Capítulo 23: El último Targaryen.
“Dalton no mentía, este es la última semilla que dejó un jinete de dragón... ¡es mi misión!”.
Tan cansada como molesta comenzó a dar suspiros sin importarle que las otras cinco esposas de su segundo esposo la mirasen con resentimiento, ahora estas mujeres se comportan más cautelosas.
Los días transcurrían con calma y aburrimiento, supo que su ahora esposo solo se dedica a recolectar bellezas, llevarlas a su isla donde es una especie de rey y casarse con ellas.
Eso explica porqué las cinco esposas anteriores no se molestaron con su nueva hermana al principio, pero está no era una esposa común, Dalton Greyjoy quiso llevarla con él en su expedición, algo que no hizo con ninguna de sus otras mujeres.
“Lo tiene en sus manos”, el rumor se extendió y con ello lo que pareció ser un juego se volvía algo serio.
«Han comenzado a odiarme», se dijo Sophia sin preocupación alguna, el castillo es grande y no se cruza con ellas muy seguido, además de sus hijos que puede contar por decenas, estos últimos sí tienen curiosidad por su nueva madrastra aunque tampoco se acercan.
Las crías le agradan al dragón, a veces le sonríe y los niños en su inocencia le devuelven el gesto, Dalton Greyjoy tiene un heredero el cual se ve de unos quince años, cuando se lo presentó Sophia lo saludó con respeto: «es el heredero de mi segundo esposo», de alguna manera es suyo también. Este muchacho de nombre Jared Greyjoy no se mostró antipático y se comportó con naturalidad, tal vez esta acostumbrado a las mujeres ajenas uniendose a su familia, tiene cinco madres después de todo.
El problema es la última joven mujer que tomó como esposa Dalton, esta es una rubia aunque no tan rubia como Sophia, de un lugar llamado “El dominio”, el dragón no tenía idea dónde se ubica eso y no desea saberlo. Esta mujer se comportó extraño en la mesa, cuando todos comían y charlaban creando una atmósfera cálida, ella solo miraba de reojo a Sophia, su aroma agrio delató su odio.
Quizás encendió los celos, realmente no le importa, el hombre le dio una gran cantidad de joyas también. En un momento ni esto le alegró, aunque tenga vestidos y perfectos collares de los que desconoce su procedencia, no es feliz.
—¿No te complace, esposa mía? —preguntó el Greyjoy sentado en su sala donde el Kraken tallado se alzó sobre la chimenea, es un gran castillo aunque parece fúnebre.
Con ambos solos aquella mañana lluviosa intentó llamar su atención para exigir según su conveniencia, «¿todos los machos ceden ante las escenas de las hembras?», estuvo practicando mucho, al parecer los hombres predispuesto a sus instintos reproductivos como Dalton Greyjoy son muy sensibles también a los cambios de humor de su pareja.
—Habla —insistió acercándose Dalton.
Sophia estaba aburrida y quería largarse, ¿cuánto dura un matrimonio? ¿Cuatro, cinco meses? Sabe que estarán casados algo así como “toda la vida” oyó, pero los dragones viven más que los humanos, no le importa esperar, además es muy joven y este hombre ya tiene canas asomándose por su cabellera negra.
—Soy infeliz, esposo —respondió —. Y tú sabes la razón.
«Vamos, cumple el trato», le dijo con la mirada, instó a llevar a cabo su parte. Él quería que ambos se unan en matrimonio y aparearse, ya lo tiene. Por otra parte le prometió que podría ver la maravilla casi extinta, un jinete de dragón mantenido en secreto cautiverio bajo la orden del señor de las islas de hierro Dalton “el Kraken rojo” Greyjoy.
Esa mañana antes que pudiera lanzar palabra alguna, él tomó su mano animandola a levantarse de la mecedora donde fingía profunda tristeza, la llevó hacia un lugar oscuro con una hilera de escaleras que daban hacia abajo, es una prisión subterránea.
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El Dragón que se enamoró del señor del Norte (Cregan Stark)
FanfictionCuenta la leyenda que un dragón huyó de las masacres, con la caída de sus amos fueron tratados como bestias destinadas a la ejecución, enemigos de los humanos. El dragón insensato colocó su nido en las profundidades del bosque en el norte donde el i...