Capítulo 9: Solo me está molestando

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Capítulo 9: Solo me está molestando.

“Es un abusivo, quisiera tanto darle su merecido pero se volvió muy fuerte desde la última vez que peleamos”.

Su mano jugó con el agua nerviosa pero se contuvo, el lobo con piel humana se paró detrás suyo haciendo preguntas inquisitivas, el dragón estaba aterrado.

Ahora lo sabe, allá afuera hay bestias tan aterradoras como este “hombre”: «no es un hombre, no es humano, es un lobo, huele como lobo y golpea tan fuerte», chilló en su cabeza temiendo a esa mano bruta que carga el intruso.

«Manos grandes y pesadas», no como las suyas que son alargadas y con estos hueso finos que parecen romperse, si tan solo tuviera su hermoso cuerpo podría enfrentarlo y ganar, pero no lo tiene.

También se impacientó, ¿si no puede hablar con el viejo sabio por qué sigue regresando?

Aunque ella fingió ignorarlo lo tenía bien vigilado, él solo vaga por el lugar muy interesado en cada pequeña cosa como si jamás hubiera visto luciérnagas y hojas.

«Debo buscar una manera de protegerme», se disculpará sinceramente con el viejo sabio luego, ahora tiene que cuidar su vida. Así arrancó las lianas que se entendían de las enredaderas y comenzó a recolectar una gran cantidad, para mala suerte suya él había oído el ruido y se acercó con expresión curiosa.

Apoyado en una tronco la miró sin entender que hacía, Gold leaves se concentró en tejer las lianas entre sí para crear una gran pared flexible, estuvo haciendo aquello por horas bajo los grises ojos del depredador: «muy vacío», se quejó cuando terminó y dio un bufido cansada.

—¿Y esto es... para? —oyó la pregunta del hombre la cual llevaba interés.

El dragón buscó hojas de arciano y las colocó entre las trenzas para hacer un agradable frente que cada vez fue gustandole más, mientras lo hacía con suma concentración respondió sin darse cuenta.

—Un manto —reveló —. Para protegerse.

—¿Protegerse? —preguntó el joven con las cejas fruncidas y una mueca en sus labios —. ¿Protegerse de qué? —inquirió tan desorbitado.

«De ti», respondió para sus adentros el dragón, le dio una mirada de reojo y solo soltó: “depredadores”.

Así se convirtió en el único dragón el cual es presa de un lobo, el único tan patético y lamentable que tiene que crear una coraza protectora, ha caído realmente bajo.

Cuando el joven se fue ella seguía con su trabajo dedicada a dejar no solo fuerte la piel sino también muy adornada, esto puede funcionar.

Estaba tan cansada al ver su obra maestra casi concretada que quiso dormir todo el día siguiente, quizás cuando despierte pueda dar los últimos retoques y usar su manto para no sentirse tan desprotegida ante las «patas apestosas» de ese lobo con piel humana.
Con los brazos simulando una almohada se recostó en su rama elevada y dormitó sabiendo que hizo un gran trabajo.




Es una gran Hamaca:

Cregan Stark molesta al pequeño dragón:


Sí, es más cómodo de lo que pensó, extendió sus brazos muy complacido luego de haber sido obligado a caminar junto con lady Norrey por los jardines donde la nieve caía.

La chica no tenía nada para decir más que: “Las flores”, “los tapices”, “nos enseñan cuando hablar y cuando no”, con esa voz suave como terciopelo y amable. En parte lo complace, por otra lo desgana muy fácilmente, le pareció tan aburrida que podía dormir en ese mismo momento, solo caer desmayado en medio del jardín, gracias a los antiguos pudo aguantar hasta llegar a su recamara.

El Dragón que se enamoró del señor del Norte (Cregan Stark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora