El próximo capítulo solo son actos sexuales.Capítulo 15: Consumar el matrimonio.
“Esto no es ‘aparearse’, es consumar nuestro amor, nuestra unión para toda la vida. El único hombre que te penetrara seré yo desde hoy y hasta el día de nuestra partida... Espero irme a tu lado también”.
Cuando el lobo la llevó la altar ante el viejo sabio no protestó, solo calló escuchando bien las palabras del arciano:
Desde hoy un alma y un destino, ustedes son declarados marido y mujer”.
«Marido y mujer», pensó intrigada.
Si “casarse” le permite seguir unida a este lobo entonces no protestara, lo importante es que él sea feliz y nunca ponga una expresión afligida como hace un momento.Tampoco reclamó cuando la llevó hasta lo alejado y sobre un manto de hojas la tiró para ponerse encima suyo, ella está acostumbrada a tenerlo rodeandola pero no aplastandola, se abalanzó sin dejar lugar a negativas.
—¿Sigues en celo? —inquirió con una ceja levantada, él pasó su naríz por su vientre y ascendió hasta su cuello inhalando su aroma —. ¿Qué cambió? —«¿ahora pretende meterse en mi cuerpo?».
—No es celo, es deber —respondió con su boca pegada a la piel expuesta —. Uno que me complace cumplir: Consumar el matrimonio.
El dolor de los dientes penetrando su piel la hizo pegar un grito, arañó el suelo soportan la mordida en su cuello hasta que él se levantó un poco con esa sonrisa satisfecha y unos ligeros hilos rojos cayendo por su boca.
—Y esto es para que no lo olvides —le dijo con su voz algo lúgubre, Gold leaves se asustó pensado que se había puesto triste de nuevo —. Escúchame, tú serás quien deba buscarme a mí —La mano grande y cayosa del joven la tomó por el mentón —. No te recordaré, pero estoy seguro, totalmente seguro, que habrá una parte de mí que te reconocerá —Cregan se sentó para tirar de los cordones de su chaleco, lanzó la prenda lejos dejando a la vista su bien construido torso al aire libre, bajo sus manos las vestiduras hecha de hojas que cubrían a la chica se despedazaron.
«Es más salvaje que yo», aunque lo niegue y finja parecer humano, su espíritu es el de un lobo en celo.
—¿Lo harás? —insistió regresando a su lugar en el cuello de su Sophia, la sangre se filtró y la lamió con devoción.
La joven sufría un calor ardiente en su cuello tras haber sido mordida, aún así asintió mientras se sujetaba la herida, mirándolo hacia arriba puede notar lo mucho que ha crecido: «Más ancho, más pesado, su rostro es duro como sus manos con esta piel gruesa que cubre las lastimaduras». ¡Sí, en definitiva, quiere aparearse con él! ¡No le importa que no puedan hacer un nido!
Fue abriendo sus piernas gustosa por la atención que el joven Stark le dio, él que nunca se animó a adentrarse deslizó sus dedos hacia abajo tocando y acariciando, con el anular y el del medio juntos forzó la abertura con calma aunque su respiración delate lo ansioso que también se halla.
La joven siempre lo alentó que tomarla, simplemente meter una extremidad en ella, ahora lo duda: «Duele», se quejó, no es lo mismo decirlo que hacerlo, y la rubia no tenía idea porque él la estaba lastimando si solo eran sus dedos.
—Duele —se quejó para sujetar la mano del joven la cual creaba un ritmo que no le gustó.
—¡Uhh! —Sacó la mano con rapidez —. Soy nuevo en esto, me disculpo.
“Soy nuevo en esto”, esas palabras interesaron a la joven, por alguna razón le llenó el pecho de orgullo saber que él no había intimado con otra mujer, solo quería hacerlo con ella. Guió de nuevo la mano por la cual corrían ligeros hilos rojos de nuevo a su interior, está vez con un ritmo diferente y procurando no golpear las paredes forzando de más.
Con las intenciones claras, ella levantó sus piernas para ponerlas sobre los altos hombros de su compañero, el joven se vio intrigado y cooperativo, ante la humedad y los fluidos que salían del interior de la vagina pudo saber que estaba lista para recibir su miembro erecto.
—¿Lo harás? —preguntó con voz temblorosa, los dedos en su interior se arrastraron de una manera que la hizo doblar la espalda.
—Sí, lo haré —respondió con desición el joven hombre.
El pene se fue acercando y con ello los nervios de Gold leaves se intensificaron: «¿No es un pecado aparearse con un lobo?», el gusto se rompe en especies y ella no hace diferencia. Pero este lobo tiene unos pectorales marcados y duros, un abdomen plano resaltando sus costillas y una esculpida cadera donde entre sus piernas se alza una vara de carne tan larga que la joven creía: «le llaga hasta las rodillas».
Esa cabeza rojiza redonda por donde escurrió el líquido blanquecino se posó sobre la vagina ya mojada y dilatada, tan lista para la penetración que se contrajo al sentir como la vara la abría por primera vez.
—¡Oh, por...! ¡Espera, espera! —exclamó apartandolo de los hombros, la presión del pene fue abrumadora, pero detenerse a la mitad le provocó un gran ardor y desesperación —. ¡No, sigue, sigue! —se arrepintió, que no lo haga lento pues solo incómoda más, como una tortura prolongada.
Él pareció entender y sujetó las finas caderas adentrandose con fuerza de una sola estocada, las paredes internas abrazaron al intruso en espasmos, Gold leaves echó la cabeza hacia un costado intentando respirar: «es como si me atravesara», un palo de hierro duro clavado en su vagina moviendose con lentitud.
—No —Oyó la voz rasposa de su lobo, este la sujetó por el mentón obligandola a ver lo que ocurría en sus intimidades donde ambos se unían, la penetración fue lenta pero dura —. Quiero que veas y grites —Los dedos crueles del lobo Stark le abrieron la boca instandola a liberar su voz.
En ritmo de las embestidas aceleró y con ello los gemidos resonaron por todo el lugar, el distintivo sonido de los testículos impactando contra la carne es simplemente sublime.
En un momento tuvo un peculiar sentimento, sus paredes internas se contrajeron con fuerza y dio un alarido liberando un líquido translúcido, creyó haberse orinado e intentó alejarse con vergüenza pero el joven Stark no estaba cerca de hallar su propia liberación.—Solo un poco más —pidió en una súplica, la rubia jamás lo había oído suplicar, quedó sorprendida, aunque también las estocadas la abrumen y no pueda pensar con claridad.
El joven eyaculó dentro de su cuerpo, la presionó con fuerza asegurándose que lo retenga todo.
—¡Ajaja! —se carcajeó —. ¡Ahora somos uno!
Entre sus cuerpos empapados por el sudor y la falta de aire, ambos se miraron asombrados por la belleza de su pareja, sin dudarlo los labios se unieron en un fogoso beso esperando una segunda ronda de intenso sexo primerizo.
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El Dragón que se enamoró del señor del Norte (Cregan Stark)
FanficCuenta la leyenda que un dragón huyó de las masacres, con la caída de sus amos fueron tratados como bestias destinadas a la ejecución, enemigos de los humanos. El dragón insensato colocó su nido en las profundidades del bosque en el norte donde el i...