Era una de esas tardes donde la escuela se sentía especialmente claustrofóbica, y necesitábamos un cambio de ambiente. Así que, después de que las clases terminaron, Suguru, Shoko y yo decidimos escaparnos al centro comercial. Era el lugar perfecto para matar el tiempo sin pensar demasiado, y, además, podía distraerme de todo el caos emocional que llevaba arrastrando.
—¿A dónde vamos primero? —pregunté mientras caminábamos hacia la entrada del centro comercial.
Shoko, con esa tranquilidad que la caracteriza, se encogió de hombros. —No sé, Satoru. Esto fue tu idea.
—Vamos a la tienda de discos primero —sugirió Suguru, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta—. Hace tiempo que quiero comprar algo nuevo.
Asentí, aunque en realidad no me importaba mucho a dónde fuéramos. A decir verdad, lo único que me interesaba era despejar mi cabeza. La caminata hasta la tienda de discos fue acompañada por el bullicio del centro comercial. Había parejas, familias, un grupo de chicas que no paraban de reír, y luego estábamos nosotros, tres jóvenes hechiceros intentando actuar como personas normales por un rato.
—¿Has oído el nuevo álbum de esa banda que te gusta, Satoru? —preguntó Suguru cuando entramos a la tienda.
Miré alrededor, viendo las estanterías repletas de CDs. El olor a plástico nuevo y la música suave que salía de los altavoces me rodearon.
—¿Cuál banda? —pregunté, porque la verdad tenía varias favoritas.
Suguru me lanzó una mirada de esas que parecen decir "vamos, no es tan difícil".
—No sé, la que siempre pones cuando estamos en tu habitación. ¿O ya te has olvidado?
—Oh, esa. —Me rasqué la cabeza, intentando recordar—. Supongo que no he revisado sus nuevos lanzamientos.
Suguru rodó los ojos, pero no dijo nada más. Se fue hacia una estantería a revisar los discos, mientras yo daba vueltas por la tienda, mirando las portadas, pero sin realmente concentrarme en ellas. Shoko estaba al fondo, mirando algo de jazz, como siempre.
Después de un rato, Suguru regresó con un CD en la mano. —Este es bueno —dijo, mostrándomelo.
Lo miré, aunque honestamente no me importaba mucho qué fuera. Lo único en lo que podía pensar era en lo raro que me sentía estando tan cerca de él y a la vez tan distante.
—Sí, suena bien —dije, intentando sonar interesado.
Pasamos por caja, y después de que Suguru pagara, nos dirigimos a la zona de comida. Mientras nos dirigíamos allí, me di cuenta de que Shoko había estado observándonos, pero como siempre, no dijo nada.
—¿Comemos? —sugirió Shoko—. Tengo hambre y no quiero aguantar tus quejas, Gojo.
—¿Desde cuándo me quejo tanto? —protesté, aunque sabía que tenía razón. —Pero sí, vamos a comer.
Shoko solo asintió con esa expresión de aburrimiento que lleva casi tatuada en la cara. Suguru, por otro lado, parecía tranquilo, como siempre, pero sus ojos parecían más claros de lo normal. O quizás era mi imaginación.
Nos dirigimos hacia allí, y después de dar un par de vueltas, encontramos un lugar que parecía lo suficientemente decente para comer. Nos sentamos, pedimos nuestras cosas, y pronto estábamos devorando hamburguesas y papas fritas. Shoko no paraba de hacer comentarios sarcásticos sobre la calidad de la comida, y yo me dedicaba a molestarla por ser tan quisquillosa.
Después de un rato, la conversación cambió a temas más casuales. Hablamos de las clases, de lo que habíamos hecho en la semana, y de algún que otro chisme que Shoko había escuchado.
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Stay with me I /Satosugu (completada)
Fanfic-Cuando nos graduemos, nos casamos. ... -Está bien. Nos graduamos, y nos casamos. No sé cómo vamos a hacer que funcione, pero lo haremos. Ambientado en el mundo y canon de jujutsu kaisen/ Desde la perspectiva de Satoru