Capítulo 31

69 10 0
                                    

Desperté aquella mañana y lo primero que sentí fue el espacio vacío a mi lado. El lado de Suguru en la cama ya estaba frío, lo que significaba que se había levantado hace rato. Eso me molestaba más de lo que me gustaría admitir. Odiaba despertar solo, sin la comodidad de tenerlo a mi lado para molestar un poco o simplemente sentir su presencia al despertar. Siempre se escabullía antes de que yo abriera los ojos. "Un día lo ataré a la cama", pensé mientras me frotaba los ojos, aún aturdido por el sueño.

Me levanté, y mientras caminaba hacia la cocina, donde sabía que encontraría a Suguru, empecé a imaginar cómo sería molestarlo por haberse levantado sin mí. Un poco de drama matutino, la típica actuación de "cómo te atreves a dejarme solo", pero cuando me acerqué, escuché voces.

Suguru y su madre estaban conversando en la cocina. Pensé en entrar directamente, pero entonces escuché algo que me hizo detenerme en seco. Mi nombre. Lo primero que capté fue la voz suave de su madre, siempre calmada, pero esta vez con un toque de emoción.

—No puedo creerlo, Suguru. —El tono de su madre era casi de euforia. Podía imaginar su expresión de pura alegría, probablemente con una sonrisa amplia, mientras miraba a su hijo con los ojos brillantes—. ¿De verdad te lo pidió? ¿Así, de repente?

—Sí, mamá. —La voz de Suguru sonaba un poco más tranquila, pero había un toque de vergüenza en ella. Podía imaginarlo rascándose la nuca, con esa leve sonrisa torcida que ponía cuando estaba incómodo—. Me dijo que quería que nos casáramos cuando nos graduemos.

Mi corazón se aceleró al escuchar aquello. Sabía que había sido un momento importante anoche cuando le propuse, pero escucharlo contarlo a su madre, escucharlo decirlo en voz alta, le daba un peso completamente diferente. Me quedé ahí, quieto, escuchando, aunque sabía que probablemente debería haberme hecho notar.

—¡Pero eso es increíble! —La voz de su madre subió un poco de tono, y por la emoción, casi podía imaginarla dando pequeños saltitos—. Siempre supe que ustedes dos estaban destinados a estar juntos, pero ¡casarse! Ay, Suguru, estoy tan feliz por ti.

Hubo un pequeño silencio, un momento en el que parecía que ambos estaban procesando lo que eso significaba. Suguru, por su parte, probablemente pensaba en cómo su vida había dado un giro inesperado. Nunca habíamos hablado tan en serio sobre el futuro, pero ahora todo parecía estar claro. Incluso para mí, que nunca había imaginado casarme, de repente esa idea parecía lo más natural del mundo. Una vida con Suguru era lo único que tenía sentido.

—La verdad es que... —Suguru continuó, y su tono era más suave ahora, casi reflexivo—. No sé cómo sentirme al respecto. Siempre pensé que estas cosas tomarían tiempo, que nos lo tomaríamos con calma. Pero anoche, cuando Satoru lo dijo, sonaba tan seguro. No sé, mamá. Con él todo es tan... diferente.

Ahí estaba, el siempre tranquilo Suguru, en su tono más honesto. Lo conocía lo suficientemente bien como para saber que estaba luchando internamente con todo esto. Pero al mismo tiempo, sabía que, en el fondo, él también lo quería. Siempre había algo en nosotros, una especie de atracción innegable, como si fuéramos dos fuerzas de la naturaleza destinadas a chocar y crear algo completamente nuevo. Algo que nadie más podía entender.

La voz de su madre lo interrumpió suavemente.

—Suguru, las cosas con él siempre han sido diferentes, ¿verdad? Desde el momento en que me lo trajiste a casa por primera vez, supe que algo especial estaba pasando entre ustedes. Y si él está tan seguro, y tú también lo sientes... —Hizo una pausa, probablemente buscando las palabras adecuadas—. ¿Por qué no seguir adelante? No todo tiene que tener un plan perfecto. A veces, las mejores cosas en la vida son las que llegan de sorpresa.

Mis labios se curvaron en una sonrisa al escuchar esas palabras. No podía negar lo acertada que estaba la madre de Suguru. Nada en mi vida había seguido un plan, pero todo había funcionado de alguna manera. Y Suguru, bueno, él era la única cosa que siempre había tenido sentido, incluso cuando nada más lo tenía.

Me quedé ahí, escuchando, con el corazón latiendo rápido. La conversación seguía, pero ya no podía resistirme más. Sabía que tenía que intervenir en algún momento, y este parecía el momento perfecto.

Entré en la cocina con una sonrisa descarada en mi rostro, las manos en los bolsillos, como si no hubiera estado escuchando en absoluto. Ambos se giraron al escuchar mis pasos. La madre de Suguru tenía una expresión de pura alegría en el rostro, y Suguru, bueno, su cara era un poema: una mezcla de sorpresa, incomodidad y un toque de diversión.

—Buenos días —dije con ese tono despreocupado que siempre uso, ignorando totalmente el hecho de que acababa de interrumpir una conversación bastante íntima.

La madre de Suguru fue la primera en hablar, obviamente emocionada. Sus ojos brillaban mientras se acercaba a mí y me daba un abrazo inesperado. Aún me costaba acostumbrarme a ese tipo de muestras de afecto, pero me dejé llevar.

—¡Satoru! —exclamó—. ¡No sabes lo feliz que me hace lo que le dijiste a Suguru! ¡Matrimonio! Es lo más maravilloso que he escuchado en años.

Le devolví la sonrisa, aunque por dentro sentía un leve sonrojo subiendo a mis mejillas. ¿Cuándo fue la última vez que alguien me abrazó así, con tanta sinceridad y emoción? No podía recordarlo.

—Bueno, quería hacerlo algo especial, ¿no? —respondí, encogiéndome de hombros mientras miraba a Suguru de reojo. Él solo me devolvió una mirada entre divertida y exasperada, claramente incómodo con toda la situación.

Suguru cruzó los brazos, mirando a su madre como si buscara un poco de ayuda para escapar de lo que estaba claramente convirtiéndose en una escena mucho más sentimental de lo que él habría esperado.

—No era necesario que lo compartieras tan rápido, mamá —dijo, intentando sonar relajado, pero yo noté el leve rubor en sus mejillas. Sabía que estaba un poco avergonzado, pero al mismo tiempo, había algo en su expresión que me decía que también estaba feliz de que su madre lo supiera.

Me acerqué a él, sin poder evitarlo, y coloqué una mano en su hombro, apretando suavemente. No hacía falta decir mucho más. Suguru y yo siempre habíamos tenido una conexión que iba más allá de las palabras. Él lo sabía, y yo también.

—Ey, no seas tan gruñón —bromeé, dándole un leve empujón—. Sabía que tu mamá estaría feliz de saberlo. Y además, ¿quién mejor que ella para enterarse primero?

Suguru resopló, pero pude ver una pequeña sonrisa formarse en su rostro. La madre de Suguru nos miraba a ambos, claramente emocionada, y luego habló nuevamente.

—Esto... esto es lo que siempre quise para ti, Suguru. Alguien que te haga feliz, que esté a tu lado, apoyándote. Y, Satoru —se volvió hacia mí, sus ojos llenos de gratitud—, no podría estar más contenta de que seas tú.

Esas palabras me tocaron más de lo que esperaba. Siempre había pensado que yo no era el tipo de persona que se preocupaba por la aprobación de los padres de nadie, pero escuchar eso de la madre de Suguru, ver lo feliz que estaba por nosotros, me hizo sentir... bien. Como si, por una vez, estuviera haciendo algo bien en mi vida personal.

—Gracias, señora Geto. —Le sonreí con sinceridad—. Haré todo lo posible para cuidar de Suguru. Aunque... él también sabe cómo cuidarse solo, ¿eh?

Los tres nos reímos suavemente, rompiendo el ambiente sentimental por un momento. Era un momento tan simple, tan cotidiano, pero al mismo tiempo, sentía que algo importante había cambiado. Habíamos pasado de simplemente estar juntos a planear un futuro, y la aprobación de su madre solo hacía que todo eso se sintiera más real.

Suguru, sin embargo, me lanzó una mirada significativa, como diciendo "ya basta de esto". Yo solo le devolví una sonrisa traviesa, disfrutando de su incomodidad. Pero sabía que en el fondo, él estaba tan contento como yo.

—¿Y ahora qué? —pregunté, intentando aligerar el ambiente—. ¿Qué sigue? ¿Fiesta de compromiso? ¿Nos vemos obligados a organizar una cena familiar?

Suguru resopló y me dio un ligero empujón.

—Vamos, Satoru. Ya hiciste suficiente drama por hoy.

Stay with me I /Satosugu (completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora