Encuentros Destinados

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Habían pasado tres largos años desde que Trafalgar Law decidió cortar todo vínculo con Monkey D. Luffy. La relación que alguna vez compartieron fue una mezcla de pasión desbordante y caos, una combinación que, al final, resultó ser demasiado peligrosa para ambos. Law, un omega que siempre había valorado su independencia y control, se había visto abrumado por el amor impredecible de Luffy. Decidió que lo mejor era alejarse, aunque eso significara romper su propio corazón en el proceso.

Lo que Luffy nunca supo es que, al momento de su separación, Law ya cargaba con algo más que su dolor: estaba embarazado de mellizos. Era un secreto que Law había guardado con recelo, decidido a criar a sus hijos solo, sin el peligro de un padre alfa impulsivo y con una vida llena de riesgos. Pero los años no habían sido amables, y a pesar de ser un doctor renombrado, las exigencias de su profesión comenzaron a pesarle.

Desesperado por encontrar una solución, contrató a una niñera sin conocerla en persona, dejando solo una nota rápida antes de salir corriendo a una cirugía urgente. Esa niñera no era otra que Luffy, aunque ninguno de los dos lo sabía aún.

Luffy llegó a la casa con una sonrisa despreocupada, como siempre. Estaba emocionado por comenzar este nuevo trabajo, aunque no podía negar que le sorprendió no ver al padre de los niños al llegar. Los pequeños, un niño y una niña de ojos oscuros y sonrisas traviesas, lo recibieron con una calidez que lo desarmó de inmediato. Eran encantadores, y había algo en ellos que lo hacía sentir… conectado.

"¡Oye, pequeños, vamos a divertirnos!" dijo Luffy mientras levantaba a ambos en sus brazos, provocando risas que llenaron la casa. Mientras jugaba con ellos, una sensación extraña comenzó a formarse en su pecho, como si estuviera en el lugar correcto, pero no entendía por qué.

Pasaron las semanas, y aunque Luffy nunca vio al padre de los niños, no le dio demasiada importancia. El pago era puntual, y los niños parecían felices y sanos. Pero algo dentro de él seguía inquieto, una sospecha que no lograba sacudirse.

Era una noche tranquila. Luffy acababa de acostar a los niños después de contarles una historia sobre sus aventuras en el mar, una que él mismo había vivido. Estaba en la cocina, lavando los platos y canturreando una tonada cuando escuchó un ruido en la entrada.

"¿Luffy?"

La voz lo golpeó como una tormenta. Dejó caer el plato que estaba lavando, que se rompió en el fregadero. Se giró lentamente, con los ojos muy abiertos, y allí estaba él. Trafalgar Law, el omega que había llenado sus días de alegría y, al final, de una soledad abrumadora.

"¿Law?" La palabra salió como un susurro, una mezcla de incredulidad y dolor. "¿Qué haces aquí?"

"Yo debería preguntarte lo mismo", replicó Law con una frialdad que no lograba ocultar la sorpresa en su mirada. "¿Qué estás haciendo en mi casa?"

"Soy la niñera", respondió Luffy, su voz temblando ligeramente. A medida que las palabras salían de su boca, la verdad comenzó a asentarse en su mente. "¿Estos niños… son tuyos?"

Law no pudo sostener la mirada de Luffy. Bajó la vista al suelo, su cuerpo tensándose mientras luchaba por mantener la compostura. "Sí," murmuró, "son míos."

El corazón de Luffy dio un vuelco. Observó a Law, luego recordó los rostros de los niños, sus sonrisas, sus ojos. "Se parecen a mí", dijo, sintiendo que el aire lo abandonaba.

Law asintió, finalmente levantando la mirada, sus ojos dorados llenos de lágrimas no derramadas. "Porque son tuyos también, Luffy."

El silencio se hizo más pesado, como si el mundo entero se hubiera detenido. "¿Por qué no me lo dijiste?" La voz de Luffy estaba rota, llena de dolor y confusión. "¿Por qué me alejaste de ellos… de ti?"

Law sintió que todas las defensas que había construido durante esos tres años se desmoronaban. Las lágrimas que había reprimido durante tanto tiempo empezaron a caer, y no podía detenerlas. "Tenía miedo", confesó, su voz quebrada. "Miedo de que no quisieras a los niños, miedo de que… si te lo decía, me rechazarías."

Luffy avanzó hacia él, pero Law levantó una mano, como pidiendo distancia, aunque su cuerpo traicionaba el deseo de ser abrazado. "¿Por qué?", susurró Luffy, sus ojos oscuros llenos de desesperación. "¿Por qué pensarías eso? ¡Yo nunca te hubiera dejado! Si lo hubiera sabido…"

"¡Exactamente!" Law gritó, su voz llena de años de dolor contenido. "¡Por eso no te lo dije! Eres impredecible, Luffy. No podía arriesgarme a depender de ti solo para que algún día te fueras. No quería que mis hijos crecieran así. No quería…" Las palabras se ahogaron en un sollozo.

Luffy dio un paso más, esta vez sin detenerse. Tomó a Law en sus brazos, sintiendo cómo el omega se derrumbaba contra su pecho. "Lo siento… lo siento tanto, Law. Nunca quise que estuvieras solo. Si hubiera sabido, habría hecho lo imposible por estar aquí, contigo, con ellos."

Law se aferró a Luffy como si fuera su ancla, dejando que las emociones que había enterrado durante tanto tiempo salieran a la superficie. "No sé si puedo hacer esto… si puedo confiar en ti de nuevo," susurró, su voz ahogada contra el pecho de Luffy.

Luffy apoyó su frente en la de Law, cerrando los ojos mientras susurraba: "Dame una oportunidad. Solo una, para demostrarte que nunca más te dejaré. No puedo cambiar el pasado, pero puedo prometerte que estaré aquí, ahora y siempre."

Los días siguientes fueron un torbellino de emociones. Luffy se quedó en la casa, no solo como niñera, sino como el padre que debía haber sido desde el principio. Los niños lo aceptaron sin reservas, como si siempre hubieran sabido que él era parte de su familia.

Pero entre Luffy y Law las cosas no fueron tan sencillas. Había desconfianza, heridas que aún no cicatrizaban. "No puedo simplemente olvidar lo que pasó, Luffy," le dijo Law una noche mientras los dos se sentaban en la sala después de haber acostado a los niños. "Tienes que demostrarme que realmente has cambiado."

Luffy asintió, su expresión seria. "Lo haré, Law. Cada día, te mostraré que puedes confiar en mí. No quiero volver a perderte, ni a nuestros hijos."

El camino que tenían por delante sería largo y difícil, pero Luffy estaba decidido a recorrerlo, paso a paso, con Law a su lado. El dolor del pasado aún persistía, pero también lo hacía el amor que los había unido en primer lugar. Y con el tiempo, ambos sabían que podrían construir una familia fuerte y unida, contra todo pronóstico.

One shots luffy x law Donde viven las historias. Descúbrelo ahora