2025
Madrid,España
🌹isabella
–¡tío shuli!–corre desesperado en busca de ser abrazado por su tío.
–hola rey–besa varias veces su cabeza.
–claro,yo quedé pintada acá–me quejo y avanzo a donde están ellos.
–te extrañé mucho,prince–me envuelve con su brazo libre y nos quedamos un rato así.
yo trataba de contener mis lágrimas,pero se me hacía imposible en los brazos de mi hermano.
–ya está,vamos a casa que nos está esperando agos–se suelta del abrazo y agarra mi valija.
–bebé,vení–agarro a mi hijo a upa y lo pongo en la silla que Julián tiene en su auto.
veo por el espejo retrovisor como Julián termina de guardar las valijas y da la vuelta para subir a su auto.
–¿cómo estás?–le pregunto para sacar tema de conversación.
–muy cómodo y feliz,se respira otro aire que Manchester–suspira y se que lo que dice es verdad por su sonrisa.
–¿cómo es eso que agos está en tu casa?–lo miro con una ceja levantada.
–puede ser que después de la copa américa se vino a Francia conmigo y nada... volvimos–se rasca la nuca nervioso.
algo sabía porque agos me contaba,pequeños detalles,pero siempre me mantenía al tanto de todo.
julián se puso a hablar con Ciro y yo dejé mi cabeza apoyada en la ventana del auto, mirando las hermosas calles que hay en Madrid.
–mamá me dijo que viene mañana,que vos descanses–murmura para mí,porque mi hijo se volvía loco si llegaba a escuchar eso.
suspiré con lágrimas en los ojos y asentí ante lo dicho.
me duele todo lo que está pasando,pero,no puedo hacer nada para que el dolor pase rápido.
–vamos a hablar seriamente vos y yo–me mira serio a través del espejo retrovisor.
–ya se,ju,no lo voy a evitar tampoco–trato de sonreir,intenté,pero fue más una mueca.
una vez llegado a nuestro destino,la casa de Julián, bajé del auto con Ciro a upa que quedó rendido por el largo viaje y esperé a mi hermano en la puerta.
una vez que le saco el seguro a la gran puerta,pase lo más rápido posible porque hace mucho frío.
–¡bienvenidos!–se asoma una agos muy alegre a la entrada principal.
–hola,hola–saludé simpática.
–los extrañé mucho–nos abraza como puede y yo trato de no llorar–que grande está,mi rey–mira a Ciro con una sonrisa tierna plasmada en su cara.
–te extrañamos también–susurro por la cercanía que manteníamos,no hacía falta levantar tanto la voz.
–lo voy a acostar,acomodate vos–mi hermano me saca a mi hijo y se va.
