Secretos Ocultos En El Hogar

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Law estaba sentado en el sillón, respirando profundamente. Su vientre estaba notablemente abultado, tanto que había tenido que cambiar su ropa por tallas más grandes ya en cuatro ocasiones. Cada vez que pasaba por un espejo, no podía evitar mirarse con incredulidad y una creciente preocupación. "Debe ser un bebé grande," se repetía a sí mismo. Esa era la única explicación que tenía sentido para él.

Desde que había descubierto que estaba embarazado de Luffy, había mantenido el secreto para sí mismo. No sabía cómo decírselo; no quería preocuparlo o, peor aún, enfrentar la posibilidad de que Luffy no estuviera preparado para ser padre. Así que había tomado la decisión de ocultarlo, al menos hasta que estuviera más seguro de cómo enfrentar la situación. Pero con cada semana que pasaba, su vientre se hacía más grande y su decisión se volvía más difícil de mantener.

Últimamente, había comenzado a dormir en el sillón, excusándose con Luffy de que necesitaba "espacio". Algo que era una verdad tanto metafórica como literal. Luffy, como siempre, había aceptado la explicación sin preguntar demasiado. Pero Law sabía que no podía esconderse para siempre.

Era una noche cálida y silenciosa. Luffy estaba en la cocina preparando algo de comida, con su característico entusiasmo. Law, recostado en el sillón con una manta cubriendo su cuerpo, observaba cómo su vientre se alzaba y bajaba con cada respiración. Una punzada de dolor le recorrió la espalda, y apretó los dientes, tratando de no hacer ruido. No quería que Luffy se diera cuenta.

“¿Law? ¿Quieres algo de cena?” gritó Luffy desde la cocina, asomándose al salón con una sonrisa.

Law sacudió la cabeza, evitando mirar a su pareja a los ojos. —No, Luffy. Estoy bien. Solo necesito descansar un poco más.

Luffy lo observó con atención, con una ligera arruga en su frente. Había notado que Law se había vuelto más distante, más reservado. Incluso habían dejado de dormir juntos en la cama, y Luffy no entendía por qué. Había algo raro en la forma en que Law se comportaba últimamente, y Luffy estaba decidido a descubrir qué era.

—Oye, Law… —dijo Luffy, acercándose al sofá con cautela—. ¿Por qué ya no duermes conmigo? ¿Te hice algo? —preguntó, con una mezcla de preocupación y tristeza en su voz.

Law sintió cómo su corazón se apretaba. No quería mentirle a Luffy, pero tampoco sabía cómo decirle la verdad. —No, Luffy, no es eso… —respondió, evitando su mirada—. Solo… necesito espacio, eso es todo.

Luffy se quedó en silencio por un momento, mirándolo fijamente, y luego, en un impulso, se acercó rápidamente y tiró de la manta que cubría a Law. Sus ojos se abrieron de par en par cuando vio el tamaño del vientre de su compañero, mucho más grande de lo que jamás habría imaginado.

—¡Law! —exclamó Luffy, con una mezcla de shock y preocupación—. ¿Qué… qué es esto? ¿Por qué no me dijiste nada?

Law trató de cubrirse, pero ya era demasiado tarde. Su secreto había sido descubierto, y el rostro de Luffy estaba lleno de confusión y angustia.

—Yo… Luffy, puedo explicarlo… —empezó Law, su voz temblando mientras su mente buscaba desesperadamente las palabras correctas—. No sabía cómo decírtelo. Estoy… estoy embarazado.

Luffy se quedó paralizado por un instante, como si esas palabras tardaran en tener sentido. —¿Embarazado? —repitió, su voz más baja, casi como si hablara consigo mismo. Luego, su mirada se dirigió de nuevo al enorme vientre de Law—. Pero… ¿cómo… cómo no me lo dijiste antes? ¿Por qué no confiaste en mí?

Law sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, algo que rara vez sucedía. No quería ver la expresión de dolor en el rostro de Luffy, pero tampoco podía evitarlo. —Tenía miedo… miedo de que no estuvieras listo, de que no quisieras esto, de que te alejaras de mí… —confesó, su voz quebrándose—. Y luego, cuando vi que mi vientre crecía tanto, pensé que solo era un bebé grande. No quería preocuparme más de la cuenta…

Luffy respiró hondo, procesando lo que acababa de escuchar. Luego se acercó más a Law, arrodillándose junto al sillón. —Law, esto no es solo un bebé grande, es… es más de uno, ¿verdad?

Law lo miró con sorpresa y miedo. —¿Qué… qué estás diciendo? —susurró, su voz apenas audible.

Luffy levantó una mano, tocando suavemente el vientre abultado de Law. —Lo siento… creo que hay dos, tal vez más. Recuerdo haber escuchado algo así de mi hermano Sabo, que decía que algunas veces los omegas llevan más de un bebé cuando su vientre crece así…

Law sintió una oleada de vértigo. ¿Múltiples bebés? ¿Cómo no lo había considerado antes? ¿Cómo había sido tan ciego? Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, mezcladas con el miedo y la incertidumbre.

—No… no sé cómo… —empezó, pero Luffy lo interrumpió, tomando su rostro entre sus manos.

—Law, mírame —dijo Luffy con voz firme—. Esto es mucho, sí, y estoy asustado, claro que sí. Pero estoy contigo. Siempre lo estaré. No importa cuántos bebés sean. No importa lo que venga. Solo no vuelvas a ocultarme algo así. No quiero que te sientas solo en esto.

Law se mordió el labio, tratando de contener el sollozo que amenazaba con salir. —No sabía cómo hacerlo… —admitió—. No quería perderte.

Luffy lo abrazó, con fuerza, sosteniéndolo como si temiera que Law pudiera desvanecerse en cualquier momento. —No vas a perderme, Law. Vamos a ser una familia. ¿De acuerdo?

Law asintió, finalmente dejándose llevar por las lágrimas, enterrando su rostro en el hombro de Luffy. —De acuerdo… —susurró—. De acuerdo.

Luffy lo acarició suavemente, su corazón aún latiendo con fuerza por la revelación, pero con una determinación nueva. —Vamos a hacerlo juntos, Law. Desde ahora en adelante, sin secretos. Solo tú, yo… y nuestros bebés.

Law asintió de nuevo, esta vez con una pequeña sonrisa temblorosa en sus labios. Y por primera vez en mucho tiempo, sintió que todo estaría bien, porque estaba en los brazos de Luffy, y eso era todo lo que necesitaba.

One shots luffy x law Donde viven las historias. Descúbrelo ahora