una esquina de la ‘gran cueva’, ‘gran lago’, lo que fuese aquello.

—¿Quién se oculta? ¡Revelate! —exigió hacia la oscuridad, su respiración comenzó a entre cortarse y no por miedo, es valiente, sino por el sofocante ambiente.

Los arbustos se movieron con una burla que Cregan supo era maligna, quiso acabar con cualquier ser macabro que lo haya arrastrado a una ilusión.

—¿Hablas? —Llegó una voz algo chillona como vidrio siendo raspado.

«¿Hablar?», la cosa parecía fascinada con su nueva presa, pudo ver una silueta larga con extremidades igualmente, cubierta por el manto oscuro de la esquina.

Con su cuchillo en la mano se negó a retroceder, sea lo que sea lo enfrentará como hombre, es la única manera de enfrentar las cosas.

En un rápido movimiento vio salir una sombra alta que lo alzó con facilidad que aterra, y lo elevó unos metros lanzandolo, esperó la caída bruta cuando unas luces lo tomaron por los hombros de sus vestiduras llevándolo lejos.

¡Flash!”. 

Tan pronto el sueño acabó se levantó de su cama en un salto derribando su mesa de noche, se quitó la camisa esperando encontrar algo de aire, ¿qué acaba de ocurrir? ¿Acaso tuvo una pesadilla como un niño pequeño? Puede sentir las manos sobre su cuerpo, en la oscuridad de su habitación buscó un poco de frío abriendo las ventanas para ver la luna: “Sí, está ahí, ya despertó”, verla lo calmó hasta poder respirar regulando su ritmo.

Nunca antes había tenido un sueño tan real y vivido, tan intenso que lo hizo sufrir espasmos con un sentimiento de peligro, no es de los muchachos que sientan miedo, pero eso tan anormal.

“Solo un sueño”, se dijo, no puede enloquecer por un simple sueño, es solo su cabeza trastornada por la paranoia. Cregan volvió a su cama esperando descansar antes que el sol salga, todos los días son un martirio desde que su padre murió, al menos tiene que estar lucido.

A la mañana siguiente intentó salir a cazar para despejar su mente cuando unos guardias se pusieron en su camino, él con su equipamiento en su espalda y su abrigo bien sujeto se puso frente suyo.

—¿Qué significa esto? —exigió saber, respiró pesadamente —. Salgan de mi camino ahora mismo.

Los hombres se miraron entre sí sin saber qué hacer: “Mi joven Lord, su tío prohibió la salida al bosque hasta el clima mejore”, respondió uno de los guardias con algo de vergüenza.

El joven Stark volteó para ver como otros sí podían salir con sus carreras y mercancías, pero si él lo intenta será interceptado por hombres armados que siguen fielmente las órdenes del Lord regente, se preguntó asombrado y lúgubre cuándo su tío llenó Winterfell de sus hombres.

“Totalmente rodeado”, es un cachorro cual madriguera fue tomada por un viejo solitario lleno de planes e intrigas, «no ganará», se juró.

El Dragón que se enamoró del señor del Norte (Cregan Stark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora