capítulo 33

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Desconocido

"Jane, ¿Lo has asimilado, verdad?"

"Sí. Han encontrado su cuerpo, lo silenciaron .

"Efectivamente, aunque mi sed es la de la venganza, colaborar con la policía sin conocer el verdadero significado de la brillantez... sería un acto de necedad."

"Jane, no dejaré que su partida sea en vano. Aunque él no nos conoció, le haremos justicia. La venganza está en mi horizonte."

Tenía dos tazas humeantes de café en mis manos, una de ellas se la tendí a Jane. Delante de nosotros, una mesa se cubría con un manto de archivos y papeles.

"El tan evidente," susurré, contemplando los documentos con un ojo crítico.

"Debe ser el caso en el que él se encontraba inmerso." Murmuré con tristeza su nombre.

"Oye, idiota," le dije a Jane con una mirada severa, "quiero ser la heroína de este teatro de la oscuridad. Yo no," murmuré su nombre. "Seguiría sus pasos."

Es lo que se espera. Aunque sigo sin comprender por qué nunca le revelaste que compartías la misma madre, pero que a ti te engendró otro hombre, y que te quedaste a su lado, sin buscar la compañía de tu madre.

"Lo sé, Jane, pero ahora solo tengo una misión: la venganza. Caleb Turner, incluso su apellido suena a tragedia." Hice una bola con uno de los papeles de la mesa.

"Es hora de poner en marcha nuestro plan, Jane. Recoge tus cosas, nos marchamos. Tenemos una nueva morada." Pronuncié el nombre del lugar, un susurro en el viento.

Dos horas más tarde, estábamos frente a un hotel modesto, nuestro refugio temporal. Jane organizó nuestras pertenencias, me hizo el favor de empacar mis cosas. Yo, en cambio, a pesar del gélido invierno que comenzaba a mostrar sus garras, no llevaba chaqueta. Estuve aquí con ese chico, y observé cómo el tiempo ha transformado todo.

La noche se había extendido como un manto de oscuridad. Yo deambulaba solo por una de las calles secundarias. Sentía que unos ojos me observaban, que me seguían. "He puesto todo en juego," me dije a mí mismo, sintiendo el miedo recorrerme como un escalofrío.

"Acechar a otros no es un comportamiento noble," murmuré, sintiendo la necesidad de desahogarme, aunque solo fuera conmigo mismo.

El silencio respondió. Solo fueron alucinaciones mías. Me senté en el borde de la acera, tomando un respiro. Saqué un cigarrillo de mi bolsillo y lo encendí. Le di una larga calada mientras acariciaba con la otra mano mi labio inferior, en especial la cicatriz que tenía en la comisura izquierda.

Ya, vale, esto sí que no es una alucinación. Vi a alguien con capucha acercarse a mí. Me puse de pie, con calma, tirando el cigarrillo y preparándome para el ataque. Navaja, eh. Vi el objeto punzante en la mano del desconocido. Se abalanzó sobre mí, pero con un golpe directo en su brazo, desvié el ataque, haciéndole perder su arma. Me acerqué a él, inmovilizándolo con una llave.

"Deberías tener más cuidado," dije, esposándolo. "Aunque ya no sea detective, aún domino las técnicas."

"Ah, y estas," señalé las esposas, "un recuerdo de la comisaría," dije, con una sonrisa dirigida al agresor.

Él se debatía en vano, intentando liberarse. Le quité la capucha. No lo reconocía, nunca lo había visto antes. Bueno, soy nuevo aquí. Claro que no lo había visto antes.

"Vamos, te llevaré a prisión." Él comenzó a gritarme, pero yo lo ignoré.

Unas pocas cuadras después, ya estaba frente a la comisaría. Le di una patada en el trasero al criminal, obligándolo a entrar.

"Oh, lo siento," dije, rascándome la cabeza. "Intentó apuñalarme o robarme," sonreí con una mirada angelical.

Los pocos policías que quedaban en el turno de noche me observaban con confusión y desdén.

"Relájense," levanté las manos en señal de paz. "Soy uno de los buenos, jaja."

"Mike," me presenté. Bonito nombre falso jaja.

"No te conozco. No eres de por aquí, ¿verdad?"

"Estás en lo correcto," dije. "Soy recién llegado, y he sido recibido con los brazos abiertos," dije, señalando al
tipo que suplicaba en el suelo. "Este tipo es una simple excusa. Quiero saber quién está al frente del caso Turner."

Me acerqué a la mesa del oficial, apoyando una mano sobre ella. Los ojos del oficial se abrieron con sorpresa e incredulidad.

Debes entender que este caso está recién cerrad, sin investigación," dijo el oficial, frunciendo el ceño.

"¿Investigación?" dije, riendo. "Por favor, esto es un juego de niños. Y yo soy un maestro de los juegos."

¿Ángel o Pecador?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora