꒰ 07 ꒱

54 9 2
                                    


Para Gaeul, las clases transcurrieron de forma rápida y liviana, por lo que cuanto terminó la última que tenía durante el día, se sintió levemente decepcionada al pensar en regresar a casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Para Gaeul, las clases transcurrieron de forma rápida y liviana, por lo que cuanto terminó la última que tenía durante el día, se sintió levemente decepcionada al pensar en regresar a casa.

Sin embargo, mientras guardaba los materiales que había utilizado minutos antes, la mano de Mingi la sostuvo por el antebrazo, impidiendo que continuara con sus acciones.

—El trabajo que nos dejaron para la próxima semana —habló y tragó saliva tras percibir la mirada confusa de Gaeul—. ¿Te gustaría realizarlo conmigo? Podemos comenzar hoy mismo, en mi casa.

La joven sintió sus mejillas cálidas, pero también frío al dejar de tener la mano de Mingi en contacto con su piel.

Muy pocas veces había sido invitada a otra casa para realizar proyectos o trabajos de su colegio, ya que por las prohibiciones de su padre normalmente se juntaba con sus compañeros en su casa, cuando era estrictamente necesario.

No obstante, a raíz de la conversación que mantuvo con su madre durante la mañana, Gaeul sabía que podría recurrir a ella para que calmara a su padre y comprendiera que no todos los hombres eran como él lo había sido en su juventud, por lo que le asintió al moreno con la cabeza y Song no tardó en sonreírle de manera amable.

Gaeul nunca pensó que conseguiría un amigo dentro de la universidad tan rápidamente, y tampoco creía que aquella persona sería alguien tan carismático y simpático como Mingi.

Terminó de guardar sus pertenencias y salió del aula, siendo seguida por los pasos y la mirada del muchacho alto.

La estación de metro a aquella hora de la tarde no se encontraba tan concurrida, por lo que en cuanto llegaron al subterráneo, Gaeul le envió un mensaje rápido a Haneul y a su madre, explicándoles que tardaría en llegar a casa debido a un trabajo de la universidad y que estaría donde su compañero.

—Mamá me pregunta si hay alguna posibilidad de no devolverme sola a casa después —Gaeul miró con ojos preocupados a Mingi—. Sabemos que es poco probable que me ocurra algo malo, pero aun así somos precavidas.

La estación se vio inundada con el sonido de las vías del tren, anunciando que el metro que debían tomar primero había llegado.

Mingi y Yunho vivían un poco apartados de la universidad, por lo que siempre debían tomar dos vías distintas para llegar a la ubicación de su casa, distinto al caso de las hermanas Moon, que con solo una les bastaba.

Las puertas se abrieron y, luego de esperar que la mayoría de la gente desocupara el vagón que había quedado frente a ellos, no tardaron en tomar asiento en los lugares disponibles.

Después de unos minutos, las puertas se cerraron y el tren emprendió su marcha.

Gaeul sentía la calidez del cuerpo de Mingi junto al suyo y no dudó en dejar caer sus párpados tras apoyar su cabeza en el brazo del chico.

lucid ; j. yunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora