Finalmente, después de todo el entrenamiento, el gimnasio quedó vacío.
Yaga se había marchado a su oficina y los demás estudiantes estaban ocupados con sus propias cosas. Sólo quedabamos Suguru y yo, la tensión en el aire volviendo a hacerse palpable ahora que estábamos a solas. Suguru se inclinó para recoger su toalla del suelo, y no pude resistirlo. El instinto me llevó a acercarme sigilosamente por detrás, abatiéndolo suavemente contra mí.
—¿Qué haces, Satoru? —protestó entre risas, su voz una mezcla de sorpresa y diversión, mientras yo lo apretaba más fuerte contra mi pecho.
—¿Qué crees que hago? —le susurré al oído, dejando que mi mano derecha se deslizara con decisión hacia el borde de su pantalón.
Suguru intentó protestar, pero no hizo ningún esfuerzo real para detenerme. Su cuerpo ya estaba relajado contra el mío, confiado, y eso me hizo sentir una ola de calidez que no podía ignorar.
—Satoru... estamos en el gimnasio... — murmuró, su tono medio reprochante, medio expectante, mientras mis dedos recorrían su cintura, buscando con descaro su piel.
—Eso no parece detenerte... —bromeé, bajando la mano hasta colarla dentro de su pantalón. Sentí cómo su cuerpo se tensaba por un segundo, pero luego se relajó de nuevo cuando mis dedos empezaron a juguetear con su entrada.
-Eres un idiota... —logró decir, pero su voz sonaba más ronca, más contenida, mientras intentaba mantener las apariencias de que esto no le afectaba tanto como a mí.
-Puede ser, pero soy tu idiota. — respondí, mordiéndole suavemente el lóbulo de la oreja, dejando que mi respiración se mezclara con la suya. Mi mano seguía su ritmo, lento, tortuoso, disfrutando de cada reacción que lograba sacarle.
Suguru soltó un suspiro profundo, y sentí cómo su resistencia se desvanecía. Había algo en la manera en que su cuerpo respondía a mis caricias, una mezcla de deseo y vulnerabilidad que me volvía completamente loco.
—Satoru... —comenzó a decir, pero lo interrumpí antes de que pudiera seguir.
—Shhh... -susurré, moviendo mi mano más rápido, insinuando lo que ambos sabíamos que queríamos hacer. — Podríamos hacerlo aquí... de nuevo... ¿te imaginas? Nadie se enteraría.
Él se removió en mis brazos, y pude sentir cómo sus músculos se contraían involuntariamente, provocándome aún más.
—Estás loco... —dijo, pero su tono era más rendido que reacio. Era obvio que también lo estaba considerando, esa pequeña chispa de peligro que hacía que todo fuera mucho más emocionante.
—¿Te apetece? —insinué, bajando un poco más la voz, sabiendo perfectamente lo que estaba haciendo.
-Satoru, ya basta... —dijo finalmente, girando su rostro para mirarme a los ojos, pero no había ninguna convicción en sus palabras. Más bien, parecía estar retándome a continuar.
—No sé si debería detenerme... — respondí con una sonrisa traviesa, moviendo mi mano justo en el punto en el que sabía que lo haría perder la compostura.
Suguru cerró los ojos por un segundo, su respiración se volvió un poco más rápida, y yo disfruté cada segundo de verlo luchar contra el deseo que ambos compartíamos.
En el calor del momento, empujé a Suguru contra la pared del gimnasio, mis manos firmes en sus caderas mientras mis labios recorrían su cuello.
Esta vez, quería ser yo quien tomara el control, quien marcara el ritmo. Sentía esa necesidad de ser más dominante, de ser yo mismo con él. Le mordi suavemente la piel, disfrutando del leve gemido que escapó de sus labios, y sentí cómo su cuerpo se tensaba, pero no de la manera habitual. Había algo diferente, algo que no pude identificar al principio.
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Stay with me I /Satosugu (completada)
Fanfic-Cuando nos graduemos, nos casamos. ... -Está bien. Nos graduamos, y nos casamos. No sé cómo vamos a hacer que funcione, pero lo haremos. Ambientado en el mundo y canon de jujutsu kaisen/ Desde la perspectiva de Satoru