Chiara y Ruslana fueron a la habitación de la pelinegra y vieron por la ventana a Violeta, sentada en una esquina de la habitación con algunas lágrimas por las mejillas. Chiara se preocupó por Violeta, sin embargo Ruslana no le dio importancia ya que prefería no meterse en la vida de los demás y menos de una persona que le cae tan mal como Violeta.
- Tía has visto a Violeta. - Dice Chiara con un tono bastante preocupado.
- Sí, pero que más da, paso de ella sinceramente. - Dice Ruslana despreocupada.
- Rus ahora vengo, voy a tardar un poco. - Dice saliendo de la habitación bastante acelerada.
Chiara salió de su piso y se fue a la casa de Dolores, Chiara estaba muy nerviosa por lo que iba a hacer. Cuando estuvo enfrente de la puerta pensó en irse pero en ese momento Dolores abrió la puerta.
- Hola querida, ¿Qué quieres entrar? - Dice Dolores extrañada por la visita de aquella joven.
- Sí, porfa. Me gustaría hablar con tu nieta. - Dijo Chiara sonriendo.
Dolores le dejó pasar y ella salió por la puerta para ir a comprar. Chiara fue recorriendo las zonas de la casa hasta llegar a la habitación de la pelirroja. Una vez enfrente de la puerta llamó.
- Abuela ahora no puedo. - Se escuchó desde dentro con voz cortada.
- Violeta, abre soy Chiara, porfa abreme. - Dijo con un tono suave.
No escuchó respuesta y se preocupó.
- Porfavor Violeta. - Ella no entendía porqué se preocupaba tanto por la pelirroja.
Violeta abrió la puerta sin levantar cabeza y con lágrimas en las mejillas.
- ¿Qué quieres? - Dijo con la voz apagada y sin dejar de mirar al suelo.
- ¿Estás bien? - Dijo preocupada y mirando su pelo ya que era lo único que la pelirroja le dejaba ver.
- Sí, gracias por preocuparte, ya puedes irte. - Dijo Viloleta sin levantar la mirada y limpiandose algunas lágrimas de las mejillas, hizo el amago de cerrar puerta.
- Violeta por favor déjame entrar y vamos hablar te prometo que no voy a tardar mucho, Rus me está esperando en mi habitación. - Respondió la morena poniendo el pie en la puerta para que esta no se cerrara.
- Bueno vale, cuéntame. - Dijo la pelirroja haciendo una falsa sonrisa.
- Te he visto llorando desde mi cuarto y no he podido evitar preocuparme por ti, ya que yo también lo he pasado mal y no me gustaría que nadie pasara por lo mismo o algo parecido por lo que pasé yo.
Violeta empezó a llorar agachando la cabeza.
- No te preocupes en expresar tus emociones delante mía. - Dijo Chiara levantandole el mentón suavemente.
- Pero porqué me ayudas si no nos podemos ni ver. - Dijo violeta entre sollozos.
- Porqué aunque no nos llevemos bien yo sé que es pasarlo mal y no me gusta ver a la gente así. - Dijo Chiara intentando no llorar, recordando su pasado. - Si necesitas algo me tienes en la casa de mi abuela ¿Vale?
- Vale, y gracias por venir a ayudarme. ¿Te puedo dar un abrazo? - Dijo algo avergonzada.
Chiara le dió el abrazo y le ofreció ir a casa de su abuela con Ruslana para que no se quedara sola y fuera a estudiar inglés, Violeta aceptó ya que prefería estar con ellas dos antes que sola.
Cuando llegaron a la casa de la abuela de Chiara, entraron a su dormitorio, Ruslana miró con desaprobación a Violeta.
- ¿Qué hace esta aqui? - Preguntó Ruslana un poco enfadada y Violeta desvió la mirada avergonzada.
- He ido a buscarla ya que su abuela me pidió que la ayudara a estudiar. - Dijo mintiendo con un tono bastante creíble. Hubo silencio hasta que Chiara decidió hablar.
-Bueno, vamos a estudiar que si no se nos va a hacer tarde. - Dijo abriendo el libro que estaba encima de la mesa.
Las chicas estuvieron estudiando hasta las ocho cuando Cris llamó a Violeta preguntádole muy enfadado donde estaba, Violeta creía que Chiara y Ruslana no habían escuchado la conversación.
- Chicas gracias por todo, pero me tengo que ir ya. - Dice Violeta cogiendo su bolso rápidamente con los ojos ligeramente llorosos.
- Vale, hasta mañana. - Dijo Chiara con una sonrisa falsa ya que estaba preocupada por la pelirroja.
- Adiós. - Dijo Ruslana aún un poco enfadada.
- ¿Por qué has hecho eso? - Preguntó Ruslana molesta.
- ¿El qué? - Dijo Chiara haciéndose un poco la tonta.
- ¡Cómo que el qué Keeks! - Dijo Ruslana elevando la voz.
- Rus no me grites porfa. - Dijo nerviosa.
- ¡Como que no te grite!, ¿tía para que la metes aquí? - Dijo enfadada.
Se pelearon durante un rato, hasta que Ruslana salió de la casa dando un portazo.
Chiara se acostó en la cama pensando en todo lo que había pasado en ese día, no le paró de dar vueltas a la cabeza, pensando el porqué se preocupa tanto por Violeta. También lloró porque se había peleado con Ruslana, a Chiara no le gustaba que le gritarán ya que le recordaba a sus padres cuando le gritaban por cualquier tontería.
Esa noche no pudo dormir y al levantarse no pudo desayunar, al salir por la puerta no todo era igual, aunque las calles eran las mismas, había algo que faltaba y era que Ruslana no la estaba esperando como todas las mañana, al ver eso Chiara cogio rumbo a la ESMUC llorando y cabizbaja, al llegar vió a Martin y a Bea esperando a las chicas.
- ¿Donde esta Ruslana? - Preguntó Martin mirando a su alrededor.
- Eso, además ¿Qué te pasa?, ¿Porqué lloras? - Dijo Bea al ver el rimmel de Chiara corrido.
Chiara no contesto las preguntas y entró a clase donde ya estaba Violeta la cual la miró, y al ver que estaba llorando la miró triste, al rato entró Ruslana, cuando vió a Chiara así se sentó a su lado.
- Hey Keeks, ¿Qué te pasa? ¿Es por lo de ayer? - Dijo Rus preocupada y con las lágrimas saltadas.
Chiara asintió con la cabeza sin levantarla. Ruslana al ver ese gesto la abrazó conmovida.
- Keeks lo siento, no debí ponerme así, no te debería haber gritado. - Dijo arrepentida.
- No te preocupes, no debí de invitarle sin avisarte pero al verla sola y triste me rompió el corazón, y no sé la razón de porqué me sentí así. - Dijo Chiara medio llorando.
- No tienes porque arrepentirte, fue un gesto bonito de tu parte. - Respondió Ruslana dándole un fuerte abrazo.
En ese momento entró Manu Guix dando comienzo a la clase de Matemáticas.
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Mi otra mitad/Kivi
RomanceVioleta vive en Barcelona con su abuela, al llegar Chiara, la nieta de la mejor amiga de su abuela, todo se vuelve patas arriba hasta que unos castigos, dos ventanas y algunos traumas de por medio hace que todo se convierta en unas aguas más calmada...