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El nuevo corte de pelo le sentaba de maravilla a Jeong y se veía más radiante que nunca

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El nuevo corte de pelo le sentaba de maravilla a Jeong y se veía más radiante que nunca. Su piercing nuevamente era totalmente visible y el mullet tenía una excelente forma.

Con el paso del tiempo, Yunho había subido un poco de peso, viéndose completamente saludable, al igual que su estado mental. El tratamiento de litio con metadona funcionaba de buena manera, siendo sólo en escasas ocasiones que el muchacho sentía los efectos secundarios de su abstinencia.

Gaeul, a veces, no le daba crédito a lo que sus ojos observaban. El sentido de humor de Jeong era fascinante y sus risas aún más, lo cual sólo habían logrado que se terminara de enamorar perdidamente de él.

Incluso, ella misma se encontraba mejor y ya no sentía tanta preocupación en las noches por los latidos de Yunho. Pese a ello, seguía monitoreándolos cada vez que podía cuando él dormía.

El abuso de los opioides había dejado marcas no visibles en su cuerpo, que la acompañarían hasta la tumba, siendo imposible quitárselas.

En algún momento, Mingi le había contado cómo era el joven antes de todo lo que le ocurrió y Gaeul jamás logró creerle, hasta ahora. El verlo tan contento comiendo un plato de su ramyeon favorito le demostraba el feliz niño que había existido dentro de él, cuando Jongho aún estaba a su lado.

Todo habría sido tan distinto si él siguiera con vida, el brillo de sus ojos jamás se habría extinguido y seguiría presente, como ahora.

—¿Te gustaría ir al cine después? —le preguntó, mientras aún masticaba los fideos.

A pesar de que ya habían transcurrido tres meses desde la primera vez que se besaron y que compartieron su momento más íntimo, no eran una pareja formal todavía y, las veces que Gaeul le cuestionaba el motivo a Yunho, él sólo era capaz de contestarle que deseaba que lo conociera por más tiempo estando estable, ya que podría no gustarle esa versión de él.

Le decía que, tal vez, Gaeul sólo estaba enamorada del Jeong Yunho que necesitaba ayuda constante y preocupación, pero era todo lo contrario, y aquello fue el principal motivo para invitarla a su primera cita, en su local de ramyeon preferido.

Se sentía lleno de energía y emoción, queriendo hacer innumerables cosas para que Moon se sintiera contenta y feliz a su lado.

—Me parece perfecto, hace mucho no voy —contestó la joven, mientras se llevaba una cucharada de sopa a la boca. El sabor la cautivó, estaba exquisita y sabía a la perfección el por qué aquel lugar era especial para Yunho.

—Mañana ya es domingo, podríamos ir a ver a tu familia —sugirió.

Gaeul casi deja de respirar a causa del trozo de huevo que quedó atrapado en su garganta. Tomó con rapidez su vaso con gaseosa y bebió con celeridad, ignorando que el gas hacía que le picaran los ojos.

En muy pocas ocasiones Yunho había propuesto un plan de esa índole y, cuando lo hacía, siempre agregaba «aunque me gustaría hacerlo cuando ya fuéramos novios».

lucid ; j. yunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora