Un Lazo Inesperado

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Trafalgar Law, un omega con una voluntad de hierro, había vivido toda su vida sintiéndose como un extraño en su propio cuerpo. Desde niño, el sueño le resultaba una batalla constante. Se acostumbró a las noches en vela, a las largas horas dedicadas a estudiar o planear en la oscuridad de su camarote. El sueño era un lujo que nunca creyó necesario. Hasta que conoció a Monkey D. Luffy, un alfa deslumbrante en su simplicidad.

Era algo inesperado, pero lo que comenzó como una alianza estratégica pronto se transformó en algo más profundo. Luffy, con su risa contagiosa y su actitud despreocupada, fue derribando las paredes de Law una a una. Finalmente, después de muchas peleas, sonrisas y momentos compartidos, ambos aceptaron que había algo más entre ellos, algo que se movía más allá de la lógica de alianzas y piratería.

Una noche, mientras los dos estaban en la cubierta del Thousand Sunny, Luffy se giró hacia Law con una expresión seria, algo poco común en él. “Law, ¿por qué nunca duermes conmigo en la misma cama?” preguntó, su voz sincera.

Law frunció el ceño, intentando ocultar el rubor en sus mejillas. “No es necesario. Estoy bien en mi propio camarote.”

“Pero, ¿por qué no?” insistió Luffy. “Eres mi novio, ¿no? Quiero que estés cerca de mí.”

Law suspiró, consciente de que era inútil resistirse a la terquedad de Luffy. “No me gusta dormir con otros,” respondió finalmente. “Nunca lo he hecho. Me cuesta… relajarme.”

Luffy frunció el ceño. “Entonces, solo prueba. Esta noche. Si no te gusta, no lo haremos de nuevo. Pero quiero intentarlo.”

Law vaciló, pero al final, aceptó. No podía negarse al brillo de los ojos de Luffy, ni al calor que sentía cada vez que estaba cerca de él.

Esa noche, cuando ambos se metieron en la cama, Law se mantuvo tenso, cada músculo de su cuerpo en alerta. No estaba acostumbrado a tener a alguien tan cerca, especialmente un alfa. Luffy se acomodó rápidamente, con una sonrisa en su rostro, y cerró los ojos como si no tuviera una preocupación en el mundo.

Sin embargo, en mitad de la noche, Law sintió un peso sobre su cintura. Miró hacia abajo y vio el brazo de Luffy, que lo abrazaba con fuerza mientras dormía. Se quedó inmóvil, sin saber qué hacer. Su corazón latía con fuerza en su pecho, pero no sintió miedo, ni incomodidad… solo un extraño calor que lo envolvía.

Intentó mantenerse despierto, resistir ese impulso que siempre había tenido de mantenerse en guardia. Pero sus ojos, sin su permiso, comenzaron a cerrarse lentamente, y antes de darse cuenta, se quedó dormido, por primera vez en años, sintiendo la seguridad del abrazo de Luffy.

Al despertar, lo primero que notó fue que su cuerpo estaba relajado, más descansado de lo que había estado en mucho tiempo. Parpadeó confuso, y su confusión creció cuando se dio cuenta de que no solo Luffy lo estaba abrazando… sino que él también lo estaba abrazando de vuelta.

Sus brazos rodeaban a Luffy, su cuerpo estaba pegado al suyo, y sus rostros estaban tan cerca que podía sentir el aliento cálido de Luffy contra su cuello. El alfa seguía durmiendo profundamente, ajeno al conflicto interno de Law.

“¿Qué diablos…?” murmuró Law, tratando de soltarse suavemente. Pero al hacerlo, Luffy abrió los ojos, sonriendo.

“Buenos días,” dijo Luffy con voz somnolienta, como si esto fuera lo más normal del mundo.

Law sintió que el calor subía a su rostro de nuevo. “¿Qué estás…? ¿Por qué…?” balbuceó, sorprendido de lo incómodo que se sentía por estar tan vulnerable.

Luffy se rió suavemente, encogiéndose de hombros. “Dormiste bien, ¿verdad? Nunca te vi dormir tan tranquilo.”

Law se quedó en silencio, asimilando sus palabras. Era cierto. Había dormido profundamente, sin pesadillas, sin esa sensación de incomodidad que siempre lo acechaba.

“Solo fue una coincidencia,” respondió, desviando la mirada. “No significa nada.”

Pero en las noches siguientes, la misma escena se repetía. Law intentaba mantener su distancia, pero inevitablemente terminaba envuelto en los brazos de Luffy, y cada vez, sus ojos se cerraban sin esfuerzo.

Una noche, después de varios días de lo mismo, Law se despertó antes que Luffy. Esta vez, no intentó alejarse. Miró al alfa dormido a su lado, su rostro pacífico, su respiración rítmica. Se sintió extrañamente en paz.

“¿Por qué?” susurró en la oscuridad, como si esperara una respuesta del propio universo. “¿Por qué me haces sentir así… tan… desarmado?”

Luffy, aún dormido, se movió, su mano encontrando la de Law y apretándola suavemente. Y Law, por primera vez, no sintió la necesidad de mantener su guardia alta. Bajó la cabeza, dejando escapar un suspiro.

“Tal vez… solo tal vez… sea bueno,” murmuró para sí mismo, cerrando los ojos una vez más.

A la mañana siguiente, cuando Luffy se despertó, encontró a Law todavía dormido, con una ligera sonrisa en sus labios. Sonrió de vuelta, más decidido que nunca.

“Te lo dije, Law,” susurró con una mezcla de ternura y triunfo. “Conmigo, siempre dormirás bien.”

One shots luffy x law Donde viven las historias. Descúbrelo ahora